El domingo pasado aterricé en la terminal 1 del AICM a las 14 horas y todo era normal. Cuando salí, un par de días antes, se me hizo raro que toda la zona de espera, -pasando el punto de seguridad y antes de la zona de abordaje- estaba cerrada y en remodelación, eso hizo muy incómodas las dos horas de espera del vuelo, pero bueno, también la terminal 2 está en remodelación en la zona de espera y se me hizo irrelevante. Unas horas más tarde, después de la comida inició una tormenta que llevó al cierre del aeropuerto y a su total inoperancia hasta el lunes por la mañana.
No es novedad porque todos lo vimos, pero el aeropuerto de la capital de un país se cerró por una lluvia. Una lluvia fuerte, sí, pero no es un huracán, un temblor o cualquier otra catástrofe que justificara dejar varadas a más de 10 mil personas… desgraciadamente no es una excepción, es la regla. Algunos comentarios al respecto:
- El “Bachetón” es un programa que inauguró a mediados de octubre del año pasado la jefa de gobierno Clara Brugada. Era pertinente cuando lo presentó, pero hoy es una necesidad absoluta. De la calle más chica al periférico, de las zonas marginales a las de mayor poder adquisitivo, la Ciudad de México parece que fue bombardeada.
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- Carretera México-Querétaro, hace dos semanas. Periférico a la altura de Cuautitlán un camión grande varado sin poder ir para adelante o para atrás. Un bache detuvo a un camión y lo inhabilitó, para un coche normal no hay esperanza alguna.
- Carretera de Marcos Castellanos a Sahuayo, en Michoacán, hace tres semanas. Pasadas las siete de la tarde, parecía una terracería que nunca había sido pavimentada. No bastaba con correr el riesgo de un secuestro, asalto o retén del crimen organizado por circular ahí, no perder una llanta en el camino se hizo más presente. Todos los del lugar sabían los riesgos, que el “capo” local, que los que vigilan, que los camiones que se roban, y además la gran posibilidad de quedar varado por caer en un bache gigante.
- La rumorosa hace un par de meses, de Mexicali a Tijuana y de regreso para llegar a la carne asada para pedir la destitución de la gobernadora sin visa. No es el barranco que ha cobrado tantas vidas por la imprudencia, ahora es no caer en un bache, cuidarse de los convoyes de camionetas “raras” y estar atentos a lo que vaya pasando.
- Semana pasada, regreso de Durango al AIFA. Del AIFA a la Ciudad de México se cruza una parte del Estado de México, quizás Ecatepec, no sé, pero había un carril confinado al Metrobús. En el único carril que quedaba en algunos tramos había hoyos en donde bien podía caber una motocicleta entera, para evitarlos la gente se mete al carril del Metrobús y esquiva, pero el riesgo es permanente. La zona transpira inseguridad. Grafitis, todo oscuro y con las tiendas de abarrotes con una pequeña rendija para pedir, pagar y recibir la compra. Ahí no se vive, se sobrevive, y ese camino es el que sugiere el GPS para volver del AIFA.
- Calzada de Tlalpan siete de la mañana, ni para adelante ni para atrás, carriles de ambos lados cerrados en donde parece que están haciendo algo como una ciclovía… Si es una ciclovía no hace falta reducir a un carril la circulación… es más, si es una ciclovía sólo se ocupa poner la separación (como topes) pero están levantando la banqueta en algunas zonas.
- Dicen que la calle de Canal de Apatlaco entre Iztacalco e Iztapalapa se reconoce como la calle con más baches en la Ciudad de México… aunque es un concurso difícil de ganar, es donde cruzan los camiones que van a la central de abastos, creo que el “bachetón” no ha sido muy exitoso.
- Las remodelaciones dicen que son por el mundial de futbol, por eso el Azteca y los aeropuertos están en obras, pero incluso para el relumbrón hay que ser profesionales, porque si saliendo va a parecer zona de desastre, de poco servirá tener una bonita sala de espera. El mundial será -si es como suelen ser- en verano, o sea que habrá lluvias también y no sólo es la lluvia. Es el metro que está abandonado, es la incapacidad de tener calles en buen estado y la realidad de que no es un tema de la CDMX es de todo el país.
No es la lluvia más fuerte en 100 años, ni que el crimen organizado está operando, es la incapacidad de un gobierno que en lo que no ha sido corrupto, ha sido completamente inepto. Es ver a la población bajo el yugo de los criminales que hoy no se distinguen del oficialismo. Son los 28 años de gobierno de izquierda en la CDMX, es ver a los morenistas vacacionando en los destinos más lujos y a dos diputados que les “regalan cortesías”, pero por lo visto también zapatos y relojes de cientos de miles de pesos.
La gente no está indignada por ver a Andy o al presidente de la Cámara entre lujos, eso sería más que merecido si viviéramos en un país que lo ameritara. Pero mientras unos sobreviven entre criminales y ciudades en ruinas otros se pagan lujos en Prada y asesores de imagen de más 100 mil de nómina. Eso es lo que molesta.
