TRAGEDIA EN IZTAPALAPA

Historias de heroísmo en medio de la tragedia

En medio de la tragedia y del dolor que causó la explosión de una pipa en Iztapalapa surgieron historias de heroísmo, que bien vale reconocer por su impacto en la vida de las personas a quienes auxiliaron y en la sociedad. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

Lo que ocurrió el pasado 10 de septiembre en la calzada Ignacio Zaragoza en Iztapalapa, es una de las mayores tragedias de los últimos tiempos en la Ciudad de México que, una semana después, lamentablemente sigue cobrando vidas. La volcadura –al parecer por exceso de velocidad– y explosión de una pipa con 50 mil litros de gas LP en el Puente de la Concordia, ha provocado hasta el momento el fallecimiento de 20 personas y más de 90 resultaron lesionadas, muchas de ellas de gravedad. 

Al paso de los días se ha ido conociendo la identidad de las personas que perdieron la vida por ese fatídico accidente. Entre las víctimas, que van de los 15 a los 57 años se encontraban estudiantes, maestros, un trabajador del servicio de limpia de la Alcaldía, una persona en situación de calle, un artista plástico o el chofer de la pipa, además de quienes sufrieron quemaduras graves que les dejarán huellas permanentes. Para evitar especulaciones, habrá que esperar el resultado de las investigaciones y conocer si hay otras causas de lo sucedido como el estado de la vialidad, las condiciones de la pipa o del mismo chofer –muchas veces trabajan por muchas horas sin descanso suficiente o no cuentan con la capacitación necesaria– y, en su caso, las responsabilidades que pudiera haber por ejemplo de la empresa distribuidora de gas

Pero no todas son malas noticias, en medio de la tragedia y del dolor, también surgieron historias de heroísmo, muchas de ellas anónimas, que bien vale reconocer por su impacto en la vida de las personas a quienes auxiliaron, de sus familias, y también de la sociedad ya que en tiempos tan nebulosos, con tanta violencia y egoísmo, nos ayuda a reconciliarnos y recuperar la fe en la humanidad. En primer lugar debemos aplaudir la reacción inmediata de vecinos del lugar quienes, instantes después de la explosión, salieron de sus casas con cubetas y tambos de agua e incluso recogiendo tierra de las jardineras para tratar de apagar el fuego que cubría a las personas, así como el incendio de coches y camiones ante el riesgo que se produjeran nuevas explosiones

No podemos olvidar a los choferes de taxis o de servicio de reparto como Uber y Didi que ofrecieron traslado gratuito a hospitales para las personas lesionadas e incluso para sus familiares, y desde luego al personal médico que atendió a las víctimas en condiciones muy limitadas por la falta de equipos e insumos. Pero hay dos casos que destacan, el de doña Alicia y el policía Sergio Ángel Soriano que lograron salvar a una bebé de apenas dos años. Alicia Matías Teodoro, de 50 años, trabajaba como checadora en el CETRAM de Santa Martha y, como era común, llevó a su nieta Jazlyn Azulet a su centro de trabajo para cuidarla cuando ocurrió la explosión. Para protegerla, cubrió a la pequeña con su cuerpo envuelto en llamas y, como pudo, logró salir de ahí cuando apareció el oficial de la policía bancaria quien con una navaja cortó la ropa, se llevó a la bebé al IMSS más cercano con el apoyo de su cuñado, para después regresar por la abuela.

Sergio Ángel cuenta que si bien conocía de vista a doña Alicia, pues apenas 6 días antes lo habían asignado al CETRAM, al momento de ayudarla no la reconoció pues tenía quemaduras en el 90% de su cuerpo lo que, tristemente, provocó su muerte unos días después. Además de arriesgar la vida y salvar a Jazlyn Azulet, Soriano pidió disculpas a su familia por no haber podido hacer más por ella, lo que habla de su gran calidad como persona. También hay que recordar que, este valiente policía, fue condecorado hace aproximadamente 10 años por devolver a su dueña un bolso con 42 mil pesos que encontró en el estacionamiento de un centro comercial en Polanco, y en 2024 devolvió también una cartera con 11 mil pesos que estaba tirada en un paradero de Taxqueña. Sin duda Sergio Ángel Soriano es un héroe, al igual que doña Alicia Matías que dio la vida por su nieta.

 

Agustín Castilla

@agus_castilla