Los símbolos son una imagen poderosa de los rasgos, características y valores de una comunidad, cuando se acrisolan en el tiempo, se convierten en signos de identidad y motivo de inspiración para pueblos y naciones.
Las fiestas patrias concentran, más allá del folclore, los signos de los valores más apreciados de los mexicanos, los colores nacionales evocan la libertad y la independencia, la fe y la esperanza en nuestros ideales, y la unidad nacional a la que aspiramos.
El Grito de Independencia es una de las expresiones más representativas de la mexicanidad, por eso la celebración nos reúne a todos. Las fiestas patrias exaltan la fe de nuestro pueblo al amparo de la Virgen de Guadalupe; la algarabía de nuestras plazas encarna el llamado y la respuesta del alma nacional al taller de la Campana de Dolores; nuestra Bandera que ondea al grito de libertad, y el timbre sonoro de nuestro Himno Nacional, reseña y canta la luchas épicas de los héroes y libertadores que nos dieron patria, pero ante todo, las fiestas representan el anhelo de nuestro pueblo a vivir en paz, justicia y libertad.
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Hoy México es una nación soberana, los mexicanos hemos luchado por más de doscientos años de vida independiente por la libertad y el respeto a nuestros derechos fundamentales. Un país que ha pagado, a precio de sangre, la libertad ante las amenazas, internas y externas, a su integridad y dignidad nacional y al régimen democrático que nos hemos dado.
En las circunstancias actuales, nuestro país está llamado a defender el legado al que nos debemos y de preservar la integridad nacional para las generaciones venideras. Frente a las amenazas y presiones comerciales y políticas del exterior, es preciso hacer valer la unidad nacional y construir un frente común, dejar de lado la polarización y la lucha de facciones. No se debe olvidar que a los países no los derrotan los ejércitos, sino la división y los egos.
Ante las amenazas internas, alentadas por los poderes fácticos y la corrupción que los sostiene, nuestro país debe dar un paso adelante para liberarse de las presiones de los narcotraficantes, magnates y políticos que han sido cooptados por la red de la delincuencia organizada. El combate sin tregua al tráfico de armas, drogas y combustibles, que tanto ha dañado al país, pasa por conquistar la independencia de nuestras autoridades, la confianza en las instituciones de seguridad, el respeto a la legalidad y la vigencia del estado de derecho y de justicia.
México seguirá siendo una nación soberana e independiente, en la medida en que sea libre dentro y fuera de nuestras fronteras. Actuar con responsabilidad y determinación en el presente es la mejor manera de asegurar un futuro venturoso de libertad, crecimiento y desarrollo para nuestro país.
Esa es la misión de nuestra generación, a eso estamos llamados todos, autoridades y sociedad, a eso aspiramos cuando gritamos en nuestras plazas y comunidades: ¡Viva México!
