Sojourner Truth fue esclava durante cuarenta años y mujer libre otros cuarenta. Dedicó a su vida a la lucha contra la esclavitud a favor de los derechos de las mujeres negras, muchas la consideramos la madre del feminismo negro estadounidense. Y es que no es menor la pregunta que se hizo en la Convención de los Derechos de la Mujer en Akron, Ohio en 1851. Transcribo lo que se considera el discurso que esta valiente mujer pronunció.
¿Acaso no soy una mujer?
«Bueno, niños, donde hay mucho jaleo algo anda desbaratado. Creo que entre los negros del Sur y las mujeres del Norte, si entre todos nos ponemos a hablar de derechos, los hombres blancos estarán en apuros muy pronto. Pero, ¿de qué va todo lo que estamos hablando?
Ese hombre de ahí dice que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carrozas y para sortear las zanjas, y para obtener los mejores sitios en todas partes. Nunca nadie me ha ayudado a subir a las carrozas o a saltar un charco de barro, o me ha ofrecido el mejor sitio. ¿Acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mi brazo! He arado y cultivado, y he recolectado todo en el granero, ¡y nunca ningún hombre lo ha hecho mejor que yo! ¿Y acaso no soy una mujer? Podría trabajar tanto y comer tanto como un hombre, cuando sea capaz de conseguir comida, ¡y también puedo soportar los latigazos! ¿Y acaso no soy una mujer? Tuve trece hijos y vi cómo todos ellos fueron vendidos como esclavos y, cuando chillé junto al dolor de mi madre, ¡nadie, excepto Jesús, me escuchó! ¿Acaso no soy una mujer?
Así que, cuando hablan de esa cosa de la cabeza, ¿cómo la llaman? (desde la audiencia le susurran, «intelecto»). Eso es, querido. ¿Qué tiene que ver eso con los derechos de las mujeres o los derechos de los negros? Si en mi cántaro solo cabe una pinta y en el vuestro un cuarto, ¿no sería mezquino por vuestra parte que no me dejéis quedarme con la pequeña medida que me corresponde?
Ese hombre bajito vestido de negro dice que las mujeres no pueden tener tantos derechos como los hombres ¡porque Cristo no era una mujer! ¿De dónde venía tu Cristo? ¡De Dios y de una mujer! El hombre no tiene nada que ver con Él.
Si la primera mujer que hizo Dios fue lo suficientemente fuerte como para poner el mundo patas arriba ella sola, ¡todas esas mujeres juntas tendrían que ser capaces de volver a hacerlo y ponerlo después en su sitio! Y ahora lo están pidiendo, más vale que los hombres les dejen.
Les agradezco que me hayan escuchado. Y, ahora, la vieja Sojourner no tiene nada más que decir». (1)
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¿De qúe forma este discurso delineo los principios diferenciadores del feminismo negro? ¿Cómo contribuye este discurso al entendimiento de la igualdad? Sojourner Truth, no tuvo preparación académica, no fue instruida en filosofía, historia o política, sin embargo, su intuición y trayectoria de vida la dotó de elementos que hoy se consideran esenciales para entender el feminismo negro. Primero, entendió que, entre los negros del sur y las mujeres del norte de Estados Unidos, se presentaba una oportunidad para ganar derechos, el derecho de las mujeres al voto, y el de la libertad de los negros. Esta intersección entre género y raza, sugiere no solamente la alianza, concatenación o articulación de luchas, sino su posicionamiento frente a lo que consideró el principal obstáculo de ambas luchas: el hombre blanco. El hombre blanco como una metáfora de la violencia esclavista, de la desigualdad de derechos entre hombres y mujeres, y de la explotación de los pobres.
