CHIHUAHUA.- La cruz de clavos fue el primer memorial a las víctimas de feminicidio en nuestro país. Instalada en la capital de Chihuahua por el Grupo Feminista 8 de marzo a fines de 2001, había sido construida por trabajadores de Aceros Chihuahua. La Cruz de Clavos no fue bien recibida por el gobierno de Chihuahua, que la retiró al poco tiempo de que se puso.
En julio de 2002, trabajadores de la misma empresa se encontraban forjando un reemplazo de la cruz de clavos cuando un comando irrumpió en las instalaciones y robó la pieza. Una tercera versión, ahora de 3 metros de altura, fue finalmente colocada en la Plaza Hidalgo el 8 de agosto de 2020.
Los autores de esta obra son Irma Campos Madrigal y Jaime García Chávez, quienes añadieron otros elementos simbólicos, como son un detalle de Guernica, del famoso pintor Pablo Picasso, una madre que se tuerce adolorida por la muerte de su hijo.
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En Ciudad Juárez se encuentra una réplica más sencilla, en fondo rosa, ubicada el Puente Internacional Santa Fe. El monumento tiene el objetivo de evidenciar la problemática ante el gobierno de Estados Unidos.
Ambas cruces son centro de diversas movilizaciones, sobre todo para el movimiento de mujeres y de las madres con hijas desaparecidas y asesinadas en la frontera.
Para muchos, la estructura ha sido designada como un antimonumento. Lo anterior, toda vez que, en vez de ensalzar personalidades o gestas heroicas, es un recordatorio de las fallas estructurales que ha tenido el sistema de Seguridad Pública y que ha permitido cientos de feminicidios y desapariciones de mujeres.
Cada clavo de ambas cruces simboliza a cada una de las mujeres que han perdido la vida a causa de la violencia patriarcal y cuyos casos permanecen impunes.
Esta violencia contra mujeres de todas las edades atrajo la atención de la sociedad civil y de organismo internacionales y se conoce en la memoria colectiva como “Las muertas de Juárez”.
LAS MUERTAS DE JUÁREZ
En un artículo publicado en 2010, Irma Campos, una de las fundadoras del grupo 8 de Marzo, agradeció a los trabajadores que elaboraron las cruces, y recordó las dificultades que tuvieron que enfrentar, especialmente cuando construían una segunda cruz para instalarse en Ciudad Juárez:
“Sí hubo entereza, demostrada cuando los trabajadores confeccionaban Ia segunda cruz –Ia que hoy está en el puente fronterizo- y fueron agredidos por un grupo armado con armas largas de hombres enmascarados que aprovecharon la noche para intentar doblegar la solidaridad humana con una causa jurídica y moralmente irrefutable”.
Así que la Cruz de Clavos en el centro de Chihuahua y su gemela en el cruce fronterizo de Ciudad Juárez enfrentaron oposición por parte del gobierno y por parte del crimen organizado.
Irma Campos Madrigal y Jaime García Chávez en su publicación de 2010 “La cruz de clavos”, explicaban el significado del monumento: “Cada clavo en la cruz representa una mujer asesinada y se consigna su nombre en los casos donde la víctima ha sido identificada”.
Además, de acuerdo a los activistas, en la cruz “se han colocado diferentes obras: una parte del Guernica de Picasso, donde se observa a una madre llorando por la pérdida de su hija o hijo; un fotograma de “Los olvidados” de Luis Buñuel, el óleo “El grito” de Francisco Toledo el cual representa la verdad, el no quedarse en silencio ante la impunidad, entre otras”.