CRISIS MIGRATORIA

Tras ser engañados por el INM, migrantes conforman nueva caravana y avanzan

Caravana migrante se reorganizará y partirá el lunes 8 de enero de Arriaga hacia Oaxaca, advierte activista; Luis Rey García Villagrán alerta sobre la desaparición de 19 personas, la mayoría mujeres e infantes

Créditos: Christian González | LSR Corresponsal
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ. - Los cerca de 900 migrantes, de diferentes nacionalidades y edades, que fueron llevados desde hace tres días a un albergue ubicado en el municipio de Berriozábal, Chiapas, abandonaron este viernes el mismo luego de que el Instituto Nacional de Migración (INM) incumpliera su promesa de otorgarles un permiso de 30 días para continuar su camino por territorio mexicano, siempre y cuando ya no siguieran en la caravana.

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Rosa Reina, quien huyó de Honduras debido al acoso del que era víctima por parte de pandilleros de la Mara Savatrucha, recuerda que se estableció en Tapachula desde hace cinco meses y, asimismo, inició su trámite ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

Pero como no hay avances, asevera, se desesperó y decidió unirse a la caravana migrante que partió de esa ciudad de la región Soconusco el pasado 24 de diciembre, con más de 10 mil migrantes y que, hasta hace como 80 horas, había llegado a Mapastepec.

“Si salí fue porque había recibido muchas amenazas, a mi hermano lo mataron, y a otro de mis hermanos, de 18 años, ya lo andan buscando (para reclutarlo en la pandilla); por eso quiero salirme, trabajar y que se venga conmigo”, advierte la madre soltera, quien en este éxodo es acompañada por su hija más pequeña, de los seis hijos que tiene.

Rosa Reina carga en una mochila negra todas sus pertenencias, no permite tomarle foto de frente por temor | Christian González (Corresponsal LSR)

Aunque se siente triste y decepcionada, agrega, buscará continuar su recorrido hasta donde le den un empleo; “en este lugar (albergue) nos trataron muy mal, y me desesperé porque mi niña está enferma, tiene una hernia, pero me negaron la atención y la comida, por eso ya no podíamos seguir encerrados”.

Así como ella, dice, a todos los extranjeros que estuvieron ahí los hicieron firmar un documento que contenía un texto en dos idiomas: inglés y español, aunque advierte que lo que sí le advirtieron es que en él les hacían renunciar a todos sus derechos, incluidos los trámites que, en su caso, efectuó ante la Comar.

“Una policía del albergue nos dijo que nos echaría a Migración, que nosotros estamos apestosos, enfermos, y que los podíamos contaminar”, evidencia la mujer.

La desesperación

Este viernes, de hecho, como a la una de la tarde, emprendió su salida un grupo como de 70 migrantes, entre ellos decenas de niños y niñas y jóvenes, pues se esperan reunir con otros grupos que están en Tuxtla Gutiérrez y en Arriaga, en la región Costa de Chiapas.

Incluso, en un terreno baldío, aledaño al albergue de Berriozábal, familias improvisaron pequeños campamentos para pernoctar, debido a que el mencionado refugio ya no se dio abasto. Sin embargo, la desesperación aumentó porque los menores se comenzaron a enfermar y la comida, agua y otros servicios escasearon.

Así se improvisó el campamento | Christian González (Corresponsal LSR)

Jonatan Martínez, también originario de Honduras y quien es acompañado por su esposa y dos hijos pequeños, cuenta que salió de su tierra hace cuatro meses porque lo empezaron a hostigar los pandilleros, “llegó el momento en que tuve que buscar empleo en otra región de mi país, y dejaba a mi familia sola”.

De hecho, menciona que se dedicaba a dos oficios, el de peluquero y albañil. Pero cuando lo buscaron para exigirle que pagara una “cuota”, subraya que fue el momento de dejar su pueblo. Por ahora, confiesa, se dirigirán hacia Tuxtla Gutiérrez para reunirse con otros migrantes.

