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Hernán Requena, y la caja de Pandora

Tras la detención de Hernán Bermúdez Requena, se abre una auténtica caja de Pandora que será difícil de cerrar, ya que La Barredora no es solo un brazo criminal, sino un cártel familiar. | Eduardo Zerón García

Escrito en OPINIÓN el

La reciente detención de Hernán Bermúdez Requena en Paraguay abre una auténtica caja de Pandora que será difícil de cerrar. Fue localizado en un lujoso desarrollo, rodeado de joyas y con alberca privada. Su captura tiene dos caras: por un lado, la jurídica, que representa un golpe significativo contra el narcotráfico y el huachicol en el sureste; y por otro, el efecto social, pues en Tabasco apenas comienza a observarse una ligera mejoría en los índices de seguridad tras años sumidos en una espiral de violencia.

Apodado “El Abuelo”, Bermúdez Requena fundó esta red criminal junto con UlisesEl Pinto”, quien llegó a fungir como su jefe de escoltas. Ambos levantaron una estructura delictiva enfocada en el tráfico de migrantes, distribución de drogas, trata de personas, control de giros negros, bares y centros nocturnos, así como en el robo de combustibles (huachicol) desde al menos 2011.

En sus inicios, la organización —entonces conocida como “La Hermandad”— operaba en alianza con Los Zetas. Sin embargo, las disputas territoriales y de poder provocaron una ruptura que los llevó a buscar nuevos respaldos; fue así como pactaron con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), garantizando protección y apoyo logístico.

La relación con “El Pinto” se fracturó en diciembre de 2023, cuando los desacuerdos por liderazgo y control territorial desembocaron en un quiebre definitivo. Bermúdez se consolidó como jefe absoluto, entregó la plaza al CJNG y pasó a operar como subvencionado del cártel jalisciense. De ese modo, La Barredora alcanzó su máxima consolidación.

Informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lo identificaron como la cabeza de esta empresa criminal: decidía el ingreso de otros grupos al territorio, ordenaba ejecuciones y dirimía disputas entre líderes locales. Su poder no solo descansaba en la violencia, sino también en sus lazos políticos, que le permitieron sobrevivir y expandirse desde el sexenio de Roberto Madrazo hasta el de Adán Augusto López.

El entramado familiar también jugó un papel clave. Bermúdez controlaba el robo de combustible vinculado al Tren Maya, suministrando diésel robado a diversos tramos de la obra. Su sobrino Raúl Bermúdez Arreola fue coordinador de los tramos 4 y 5 del proyecto, aunque terminó sustituido tras acusaciones de corrupción.

Su hermano Humberto Bermúdez Requena se convirtió en un inversionista con fuertes nexos financieros en Estados Unidos, comprando departamentos de lujo en Miami y moviendo capital a través de empresas fantasma. Se le atribuyen al menos 28 compañías activas en sectores que van desde bienes raíces hasta apuestas y contratos con Pemex.

Por otro lado, su sobrino Gerardo Bermúdez Arreola fue detenido en Paraguay por operar una red de apuestas ilegales bajo la marca Crown City. Se le relaciona con la empresa paraguaya Montego Trading S.A., responsable del sitio crowncityplay.com.py. La marca Crown City Premium Corp., utilizada en casinos físicos, tiene como accionista a Humberto Bermúdez Requena. Además, la Controladora de Inversiones y Promociones del Sureste S.A. de C.V., registrada en noviembre de 2017 en Tabasco, administraba plataformas digitales de apuestas como Crown City y CityBets. La constitución de esta empresa fue realizada en la notaría de Adán Augusto López, cuando este aún ejercía como notario público en Villahermosa.

Hernán Bermúdez Requena encontró en Paraguay su santuario. Y si bien el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, admitió que la detención de Gerardo Bermúdez Arreola no está directamente vinculada con el entramado criminal de “El Abuelo”, lo cierto es que las relaciones comerciales y el presunto lavado de activos obligan a la Unidad de Inteligencia Financiera a realizar una investigación exhaustiva. Todo indica que en torno a esta trama no existe recurso lícito alguno: los circuitos financieros parecen diseñados para disfrazar operaciones ilícitas y el rastro de dinero apunta hasta Paraguay, donde las empresas constituidas por familiares no representan más que fachadas. La conclusión es inevitable: La Barredora no es solo un brazo criminal, sino un cártel familiar, y debe ser castigada con toda la severidad que el Estado tenga a su alcance.

Moneda al aire: la noche triste de Adan Augusto

Sigo sosteniendo que ningún gobernante es un dios para saber todo lo que ocurre bajo su mando. Está obligado a conocer, eso es claro; pero el hecho de que Adán Augusto López haya afirmado desconocer las actividades de su propio secretario de seguridad no lo hace necesariamente culpable, sino ignorante, y muy probablemente incompetente. Lo mismo podría decirse de la entonces ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, quien al frente de la Secretaría de Gobernación ignoró los movimientos de su subsecretario Ricardo Peralta en el huachicol fiscal, o de Felipe Calderón, que aseguró no conocer lo que a voces se decía sobre Genaro García Luna. La diferencia es que, en el caso de Adán Augusto, el manto de protección política ha comenzado a desgarrarse. Su permanencia como líder parlamentario luce hoy insostenible y, tarde o temprano, será inevitable que rinda testimonio.

Eduardo Zerón García

@EZeronG