ACAPULCO

"Desde el día del huracán ha sido ir y venir a Acapulco", damnificados huyeron a Chilpancingo tras paso de Otis

Para Gina Tarno, residente de la torre en la costera Miguel Alemán, la única opción fue tomar un autobús, que de emergencia trasladaba a damnificados a Chilpancingo

'Desde el día del huracán ha sido ir y venir a Acapulco', damnificados que huyeron a Chilpancingo tras paso de Otis
"Desde el día del huracán ha sido ir y venir a Acapulco", damnificados que huyeron a Chilpancingo tras paso de OtisCréditos: Especial
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La vida de Gina Tarno pasó de estar en el piso 25 de La Torre de Acapulco a una casa en Chilpancingo, que llevaba años deshabitada, luego del impacto del huracán Otis.

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"Salimos del edificio en la mañana luego del huracán, a primera hora, ni siquiera dormimos, y lo que encontramos fue la destrucción, pero lo que yo quería era ir por mi mamá", recuerda Gina, de aquella mañana de octubre.

La madre de Gina, una señora de la tercera edad con Alzheimer, se encontraba en un asilo, en una zona donde el agua llegaba al metro y medio de altura.

"Salí caminando y vi la destrucción y la rapiña que empezó inmediatamente, al ir llegando a la casa de asilo estaba inundada caminé dos cuadras con el agua a la cintura. Me preocupé muchísimo pero logré llegar y la situación era bastante triste", recuerda la mujer damnificada.

La madre de Gina Tarno pudo ser rescatada, pero de los 22 residentes del asilo, lamentablemente dos no pudieron sobrevivir.

Para la residente de la torre en la costera Miguel Alemán, la única opción fue tomar un autobús, que de emergencia trasladaba a damnificados a Chilpancingo.

Gina y su madre llegaron a una casa de su familia donde se debieron habilitar recámaras y baños, así como sacar basura y escombro, debido al abandono del lugar.

"Me fui a Chilpancingo,  a la casa que tiene la familia, pero estaba en muy malas condiciones porque llevaba dos años deshabitada y muchas cosas no estaban funcionando, y pues a limpiar todo, a arreglar todo a marchas forzadas", cuenta la señora Tarno.

Gina y su familia se establecieron en Chilpancingo al día siguiente que Otis impactó en el puerto, pero hasta hoy, día que el Gobierno Federal anunció el Término de la Declaratoria de Emergencia para Acapulco, ella continúa batallando por cuidar a su mamá y salvaguardar lo que quedó de su departamento.

"Desde el día del huracán hasta la fecha ha sido un trabajo exhaustivo de todo lo que es sacar agua, escombro, hacer reparaciones, ir y venir a Acapulco, caminar, hacer reparaciones. Ha sido físicamente desgastante y emocionalmente pues mucho más".

Las reparaciones de su casa de la costera y el hecho de que su vida laboral esté allá complica los cuidados de su mamá en Chilpancingo.

"La verdad es que la cabeza ya no me da, ni  para tanto gasto ¿cómo le voy hacer para esto o aquello? Han sido semanas terribles", dice Gina.

La cercanía de Chilpancingo ha provocado que el lugar se vea un tanto rebasado en cuanto a abastecimiento de servicios y productos para los acapulqueños, sostiene la mujer, que por los cuidados de su madre, no ha optado por un lugar como la Ciudad de México.

"Está el problema de que están demandando muchos servicios a Chilpancingo. Y esta la gente que se va a dónde puede, más lejos, pero estamos los que van y vienen, como yo", asegura.

"Mucha gente se va tempranito a hacer la compra allá y regresa, a cargar gasolina y regresa al puerto, porque es la ciudad que tiene condiciones, la gente que puede va y se queda allá,  Chilpancingo está llena de gente de Acapulco, los hoteles están llenos".

Actualmente la vida de la señora Tarno va entre cuidar a su mamá en la casa improvisada, ir a su departamento en Acapulco y volver a Chilpancingo.

Es así que luego de sobrevivir a Otis, salir a rescatar a su madre de una casa de retiro y estar pendiente de su propiedad en Acapulco, la señora Gina es una historia de los tantos damnificados que huyeron del paradisíaco puerto.

VGB