JALISCO. - Los grandes capos de la droga también tratan de tener una “vida normal” salen a plazas, lugares y por supuesto, también salen a comer, claramente con un “dispositivo de seguridad” para protegerse de la ley o de los grupos antagonistas, por supuesto también tienen lugares favoritos para ir a comer, como aquel famoso lugar en Guadalajara llamada “La Langosta Loca”.
Este lugar es muy importante en la historia del narcotráfico, según lo escrito por la periodista Anabel Hernández, en su libro “Los Señores del Narco” en este restaurante se conocieron Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, y Rafael Caro Quintero, cofundador del Cártel de Guadalajara.
No solo servían mariscos en este lugar, también “despachaban” los grandes narcos de la droga, era un punto de reunión donde se acordaban negocios ilícitos, se organizaban fiestas privadas, pero también era lugar de varios crímenes y asesinatos.
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La Langosta Loca está ubicada en la avenida López Mateos en el municipio de Zapopan, entre las paredes de este lugar se quedó marcado un sombrío crimen en donde “El Chapo” y Rafael Caro Quintero golpearon hasta la muerte a dos ciudadanos estadounidenses.
Dicha historia, fue publicada en el libro “Emma y las otras señoras del narco”, también de la periodista Anabel Hernández, donde la autora plasmó lo sucedido en una fiesta privada organizada por ambos capos.
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“Durante 1985, mientras estaban en una fiesta privada en el restaurante La Langosta, que controlaba la organización, los interrumpió la visita inesperada de dos clientes que querían ingresar en el local” dice el texto.
Ese día fue el último en el que se le vio a John Clay Walker y Albert G. Radelat con vida, solo iban a cenar a este restaurante, pero fueron atacados, de acuerdo con el libro, la fiesta ya había acabado y se iban a marchar ambos líderes criminales, pero Joaquín Guzmán gritó: “esos hablan inglés, son de la DEA”.
“La mayor furia vino de Caro Quintero y Guzmán Loera, quienes terminaron atacando a los visitantes con un picahielo. Walker, mal herido, hizo un último esfuerzo por escapar, pero el Chapo lo decapitó”, se relata en el libro.
La hija de John Clay; Annie Walker, declaró a la agencia de noticias AP que su padre era un escritor de solo 36 años de edad, había decidido irse a vivir a Guadalajara para terminar un libro, pero no tenía nada de relación con temas del narcotráfico.
“Comenzaron a interrogar a mi padre y a Albert, preguntándoles qué sabían sobre los agentes antidrogas en México, qué sabían sobre la investigación. Mi padre no sabía nada, era un escritor inocente. Lo torturaron con un picahielo durante horas” declaró la Annie.
Por esa presunta confusión los dos americanos fueron golpeados por ambos capos hasta dejarlos muertos dentro de las instalaciones de este lugar en Guadalajara. De hecho, en la seria "Narcos" de Netflix se presenta esta masacre.