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La tregua en medio oriente

El plan de Paz de Trump, guste o no, es más ambicioso, más exigente y más integral que cualquier otro y aparece en el único terreno donde puede prosperar: cuando todos los demás caminos están agotados. | Eduardo Zerón García

Escrito en OPINIÓN el

Después de 724 días de guerra en Gaza, la cifra es brutal: 68,300 palestinos muertos, 1,983 israelíes y de los 251 rehenes tomados por Hamás, 148 fueron devueltos, 75 murieron y todavía 48 siguen pendientes. No son números fríos: son vidas. Detrás están los niños, cientos, quizá miles, que también terminaron ahí su historia. Queda hambruna, desolación, tristeza, y un conflicto que hoy parece agotarse tras la advertencia norteamericana de que Palestina no será anexada por Israel.

El Plan de Paz de Trump nace de ahí. Veinte puntos negociados durante largas jornadas en Qatar, con Netanyahu y representantes palestinos. ¿Qué propone? Un alto al fuego inmediato —ya aceptado por Israel—; un intercambio de rehenes, con Hamás obligado a entregar a los suyos en 72 horas y la liberación de prisioneros palestinos a cambio; la desmilitarización total de Gaza; un gobierno de transición tecnócrata palestino, supervisado por un “Board of Peace” encabezado por Trump junto al ex primer ministro británico Tony Blair; y una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) para garantizar seguridad en la transición.

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La otra cara del plan es económica: reconstrucción masiva, zonas económicas especiales, financiamiento internacional. Y también política: amnistía o paso seguro para militantes de Hamás que depongan las armas. Pero con una condición central: que Hamás deje de existir como actor político o militar. Esa es la diferencia con planes previos. El “Peace to Prosperity” de 2020 ofrecía dinero sin pedir la disolución del grupo. La Hoja de Ruta de Bush (2003) se quedó corta por incumplimientos. El Camp David de Clinton (2000) fracasó en los límites de Jerusalén y el retorno de refugiados. Este plan, en cambio, junta todo: seguridad, política, reconstrucción y gobernanza, con un componente nuevo y decisivo: un mecanismo estabilizador internacional con liderazgo político real.

Hamás dice que no fue consultado y no ha aceptado nada. Pero el plan no se presenta como un borrador más, sino como un ultimátum. Estados Unidos ha prometido respaldo absoluto a Israel si Hamás se niega. Y mientras tanto, la presión internacional crece: cerca de 150 países reconocen ya a Palestina como Estado, guste o no, el objetivo de una solución de dos países está más cerca que nunca y con ello la victoria de los intereses palestinos, mientras que la narrativa israelí está derrotada. El recuerdo del ataque de octubre de 2023 se diluye bajo la sombra de una respuesta brutal que le quitó legitimidad. Israel cayó en la trampa de una guerra larga, sangrienta y sin horizonte, y perdió la opinión pública global.

El plan de Trump, guste o no, es más ambicioso, más exigente y más integral que cualquier otro. Y aparece en el único terreno donde puede prosperar: cuando todos los demás caminos están agotados.

Moneda al aire: Encinas a la OEA, el exilio de terciopelo 

A 11 años han pasado ya del caso Iguala, y durante ese tiempo hemos visto pasar a 3 procuradores generales de la república, un encargado del despacho, un fiscal general, cinco fiscales especiales, tres presidentes y una comisión especial del caso. En ella, derivado de una resolución del colegiado de Tamaulipas. 

De esa oficina salió el uso de mensajes falsos de WhatsApp, la excarcelación ilegal de presos como es el caso de Eliseo Villar que suponía sabía dónde estaban los normalistas, se le dio la calidad de testigo colaborador a Abigael González Valencia miembro del CJNG, que nada tenía que ver con el caso, se hicieron testigos colaboradores a Gildardo López Astudillo el ahora reaprehendido que rindió testimonio lleno de irregularidades, se señaló al ejército injustamente por su presunta participación que alegó  dolosamente para darle cuerpo a su supuesto “crimen de estado” y darle lo que querían a quienes litigaban el caso, además por supuesto de consentir y no formalizar los protocolos de Estambul hechos por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, todo esto al mismo tiempo de ya ser parte de la investigación en la que incluso ya testificó en su calidad de testigo esto y mucho más fue lo que hizo Alejandro Encinas en su paso por la COVAJ, hoy es propuesto para ser representante de la OEA, mucho ayuda el que no estorba.

 

Eduardo Zerón García

@EZeronG