La Alcaldía Cuauhtémoc arrastra varios temas importantes desde hace varios años: inseguridad y aumento de las extorsiones, servicios públicos de mala calidad (recolección de basura, alumbrado público, recuperación y mantenimiento de vialidades), falta de ordenamiento territorial, alta presencia de personas en situación de calle, y de manera reciente el tema de la gentrificación y sus consecuencias de desplazamiento.
Sin embargo, la titular de la Alcaldía está más ocupada con temas de agenda política, que en la atención de estos asuntos que realmente interesan a la ciudadanía. La reciente polémica por el retiro de las estatuas de dos íconos de la revolución cubana: Fidel Castro y el “Che” Guevara, del jardín de la colonia Tabacalera, es una más de las acciones que confirman la estridencia, frivolidad y el sin fondo de las formas de gobierno de la actual administración local.
Más allá de la simpatía o no que podamos tener con el tema, o con personajes relevantes para la historia del pueblo cubano y de la propia capital mexicana (recordemos que aquí fue el encuentro que hizo posible el lazo entre ambos, previo a iniciar la revolución cubana para derrocar al General Fulgencio Batista); las acciones encabezadas por la alcaldesa de la Cuauhtémoc abren paso para un debate más profundo sobre izquierdas o derechas: ¿son éstas las soluciones de gobierno que ocupamos quienes habitamos esta Alcaldía?
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Además de la ilegalidad de proponer la subasta de dos monumentos, patrimonio de la Ciudad de México, la alcaldesa ha incurrido en un grave desacierto político y social: polarizar a los habitantes de la demarcación, en medio del ambiente ya enrarecido que priva en muchos sectores. Hace poco, recordemos, la marcha contra la gentrificación y el desplazamiento, que de fondo necesita soluciones integrales; estuvo manchada por la violencia y la xenofobia.
Tras ello, la alcaldesa, lejos de entrar a un tema de verdad trascendental para el bienestar de miles de familias que habitan desde hace años los barrios, colonias y zonas tradicionales de la Cuauhtémoc; se inventa un escenario trasnochado de “comunistas de clóset”, para generar odio y la polémica mediática y reacciones enardecidas en las redes sociales.
Ese mismo jardín, que ocupa hoy la atención de la alcaldesa por las estatuas del Che y Fidel Castro, forma parte de una extensa red de espacios públicos, parques y jardines; que se encuentran en el abandono por la falta de servicios (como poda, limpieza y seguridad). Son los jóvenes y las familias de la demarcación quienes terminan siendo los afectados por una ciudad inaccesible y excluyente.
La Alcaldía Cuauhtémoc cuenta con una profunda riqueza, social, cultural e histórica. Pero además, se trata de uno de los centros económicos más importantes de la Ciudad de México. En sus calles confluyen a diario millones de personas que se mueven y establecen en sus centros de trabajo, ubicados en zonas como Reforma, Chapultepec, Insurgentes Norte y Eje Central, por nombrar algunas.
Se trata de más de 5 millones de personas que confluyen a diario por la Alcaldía. No por nada la Cuauhtémoc se ha convertido en la séptima economía a nivel nacional, y en ella se han abierto hasta 3 mil negocios de bajo impacto en un solo año (2022), generando más de 24 mil empleos en tiempo récord. Pese a ello, los problemas que persisten en la demarcación, insisto, siguen posponiéndose en detrimento de la calidad de vida de la ciudadanía.
No es la primera vez que la alcaldesa destaca en la palestra pública. Pero no por sus decisiones acertadas en materia de políticas públicas y soluciones para esos temas que mencioné, sino, lamentablemente, por las frivolidades que retrata en las redes sociales, en donde parece más influencer, que encargada de una administración pública que da buenos resultados.