DESAPARECIDOS EN CHIAPAS

Desaparición y muerte de niños y adolescentes, otro lado oscuro de Chiapas

Un reporte de una reconocida ONG de Chiapas revela que, de enero a junio de este año fueron denunciados 309 casos de desaparición de niños, niñas y adolescentes, es decir cerca de 51 casos cada mes, casi dos casos diarios

Un reporte de una reconocida ONG de Chiapas revela que, de enero a junio de este año fueron denunciados 309 casos de desaparición de niños, niñas y adolescentes, es decir cerca de 51 casos cada mes, casi dos casos diarios
Desaparición de niños en Chiapas.Un reporte de una reconocida ONG de Chiapas revela que, de enero a junio de este año fueron denunciados 309 casos de desaparición de niños, niñas y adolescentes, es decir cerca de 51 casos cada mes, casi dos casos diariosCréditos: CUARTOSCURO
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TUXTLA GUTIÉRREZ.- Hace más de una semana, Vicente, un niño de 8 años originario de la comunidad San Jerónimo, municipio de Copainalá, Chiapas, salió de su hogar con dirección a un río cercano con la intención de pescar; sin embargo, nadie lo volvió a ver. El 21 de agosto pasado, en un escueto comunicado, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que inició las investigaciones tras haber hallado al menor muerto, aunque no especificó las causas.

Sin embargo, versiones de algunos vecinos sostienen que a Vicente lo intentaron ahogar, pero al final murió degollado, aunque no se atreven a señalar a algún probable responsable. Del caso no se ha hablado más.

El último reporte de la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias (Redias) en Chiapas advierte que, de enero a junio de este año fueron denunciados 309 casos de desaparición de niños, niñas y adolescentes, es decir cerca de 51 casos cada mes, casi dos casos diarios.

Los datos revelan que el 27.8% de las niñas, niños y adolescentes reportados como desaparecidos aún no son localizados. Además, alerta que Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y San Cristóbal de Las Casas son las ciudades que concentran el mayor número de casos, con un promedio de 4 de cada 10 desapariciones en la entidad.

Incluso, detalla que en la primera mitad de 2023 hay un “ligero aumento” comparado con el mismo periodo del año pasado. Otro dato que revela la Redias es que el 62.1 por ciento de los desaparecidos son mestizos, 33.7% indígenas y el resto migrantes.

El reporte puntualiza que la edad más frecuente de las víctimas de desaparición son los 15 años, mientras que las más afectadas son las niñas y adolescentes con el 74% del total de los casos.

El caso del pequeño Vicente ha dejado una sensación de consternación en la comunidad de San Jerónimo y ha reavivado el debate sobre la violencia y la seguridad en la región. Mientras se espera el avance de la investigación, los habitantes lamentan la pérdida. Su cuerpo fue velado y sepultado en su comunidad de no más de 500 habitantes.

“SÉ QUE A MI HIJA LA TIENE ALGUIEN”: MADRE DE DULCE

Desde el pasado 7 de agosto, Obdulia González Sánchez no sabe nada de su hija Dulce Viridiana González Sánchez, quien apenas en mayo pasado cumplió la mayoría de edad.

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Según la madre, la joven, quien padece de distimia y ansiedad, salió de su casa en la colonia Ciudad Bonampak, municipio de Ocozocoautla de Espinosa (a casi 25 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas) y desde ese momento no han recibido ni una llamada, ni una pista de dónde podría estar.

Ese día, cuenta, acudió al centro del poblado para inscribir a su hijo a la preparatoria y cuando regresó Dulce ya no estaba; incluso, advierte que acudió ante la comanda policiaca, pero no la quisieron ayudar.

“Lo más lamentable es que la autoridad aún no me quiere enseñar los videos de las cámaras del C5, según la andan buscando, pero hasta ahorita nada; nosotros hemos buscado por nuestro lado”, denuncia.

Tras la desaparición, Obdulia ha recorrido otros municipios vecinos, incluida la capital chiapaneca y hasta San Cristóbal de Las Casas, pero no ha tenido suerte; por ello, dice que este viernes se unirá a una marcha con otras madres que también buscan justicia por sus hijos víctimas de desaparición y feminicidio.

