Giovanna Richer es una joven mujer de 29 años con una dolorosa historia de vida que quizá sea más común de lo que quisiéramos pensar. Siendo huérfana de padre, vivía con su mamá quien, cuando cumplió 10 años, la ofreció a un hombre que en ese entonces rebasaba las cinco décadas para que abusara sistemáticamente de ella a cambio de apoyo económico y al parecer del pago de colegiaturas en una escuela privada, hasta que Giovanna alcanzó la mayoría de edad y pudo escaparse. Su madre la presionaba para que hiciera todo lo que le pidiera supuestamente para que ella y su hermano pudieran acceder a una buena educación, y por más que pidió ayuda en su entorno cercano diciendo que sufría maltrato -por vergüenza no se atrevía a mencionar la violencia sexual-, no le prestaron atención o no quisieron meterse en problemas por ser menor de edad. Al menos durante ocho años fue víctima de trata de personas con fines de explotación sexual infantil además de que, cuando apenas tenía 4 años, fue víctima también de una pareja de la mamá.
Ante la violencia física, sexual y psicológica que padeció durante su niñez y adolescencia, Giovanna decidió poner distancia y vivir por un tiempo fuera de la Ciudad de México e incluso del país, se casó en el Medio Oriente y regresó a México a los 24 años. Sin embargo, pasando la pandemia, la mamá se apareció para pedirle 50 mil pesos o de lo contrario le contaría a su esposo sobre su pasado, por lo que de plano Giovanna tomó la determinación de denunciarla. Esto fue en 2022 y, como lamentablemente es muy común, el Ministerio Público tardó un año en integrar la carpeta de investigación a pesar de la gravedad de los hechos y del riesgo que podía representarle a la víctima quien recibió amenazas constantes incluso de muerte, pero finalmente logró que en 2023 se dictara prisión preventiva justificada a su principal explotadora, Gema de la Torre Marque.
Hace un par de semanas difundió un video en redes sociales en el que compartió que estaba mostrando la cara y haciendo público su caso porque “el silencio también duele y ya no quiero seguir viviendo con ese dolor”, además de su preocupación ante la posibilidad de que, quien tanto daño le ha hecho, pudiera salir libre en una audiencia que en principio se iba a llevar a cabo el 5 de septiembre, pues señaló que el juez Eduardo Esquivel Jasso no le permitía presentar pruebas sobre todo respecto de su agresor José N, e impedía que su abogado interviniera en las audiencias por lo que pidió que se le separara del caso.
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De último momento y sin mayor explicación, el juez Esquivel Jasso decidió adelantar la audiencia en que se revisaría la medida cautelar de prisión preventiva para el pasado 1 de septiembre, lo que generó muchas suspicacias, pero gracias a que organizaciones y activistas acudieron al Tribunal Superior de Justicia en apoyo de Giovanna, se pospuso indefinidamente. Sin duda la trata de personas es uno de los delitos más despreciables que se aprovecha de la situación de desventaja de las personas atentando contra sus derechos fundamentales y contra su dignidad, siendo las mujeres y las niñas de los grupos más vulnerables.
Pero que la explotadora sea la propia madre como en esta dramática historia, es algo difícil de imaginar por el grado de crueldad que ello implica. Giovanna Richer ha sido víctima de su mamá, de su agresor directo -al parecer también de quienes fueron parejas sentimentales de Gema-, y ahora del sistema de justicia que la revictimiza. Como sociedad, no la podemos seguir dejando sola. Justicia para Giovanna.
