COOPERACIÓN INTERNACIONAL

Sísifo y el futuro de la Cooperación Internacional para el Desarrollo

Desde su surgimiento en 1961, la Cooperación Internacional para el Desarrollo ha buscado impulsar el progreso global, pero crisis políticas, conflictos armados y pandemias han desviado su rumbo. | Jair Asaf Aguilar*

Escrito en OPINIÓN el

En este espacio explicaré de manera breve una interpretación de la Cooperación Internacional para el Desarrollo y lo que se expresa en estos últimos años como la crisis de esta. Para ello voy a hacer alusión a una narración con la que podemos estar familiarizados: el “Mito de Sísifo”.

De manera general, y omitiendo una serie de elementos que son importantes para entender la historia de Sísifo, debemos saber que a este personaje le fue impuesta una tarea (un castigo) por desafiar a los dioses, empujar una piedra de gran magnitud desde el pie de una montaña y cuesta arriba hasta la cima de esta, pero antes de lograr completar la tarea la piedra comenzaba a caer. Ante esto Sísifo volvía al pie de la montaña para volver a hacer esta tarea por la eternidad.

Para ilustrar el ejemplo de la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID), el ser humano llegó al pie de la montaña, denominada la Era del Desarrollo, en el año de 1961, de acuerdo con lo anunciado por Naciones Unidas. Por primera vez la humanidad debía dirigirse a alcanzar este objetivo común y velar por aquellas naciones que estaban lejos de hacerlo. Para este momento la idea del desarrollo era un sinónimo de progreso social, como resultado de un crecimiento económico.

Sin embargo, la visión del desarrollo se comenzó a cuestionar entre las décadas de 1970 y 1980. Lo que se puede entender como la caída de la piedra para Sísifo y la labor de volver a comenzar. Pero el resultado fue importante, pues se desarticuló la visión del progreso social y comenzó a comprenderse que existen distintas nociones de desarrollo.

Es a partir de 1989 con el concepto de “Desarrollo Humano”, una visión que concibe el desarrollo de capacidades individuales como una forma para elegir con libertad el tipo de vida que se desea alcanzar a nivel individual y colectivo, así como de la creación de métricas para calcular el progreso de este (Índice de Desarrollo Humano), que comenzó una era distinta para la CID.

La creación de la Agenda del Milenio en el año 2000 es la cristalización de esta nueva visión del desarrollo, para alcanzarla se establecieron una serie de objetivos. 15 años más tarde, y sin haber podido cumplir con lo planteado, se reformularon los objetivos para crear la Agenda 2030 (que se encuentra vigente), conformada por 17 objetivos, de los que se desprenden 179 metas y que cuenta con 231 indicadores, con los que se revisa el progreso de la Agenda de manera anual con la información proporcionada de manera voluntaria por cada país.

Desde ese momento en adelante se sumaron esfuerzos por parte de los Estados, los organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales y los actores privados en aras de alcanzar dichos objetivos. Sin embargo, un fenómeno global que fue la pandemia por COVID-19 desviaron la atención de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y se dirigieron a un problema común, lo cual derivó en un despliegue de cooperación económica, material y técnica en el sector salud. A pesar de dejar de lado la Agenda 2030, en este momento el sistema de la CID fue clave.

Sin embargo, en los últimos años se ha señalado en diferentes medios de comunicación y a través de las redes sociales que nos encontramos en una crisis de la cooperación internacional. A partir del año 2022, con el inicio del enfrentamiento ruso-ucraniano, el conflicto del Estado de Israel y el pueblo palestino en el territorio de Gaza y la entrada de gobiernos nacionalistas, como el de Donald Trump en Estados Unidos, quien ordenó el cese de operaciones y posterior cierre de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés) a inicios del presente año, han llevado a dar fin a programas y proyectos de cooperación en distintas regiones del mundo. En este momento la piedra va cuesta abajo.

Una vez más al pie de la montaña llamada Desarrollo

De acuerdo con información presentada este año por Naciones Unidas, ningún país alcanzará a lograr la Agenda 2030. Sólo el 17% de las metas de los ODS se alcanzarán a nivel mundial. Por supuesto, existe una diferencia amplia en las diferentes regiones. En el caso de América Latina se prevé que se alcanzará el 23% de las metas, pero la zona de El Caribe sólo logrará un 13% de las metas, lo anterior de acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

¿Pero a qué se debe que las cifras sean tan bajas? De acuerdo con investigadores del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, en el artículo “Correction: Sustainable visions: Unsupervised machine learning insights on global development goals” explican que la Agenda 2030 carece de una visión integral, ya que cada uno de ellos están correlacionados y si uno falla varios más lo harán. También destacan que la forma en la que avanza un estado en cumplir los ODS está determinada por la geopolítica mundial.

Ante las cifras presentadas, Naciones Unidas insta a que se deben continuar los esfuerzos para el año 2030, pero también ha presentado en septiembre del 2024 el Pacto para el Futuro, que, si bien no es una Agenda, presenta una serie de acciones para corregir el rumbo actual de los ODS bajo 5 pilares: 1. desarrollo sostenible y financiación del desarrollo; 2.paz y seguridad internacionales; 3.ciencia, tecnología e innovación y cooperación digital; 4.juventud y generaciones futuras; y 5. transformación de la gobernanza mundial.

Esta nueva construcción de lo que significa alcanzar el desarrollo colocará de nueva cuenta el rumbo de la CID, donde los Estados pueden encontrar puntos de coincidencia como es la seguridad internacional, la innovación. En resumen, la condena del esfuerzo sin fin.

Jair Asaf Aguilar Badillo*
Maestrante en Cooperación Internacional para el Desarrollo del Instituto Mora. Licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM. Profesor e investigador en temas de Política Internacional Contemporánea, Norteamérica, Medio Ambiente y Cooperación Internacional. 
 

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