“Siempre cuidaba a mi hija, dormía conmigo, siempre estaba conmigo, porque ella no puede estar sola por la situación que padece; ella juega con niños pequeños, no tiene amigos de su edad o grandes, sé que alguien la tiene, porque ella no puede estar sola”.

 

VIOLENCIA GENERALIZADA

Pese al clima de violencia (lo que incluye desapariciones forzadas y asesinatos) que se vive en la entidad chiapaneca por la presencia de cárteles de la droga, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que no hay una situación de peligro en Chiapas.

Al respecto, Joshua Than, presidente del Capítulo Chiapas de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, manifiesta que el hecho de minimizar lo que ocurre en Chiapas es “como querer tapar el sol con un dedo, el decir que ‘no pasa nada’… ¿por qué? Porque todos lo vemos, todos lo vivimos”.

Uno de los grandes problemas de la delincuencia, agrega, es que ha habido una falta de sanción, lo que motiva a que se siga delinquiendo, y mientras no exista una autoridad que haga cumplir las reglas, lamenta, “seguiremos en este ciclo interminable de violencia”.

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Aclara que la violencia se ha extendido en todos los rincones del país, y prueba de ello es que compañeros suyos han sido amenazados, desaparecidos e incluso perdieron la vida a manos del crimen organizado, “por el siempre ejercicio de su profesión; por eso decimos que el panorama es complicado”.

DESAPARICIONES SIN FRENO

El 20 de abril pasado, Franklin Gómez Miranda, de 17 años de edad, salió de su casa ubicada en el cantón El Yaital, municipio de Huixtla. El sábado 22 fue hallado muerto. De acuerdo con los reportes, Alexander, hermano de la víctima, lo identificó, pues su cuerpo estaba dentro de una bolsa negra, en estado de putrefacción. Además, al parecer presentaba varios impactos de arma de fuego.

Este hecho generó tristeza y a la vez incertidumbre por la forma en cómo fue asesinado Franklin. Los familiares siguen exigiendo justicia para que aprehendan a quien o quienes le quitaron la vida a Alexander.

Otro caso de menores desaparecidos en Chiapas es el de Liliana Gómez Hernández, una chica de 16 años que salió de su hogar en el fraccionamiento Los Poetas, el pasado 21 de abril, con rumbo al Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach), plantel número 33, en Tuxtla Gutiérrez. Después ya nada se supo de ella.

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Según los datos obtenidos, su padre acudió ese día a la escuela para recogerla al término de las clases, pero ella nunca apareció, lo que lo obligó a iniciar una búsqueda, que hasta el momento no ha dado resultados.

PRESENCIA DEL CRIMEN ORGANIZADO

En entrevista, Manuel Balcázar Villarreal, investigador asociado del Centro de Estudios de Inteligencia, Seguridad y Gobernanza del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), al menos en Chiapas las desapariciones han aumentado debido a que hay dos, tres o más agrupaciones del crimen organizado que se disputan el territorio.

Señala que, en el pasado sólo se buscaba tener el control de algunas rutas para el trasiego de drogas o armas, pero “cuando van por un control total del terreno, van por mucha gente, y pasan a traer incluso a quienes ni la deben”.

“Las desapariciones se dan, o por esa rivalidad criminal o por confusión, donde se pensaba que algunos sujetos pertenecían a ciertas agrupaciones criminales; a esto se le suma el incremento de las fosas clandestinas en todo el país”.

En Chiapas, recuerda, la rivalidad entre grupos criminales se agudizó desde hace dos años, y con ello la desaparición de gente. “Se habla de gente levantada por grupos armados y ya no se vuelve a saber nada”.

Con ello, aclara, buscan atemorizar a la población,  con la cooptación de autoridades en materia de seguridad, o complicidad o sobornos a autoridades políticas, “o por el simple uso de la fuerza”.

Para Manuel Balcázar, las autoridades tienen mucho trabajo que hacer, como llevar a efecto tareas de mayor presencia territorial y disuasiva, además de acciones de inteligencia para, de esa forma, recortar ese umbral de riesgo al que se expone la población, “porque la desaparición es una práctica que, por desgracia, nos toca atestiguar cada vez más seguido”.