TUXTLA GUTIÉRREZ. - Leonel, alias “El Macabil, había planeado algo macabro: secuestrar a Ximena “N”; sin embargo, su plan cambió, pues la niña, en ese entonces de seis años de edad, fue hallada muerta en la comunidad Chintul, municipio de Malpaso, Chiapas.
A casi cuatro años del plagio y feminicidio y de un “trabado” proceso, la justicia llegó para la familia de la menor: “El Macabil”, Ramiro, Yeni, Mitzan, Amín y Alexis, los seis involucrados en la tragedia, recibieron una sentencia condenatoria de 95 años de prisión por secuestro agravado.
En entrevista, una familiar de la víctima, quien prefirió no revelar su nombre, se dijo agradecida porque la justicia llegó, aunque tarde, “pues teníamos temor porque pasaba el tiempo, luego nos preguntábamos de dónde esas personas sacaban dinero para pagarle a abogados particulares, entonces pensamos que se trataba de una banda, pero, ¿quién está detrás de ellos?”
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Además, los retrasos fueron mayores con el argumento de la llegada de la pandemia por la covid-19, pues no sólo el caso de Ximenita (la más pequeña de tres hermanos), sino decenas más, quedaron “en pausa” hasta que se libró la contingencia sanitaria.
Tras dejar en claro que, pese a la sentencia, nada les devolverá la vida de Ximenita, la persona entrevistada confiesa que sienten alivio porque, en un momento, les habían advertido que los plagiarios y feminicidas quedarían libres.
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Recuerda que, en octubre pasado, organizaron una marcha en Malpaso para exigir justicia, y de esa forma presionar a las autoridades para que el caso no quedara impune.
“De hecho, en esa ocasión recibimos amenazas, que le paráramos” reveló.
Según ella, esas intimidaciones les llegaron vía mensaje a sus teléfonos celulares, además de comentarios “agresivos” en cuentas falsas de la red social Facebook.
LOS TEMORES ERAN MUCHOS
Como La Silla Rota lo dio a conocer en un reportaje publicado el 27 de octubre de 2022, según versiones de familiares de la niña que, en ese entonces tenía casi seis años, el juez que llevaba el caso les advirtió que las pruebas presentadas, hasta ese momento, eran insuficientes para mantener a los presuntos culpables tras las rejas.
Con base en la relatoría de los hechos, el papá de la niña, empresario de esa región, descubrió que uno de sus empleados, “El Macabil”, le había robado y lo despidió por ese motivo.
Al parecer molesto, ese mismo personaje organizaría el plagio como forma de venganza y, para ello, se alió con dos varones y dos mujeres para acercarse a la familia y echar andar su plan; una de esas damas era su cuñada y la otra su pareja (una ex policía municipal) y quien, se advierte, se encargaría de cuidar a la niña.
EL CLOROFORMO LA MATÓ
El 4 de septiembre de ese año, la niñera le entregó a Ximena a dos personas, encapuchadas, que circulaban en una motocicleta. Como en el trayecto la víctima gritaba, uno de los hombres le aplicó cloroformo para dormirla, pero la dosis fue excesiva y ella falleció. Es decir, por casi 10 días, permaneció su cuerpo en la comunidad Chintul.
Pero un niño fue testigo del instante en que la ex agente municipal entregó a la niña y así lo corroboró ante las autoridades, pese a que la mujer lo negó, e inclusive justificó que se la habían arrebatado. Inclusive, se sabe que los sujetos libraron retenes debido a que le advirtieron a la familia que, si no retiraban los mismos, en ese momento le harían algo malo a ella. Fue la única llamada que los padres recibieron.
Además, se advierte que cuando la niñera de la víctima fue detenida, se tragó el chip de su teléfono celular para esconder la evidencia, lo que, a la postre, sería descubierto por la policía y lo que serviría como otra prueba más del hecho.
Como a los 15 días del feminicidio, Leonel “El Macabil” fue entregado por pobladores del municipio de Ostuacán, también en Chiapas, donde se refugiaba.
LA PROMESA QUE YA SE MATERIALIZÓ
El mismo 14 de septiembre de ese 2019, Rutilio Escandón Cadenas, gobernador de Chiapas, emitió un tuit en donde condenó “el cobarde asesinato de la niña Ximena. A su familia, al pueblo, les digo que esta infamia no quedará impune”.
En una entrevista aparte con reporteros, en ese mismo mes, el entonces fiscal general de Chiapas, Jorge Luis Llaven Abarca, no sólo lamentaba los hechos ocurridos en esa localidad, sino que pedirían, prometió, la pena máxima de 170 años por el delito de secuestro agravado.
“Es un compromiso del gobernador de ‘cero impunidad’, y vamos a darle seguimiento hasta los últimos procedimientos legales”, dejó en claro el hoy diputado federal y aspirante a candidato por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para gobernar Chiapas.
Tras la sentencia, también hubo reacciones en las redes sociales como: “Es liviano saber que se hizo justicia, pero a la vez es revivir el momento; mucha fortaleza para la familia” o “Qué bueno que se hizo justicia para la niña, (los secuestradores y feminicidas) que se pudran, es lo que se merecen esas personas sin corazón”.