De este lado del planeta pasó casi inadvertida la Cumbre de la Organización de Shanghái (OCS), una reunión a la que asistieron más de 15 mandatarios del sudeste asiático y de la región de Eurasia.
Entre los países asistentes además de Rusia y China, destacaron Turquía, Indonesia, Malasia, Egipto y la India, la participación de ésta última nación en la OCS inclinó el fiel de la balanza global a favor del gigante asiático. El liderazgo del dragón se hizo evidente en el discurso de los líderes asistentes a la cumbre quienes coincidieron en señalar que el planeta se enfila hacia un orden multipolar.
En buena parte de los medios de comunicación occidentales, especialmente en el continente americano, la OCS fue noticia secundaria y los “analistas” enfocaron sus comentarios básicamente en el contexto económico y en el mejor de los casos, abordaron el tema geopolítico global que, dicho sea de paso, fue entre líneas, el punto más importante de la reunión entre los líderes de la cumbre.
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La cumbre de Shanghái mandó un claro mensaje a la política unipolar de los Estados Unidos cuando el mundo comienza a reconfigurarse en un nuevo multilateralismo, esto, aunque para algunos trasnochados aún discutan sobre comunismo y capitalismo, ambas ideologías en decadencia.
Y no es que lo digamos nosotros, investigadores, economistas y filósofos a nivel global, coinciden en señalar la decadencia del capitalismo como la conocimos en los últimos ochenta o cien años, mientras que, el comunismo, fue sólo un bostezo de un sueño que nunca maduró.
Para los occidentales ortodoxos, decir que el capitalismo está en decadencia es tanto como negar la existencia de Dios, lo que equivale a no querer ver, ni aceptar que dicho modelo económico pueda desaparecer, pero lo que no entienden, es que en realidad se está modificando y que, seguramente, algunos de sus principios cambiarán, pero no su esencia. Una muestra es el capitalismo de Estado que China está aplicando.
Volviendo a la cumbre de Shanghái, la participación de la India fue un golpe directo al alter ego de Donald Trump quien, hasta antes de la cumbre asiática, había amenazado a ese país con imponerle aranceles si seguían comprando gas ruso. La participación de Narendra Modi en la OCS, fue la respuesta a la política trumpiana.
Aquí hablamos hace algunos meses sobre lo que podría significar que China, Rusia e Irán llegaran a algún tipo de acuerdo comercial, bloque al que también podría unirse la India que, visto desde la óptica geoestratégica, este grupo sería considerado “el eje del mal”, como titulamos aquella entrega y que hoy, es una realidad. Este bloque, conformaría el mercado comercial más grande del planeta al reunir a los dos países más poblados del mundo y a dos de los principales productores y exportadores de gas natural.
No debemos perder de vista, que occidente tiene puestas sus esperanzas de “transición energética” en el gas natural el cual por cierto, fue declarado por Europa como energía limpia en 2022, pero más allá del tema energético, la posible alianza entre estos tres colosos (China, India y Rusia) conformaría el mayor mercado global de intercambio comercial, se constituirían en la mayor reserva de bombas nucleares y tendrían la mayor influencia militar y geoestratégica no sólo en Asia, también en África, Medio Oriente y cuando menos en Europa del Este sin descartar posiblemente, una parte de América Latina.
En el marco de la OCS, China “aprovechó” el contexto para desplegar un desfile militar en el que mostró su músculo militar en el marco del día de la “victoria” en la guerra contra Japón que se libró hace 80 años, fue una respuesta directa a Trump quien el 14 de junio había mostrado su músculo militar en medio de su guerra arancelaria.
En el marco de la OCS, el presidente Xi Jinping declaró que los países miembros de la cumbre, se comprometían a salvaguardar la paz y la estabilidad e impulsar el desarrollo de la región en un momento de incertidumbre global.
Con esta cumbre, China ha marcado claramente su liderazgo no sólo en la región sino a nivel global, pues detrás de la OCS, están los BRICS con presencia multiregional y que trabaja a marchas forzadas para poner en marcha el Nuevo Banco de Desarrollo que fungirá como brazo financiero del desarrollo económico de este bloque que estará marcando un nuevo escenario financiero mundial.
El gigante asiático se ha consolidado ya como la fábrica del mundo, es el principal desarrollador de tecnologías digitales, lidera la transición de la industria automotriz a la electromovilidad, posee los yacimientos de minerales más grandes del planeta para la transiciones energética y digital, así que, al consolidar su liderazgo financiero, terminaría por desplazar al dólar y lideraría el mercado comercial junto con la India y Rusia. El mundo es ya multipolar, aunque algunos lo nieguen y otros lo ignoren, pero, de esto, hablaremos en la próxima entrega.
Nota: Al cierre de esta entrega, Israel “ordenó” la evacuación de la ciudad de Gaza, mientras los hutíes en Yemen, siguen bombardeando puntos estratégicos de Jerusalén, cuyo gobierno atacó una sede de ministros yemeníes en Qatar.