José Reynaldo Acosta, también migrante hondureño, afirma que desde hace cuatro meses está en Chiapas con su esposa y cuatro hijos menores de edad. De hecho, detalla que dejaron Choloma, Honduras, porque la pobreza, pero sobre todo la violencia, está cada vez peor.

Al grado, comenta, que le asesinaron a dos de sus cuñados, “está lleno de maleantes”. Ya establecidos en la entidad chiapaneca, dice que efectuaron sus trámites ante la Comar, pero como en muchos casos, tampoco vieron avances.

José Reynaldo Acosta | Christian González (Corresponsal LSR)

Tras salirse del albergue en Berriozábal, afirma que el siguiente paso será reunirse de nuevo con quienes salieron en caravana de Tapachula. Para ello, se dirigirán a Arriaga.

“La mayoría de las personas están enfermas, ya no pueden continuar; hay cansancio. Estamos agradecidos con los mexicanos, porque nos han apoyado, la mano de Dios nos ha cubierto, ha puesto a buenas personas en nuestro camino; pero ahora buscamos un empleo, ya no podemos vivir en Honduras”, externa Sabina, quien en su país se dedicaba a vender verduras.

La originaria de la ciudad La Lima, en ese país hondureño, revela que en este viaje la acompaña una hija de 14 años de edad, pero su misión es mejorar su calidad de vida y, en un futuro no lejano, reunir a toda su familia en donde esté establecida.

Fanny Figueroa Rodríguez, también nativa de Honduras, manifiesta que ya no podía continuar en el albergue de Berriozábal porque su hija pequeña está enferma y necesita de la atención de especialistas y de un tratamiento adecuado, lo que le dejó de suministrar durante los tres días que llevaba encerrada.

“Estaba un poco escondida, porque mi pareja me maltrataba, por eso escapé desde el pasado 7 de diciembre con mis dos niños, pero ahorita estoy preocupada porque mi niña no puede estar sin su medicamento, tiene tres días con dolor de cabecita, pero no ando nada de dinero”, confiesa la madre, quien añade que no tiene para comer, “y no traje nada, ni ropa extra”.

Según ella, en su país se dedicaba al aseo en una empresa, pero por la violencia que sufría por parte de su expareja, tuvo que dejarlo todo. Aunque está desesperada por su condición, augura avanzar y darles una mejor vida a sus seres queridos.

Fanny Figueroa Rodríguez | Christian González (Corresponsal LSR)

De Arriaga hacia Oaxaca, primera parada

En entrevista, Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana, AC y quien se dedica a defender a los indocumentados, lamenta que el INM haya engañado a las personas. Por ello, dice, este lunes se reunirán en Arriaga para partir de ahí hacia Oaxaca.

Por el momento, comenta que hay cerca de 400 migrantes en un campamento en Mapastepec, municipio a donde había arribado la caravana luego de caminar más de 100 kilómetros desde Tapachula.

Lo que le preocupa aún más, dice el también activista, es que hay 19 personas desaparecidas, la mayoría mujeres e infantes, de las 10,000 que integraron la caravana. La Silla Rota observó que, en una de las entradas a la capital de Chiapas, conocida como “La Pochota”, elementos del Ejército mexicano, la Fiscalía General del Estado y de la Policía estatal montaron un operativo especial para detener a los migrantes que salieron del albergue de Berriozábal y se dirigen a Tuxtla.

Así ha comenzado a avanzar la caravana migrante | Christian González (Corresponsal LSR)

De acuerdo con datos del INM, durante el año pasado registraron 40.8 millones de ingresos regulares a México; además, presume que, a través de los Grupos Beta, han otorgado 230,877 asistencias a migrantes nacionales y extranjeros durante su tránsito por el país. Agrega que, durante ese periodo, se identificaron a 106,778 menores de edad, de los cuales alrededor del 60 por ciento tenía 11 años y el resto entre 12 y 17. “Todas y todos ellos quedaron bajo la tutela del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)”, asegura.

Además, detalla que en ese periodo rechazó la internación de 2,093 personas por no contar con alerta migratoria, entre ellas 566 por probables delitos sexuales, 26 por contar con orden de aprehensión y 281 por “malos antecedentes”.