En un incidente que marcó a la sociedad jalisciense, la fiesta de quince años de Karime Fernández se transformó de un evento de alegría en un escenario de horror en las primeras horas del 11 de junio de 1994; un bombazo lo cambiaría todo. El celebrado salón Camichín del hotel Camino Real, en la metrópolis de Guadalajara, albergaba a más de 300 invitados. Entre ellos, se esperaba la presencia de Ismael "El Mayo" Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, que en esos días mantenía una feroz rivalidad con el cártel de los hermanos Arellano Félix.
En un giro trágico e inesperado, un automóvil Grand Marquís, considerado en aquella época como un coche de gran lujo, estalló, desgarrando la noche con una lluvia de fuego, humo y fragmentos humanos. La explosión cobró la vida de siete personas, incluidos los dos ocupantes del vehículo, Guillermo Gómez Chávez y Marcial González Muñiz, y dejó diez heridos. La detonación de tal magnitud, y de acuerdo a los reportes así como recortes de hace 30 años, el estallido estremeció edificios en un radio de 20 cuadras; por este motivo, cientos de personas estuvieron con temor después de escucharlo. En algunos casos, se menciona, los vidrios se reventaron en las calles más cercanas debido al estruendo.
El vehículo, según los informes policías, corroborados por el testimonio de personas presentes así como de vecinos, se encontraba estacionado frente a la entrada principal del hotel. Las primeras diligencias, que no encontraban una explicación, comentaban que los explosivos, modernos para aquellos años, deberían ser plásticos y con un mando a distancia. Sin embargo, no existía manera de conocer desde donde se accionó el control remoto.
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En siguientes investigaciones y recogiendo algunas evidencias, los informes de la policía mencionan que el plan que se tenia, en un primer momento, era que los explosivos llegaran en una caja de regalo, es decir, que llegaran hasta la intimidad de la fiesta. Todo apunta a que este plan, tal y como se vio, no fue fructífero del todo y exploto en el automóvil, es por eso que sus ocupantes quedaron en el lugar de los hecho.
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Testigos de la época mencionaron en diversos medios que la explosión fue tan fuerte que se dejaron restos humanos por todo el lugar e incluso a varios cientos de metros. La información de aquellos años mencionan que la policía de Guadalajara en compañía de elementos del ejercito tuvieron que recoger estos restos uno por uno.
Según se lee en los medios locales y nacionales de 1994, la tecnología que se implementó para el coche bomba, es decir los explosivos remotos, se pensó que la tecnología fue importada de Colombia o bien, desde el viejo continente, específicamente España. El entonces procurador de justicia del estado de Jalisco, Leobardo Larjos Guzmán lo desmintió en reiteradas ocasiones.
¿Quién era el verdadero objetivo?
Las investigaciones no llegaron a un resultado concluyente o satisfactorio para el escrutinio público. Muchas personas, la gran mayoría, pensó que sí se trataba de un atentado directo en contra del padre de la quinceañera, en este caso el empresario originario de Sinaloa, Luis Enrique Fernández Uriarte. Sin embargo, investigaciones más recientes e independientes, revelan para quién era el bombazo.
Como se mencionó, a dicha fiesta de quince años estaba invitado nada más y nada menos que Ismael "El Mayo" Zambada, sin embargo, no asistió. La información puede corroborarse gracias a la periodista Anabel Hernández quien en su libro "El Traidor", mismo que recoge el testimonio de Vicente "El Vicentillo" Zambada Niebla desde su encierro, menciona que este "aviso" lo llevó a tomar la decisión de no salir a la luz publica por un tiempo tal cual como la ha hecho.
El incidente puso en evidencia la violenta batalla por el control de la Zona Metropolitana de Guadalajara, un territorio codiciado por varios cárteles de la droga. En las décadas siguientes, la ciudad ha sido hogar de diversos capos del narcotráfico, como Rafael Caro Quintero, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, Miguel Ángel Félix Gallardo así como Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” por solo nombrar algunos.
DJC