También, nos presentó una idea clave para el pensamiento feminista negro: para hacer primero hay que ser. Las mujeres negras no eran consideradas mujeres, ni siquiera humanas, eran vistas como fuerza de trabajo, cuerpos que poseer y a quienes había que civilizar con violencia. ¿Acaso no soy una mujer? Es una pregunta desafiante que afirma la existencia y la distinta desigualdad de las mujeres negras frente a las mujeres blancas, los hombres blancos y los hombres negros. Sojourner Truth describe cómo a diferencia de las mujeres blancas y en contraposición al esencialismo de género que las construye a ellas como débiles, frágiles y damiselas en apuros, a la mujer negra nadie la consideró mujer o humana. Desempeñó trabajos duros como un hombre sin distinciones y sin deferencias, nadie apelaba a su fragilidad para excluirla de la explotación y la violencia, mucho menos apelaban a que tenía derechos.
Por otro lado, también pone en perspectiva, el tema del trabajo, la familia y la espiritualidad. Señalaré que a diferencia de las demandas del feminismo del siglo XIX y XX, sobre que las mujeres tenían derecho al trabajo, a salir de las cárceles de lo doméstico, las mujeres negras siempre formaron parte de la lógica de explotación de su fuerza de trabajo y de sus cuerpos, la cárcel de lo doméstico en la plantación o la cárcel del hostigamiento en la calle formaron parte de su experiencia del trabajo. También lo ha sido, el racismo que las confinó a ciertos tipos de trabajo: trabajadoras domésticas, y trabajadoras sexuales, principalmente.
El feminsimo negro configuró una relación distinta con el trabajo, lo domestico y lo público y Sojourner nos señala mucho en unos breves párrafos, de esa experiencia diferenciada de una mujer negra.
Truth apela a una espiritualidad que dota de derechos a las mujeres: Dios nos hizo iguales, y Dios nació de una mujer, entonces, ¿por qué el hombre le niega derechos? si Dios no lo hace.
Esta heroína de la lucha por la igualdad y contra la esclavitud hizo un llamado final en su discurso: “Si la primera mujer que hizo Dios fue lo suficientemente fuerte como para poner el mundo patas arriba ella sola, ¡todas esas mujeres juntas tendrían que ser capaces de volver a hacerlo y ponerlo después en su sitio!”.
Hay una concepción práctica de la lucha en Sojourner Truth, es una lucha por tomar las riendas de nuestros destinos, por tener la capacidad de recomponer lo que el hombre blanco ha destruido, por construir y conservar.
Sin duda, este discurso que se pronunció hace 174 años, evidencia y visibiliza que las mujeres negras siempre hemos estado en la lucha por los derechos, por la dignidad, contra el racismo y a favor de la libertad, desde nuestras diferencias con las mujeres blancas, el hombre blanco y el mismo hombre negro.
Durante el siglo XX y XXI, las feministas de color, nos hemos alejado de la visión homogeneizadora del concepto de mujer de algunas feministas blancas, y Sojourner Truth lo entendió más de un siglo atrás. A pesar de ser víctimas de violencia, explotación, discriminación y racismo, las experiencias de las mujeres blancas y las racializadas no son las mismas, y un feminismo antirracusta y plural, requiere pensar en que no queremos ser iguales a ellas, tenemos el derecho de ser reconocidas, incluidas y protegidas en nuestra heterogeneidad.
*Lena Brena Ríos
Cuenta con un Posdoctorado en la UNAM, es Dra. En Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Ciencia Política, por el Posgrado de la UNAM en la FCPyS, es Maestra en Sociología Política por el Instituto Mora.
Desde 2024, es Coordinadora de la Agenda de Derechos Humanos de la campaña a la jefatura de gobierno de Santiago Taboada, por la coalición Va por la Ciudad de México. Es docente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en la asignatura de “Sociología y Metodología de los Derechos Humanos”, también imparte la asignatura de “Feminismo afrodescendiente” y “Género, Violencia y Ética comunitaria”, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha trabajado en órganos de derechos humanos tanto civiles como no jurisdiccionales y en el gobierno de la Ciudad de México. Es activista en la UNAM contra todo tipo de violencias, especialmente la violencia política mediática.
(1) Truth S. (20 de septiembre de 2018), El discurso fundador del feminismo negro: «¿Acaso no soy una mujer?» de Sojourner Truth, Afribuku, https://www.afribuku.com/feminismo-negro-estados-unidos-sojourner-truth-acaso-esclavitud/.
