Después de los lamentables eventos que llevaron a la destrucción de las Torres Gemelas en los Estados Unidos, es de todos sabido que un fallo de inteligencia llevó a aquella nación a iniciar una guerra contra Irak, que nada tenía que ver con los ataques, que no tenían armas de destrucción masiva y, por supuesto, que estaban peleados con Al Qaeda. Millones de muertos se contabilizan por esa incursión. Quienes estuvieron en esas guerras recuerdan que, en un principio, pensaban que iba a durar algunos días y serían elevados a héroes, nada de esto pasó, Irak cayó a un abismo del cual jamás se reparó y ahora vive sumido en la pobreza, después de una guerra civil que a la postre llevó a la creación de terribles organizaciones terroristas como ISIS o ISIS-K y los americanos perdieron vidas, dinero y nada mejoró.
Donald Trump ha construido su reputación cumpliendo buena parte de lo que promete. Lo hizo cuando designó a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas, cuando amenazó con aranceles del 25 % a México si no frenaba la inmigración y el fentanilo, cuando ordenó la destrucción de instalaciones nucleares en Irán, cuando vinculó el interés por Ucrania a sus minerales raros o cuando impuso aranceles del 120 % a China. Ahora ha firmado una orden ejecutiva que autoriza el uso de las fuerzas armadas contra organizaciones designadas como terroristas extranjeras, incluidos los cárteles mexicanos, lo cual ha planteado la posibilidad de una incursión militar en territorio mexicano.
Esta aseveración con tan pocos elementos es temeraria, alarmista, y tendiente al escándalo cuando no se tienen elementos para confirmarla; sin embargo, tampoco es nueva. Desde Trump 1.0 ya se discutía, como lo reconoció Mike Pompeo —quien fue su director de la CIA y posteriormente secretario de Estado— en su libro Never Give an Inch: “Partes significativas de México ya no son vigiladas por el gobierno central. Existen fuerzas armadas enteras —los ejércitos privados de los cárteles criminales mexicanos— que imponen su ley mafiosa sin interferencia gubernamental… Pompeo recuerda a sus lectores que Trump vio venir esto cuando reflexionó sobre ‘volar drones dentro de México para eliminar a los cárteles con misiles’”.
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Marco Rubio, actual secretario de Estado y exsenador por Florida, advirtió que este asunto pasaría de ser un tema de procuración de justicia a uno de seguridad nacional. Y, según Reuters, funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato reconocieron que “se está considerando la posibilidad de ataques con drones contra cárteles en México”.
La orden ejecutiva firmada por Trump, al habilitar el uso de las fuerzas armadas contra entidades designadas como terroristas, podría ser utilizada como base jurídica para actuar contra un régimen extranjero vinculado a dichas entidades. Esto abre dos escenarios: el primero, que forme parte de una estrategia de cambio de régimen, por ejemplo, para Venezuela; o el segundo, que se trate de un acto de disuasión, coherente con su cultura estratégica, sin que ello determine acciones en concreto; sin embargo, todo puede pasar.
La presidenta Sheinbaum negó tajantemente, por todos los canales oficiales, cualquier posibilidad de una invasión. El embajador Ronald Johnson, por su parte, matizó al sugerir que podría explorarse una acción conjunta, sin precisar alcances. La incertidumbre persiste. Las fuerzas armadas mexicanas reportan decomisos importantes, detenciones y una reducción en el flujo de fentanilo; sin embargo, ciertos episodios —como la presunta fuga de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” y las solicitudes pendientes del Departamento de Estado— han alimentado especulaciones sobre la paciencia de Washington. De confirmarse, podrían interpretarse como detonantes de presión, aunque también es posible que esta escalada forme parte de una estrategia de disuasión habitual en la cultura estratégica estadounidense, más que de una intención inmediata de intervención.
La fuga, tanto de información como del objetivo, (de ser cierto) supone que Washington no tiene paciencia (ni debería tenerla) para este tipo de eventualidades, y el golpe en la mesa sería claro: “Si no puedes, tú, lo hago yo y a mi manera”. Y si bien estas son meras conjeturas, elucubraciones y demás, realmente no tenemos claridad del porqué de la escalada, o para qué.
Moneda al aire
La entrega por parte de México de un nuevo paquete criminales supondría un aliciente para desmotivar la posibilidad de una invasión por parte del gobierno americano, también la expulsión de Abigael González Valencia representa un duro golpe al Cártel Jalisco Nueva Generación y su brazo financiero conocido como los Cuinis, bien lo advirtió el Secretario de Defensa Pete Hegseth: “ sabemos un poco más de ellos de lo que creen que sabemos” y con ello actuarán en consecuencia, al tiempo.
