LABORES DE CUIDADOS Y EMOCIONES

La necesidad de contemplar a las emociones en las labores de cuidados

Los cuidados implican una relación, y toda relación es mediada por una afectividad, es decir, existe una perspectiva emocional. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

En los últimos años, ante las dinámicas demográficas en varias partes del mundo, se ha colocado como parte de los temas a discutir en las agendas públicas, los cuidados de las personas adultas mayores, las poblaciones infantiles, las personas con discapacidad, entre otros sectores que requieren de un apoyo para el desarrollo de sus actividades cotidianas. 

Las propuestas de respuestas ante una realidad en aumento han sido múltiples, desde intentos de legislación en la materia hasta la promoción de apoyos económicos para quienes realizan este tipo de labores, en su mayoría, mujeres

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Al respecto, durante el 9° Coloquio de Investigación. Las emociones en el marco de las ciencias sociales: perspectivas interdisciplinarias, organizado por la Red de Investigación en Emociones y Afectos desde las Ciencias Sociales y las Humanidades (Renisce) Internacional, y celebrado en Guadalajara, Jalisco, en las instalaciones de la Universidad ITESO, se llevó a cabo un panel sobre cuidados y corresponsabilidad social.

Durante el mismo, la doctora Rocío Enríquez Rosas comentó sobre el tema acerca de que hay una tendencia a un presente con atisbos para revertir el proceso de feminización y familización del cuidado que ha cargado a las mujeres en la mayoría de los casos de cuidados, no solo en el ámbito de lo doméstico y la familia, sino también el cuidado comunitario, el cuidado no remunerado y el remunerado, ante una crisis en el sistema de cuidados

Por lo que, añadió, la conceptualización va más allá del cuidado humano, también del entorno, de la casa común, de la naturaleza y el cuidado como un espacio de intersección de múltiples desigualdades y que nos cuestiona sobre la sostenibilidad de la vida en la contemporaneidad. 

También, consideró que se debe pensar y replantear el derecho al cuidado, a ser cuidado y al autocuidado.  

Para Oliva López Sánchez, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala y co fundadora de Renisce, los cuidados, desde una lectura empírica son prácticas y un trabajo invisibilizado que no se ve hasta que se deja de hacer, por lo que ha llamado la atención últimamente, a partir de que las mujeres se incorporaron al mercado laboral, y esto ha llevado a que se tengan que reconocer como un elemento sustancial de la vida contemporánea. 

En su reflexión, la especialista indicó que esas jornadas de cuidado desproporcionadas, no solo son de corte laboral, con una carga muy notoria hacia las mujeres, y más aún, ciertos sectores poblacionales, también es afectiva, pues la salud mental tiene que ver con el lugar que ocupamos en el extracto social.  

Pero, más aún, los cuidados implican una relación, y toda relación es mediada por una afectividad, por lo que esta tiene que estar en el centro para discutir qué pasa con ella y todas las políticas y acciones en la materia deben tener una perspectiva emocional

Por su parte, Magela Romero Almodóvar, de la Universidad de La Habana, explicó que aún no se ha terminado de definir qué son los cuidados debido a la complejidad de estos, pero se deben tomar en cuenta la necesidad de entenderlos como un trabajo para su revalorización social; son un derecho, lo cual cambia el paradigma sobre la comprensión de estos, y son un pilar central para el bienestar de las personas. 

Paola Lazo Corvera, de la Fundación Marisa, resaltó que los cuidados deben redistribuirse y remunerarse, pero también, no olvidar que han impedido el avance y el desarrollo de muchas mujeres. Por lo que, es urgente seguir trabajando para dejar de lado esa noción de que el cuidado sólo es un producto del amor, y asumir que, es producto de una socialización de género en la que se ha enseñado a las mujeres a realizar dicha labor como parte de un deber ser. Por ello, consideró que es posible enseñar a los niños, adolescentes y hombres a participar en las tareas de cuidados y democratizarlos a partir de un equilibramiento de las relaciones de poder entre los géneros

Diana Vargas Salomón, de la Dirección General del Sistema DIF Jalisco, explicó que si bien la temática se ha posicionado y se les ha reconocido como un derecho, aún no es una realidad en todas las cotidianidades debido a que, para muchas personas, el tema aún es desconocido. Además de que, añadió, deben de implementarse políticas públicas en todos los niveles, conforme a las necesidades propias de las personas, con el apoyo de todos los conocimientos interdisciplinarios alrededor de los temas de cuidados.

Para las panelistas, se deben de continuar construyendo conocimientos con respecto a los cuidados en los que no se deje de lado la perspectiva emocional; impulsar medidas como la construcción de comunidades de cuidado o de cooperativas a fin de que haya redes de apoyo para quienes cuidan a otras personas; tener monitoreos del estado de las políticas de cuidados en todos los niveles; reconocer a todas las personas que realizan estas labores, pues muchas veces, no se contemplan algunos sectores que también las llevan a cabo. Por último se debe introducir el tema en las currículas escolares a través de materias como igualdad de género, a la que es preciso agregar cuidados y cultura de la paz, y programas de contención para quienes llevan a cabo estas actividades, con el reto de crear un sistema de cuidados, no con un corte asistencial, ni de atención, sino que permita tejer redes, incluidas las emocionales, y permee a toda la población.

Leonardo Bastida

@leonardobastida