EL ISSSTE Y LA EDUCACIÓN MÉDICA

Ingenua campaña contra la violencia en la educación médica

El ISSSTE publicó un decálogo para promover ambientes académicos saludables que no sólo peca de ingenuo, sino que pretende ocultar el inmenso problema de violencia en la educación médica. | Mauricio Sarmiento

Escrito en OPINIÓN el

En los últimos días hemos visto mucho interés por el tema de la violencia en la educación médica. La Dirección General de Calidad y Educación en Salud (DGCES) publicó en redes sociales una imagen genérica (generada por IA) de varios médicos platicando con el mensaje: “Formar en ambientes tóxicos no crea profesionales fuertes, crea profesionales heridos”. Más allá de que esto sea o no cierto, la realidad es que la DGCES, cuando acudimos a ella por casos de abusos o violencia, generalmente se lava las manos y hace muy poco. Para las personas que llevamos muchos años defendiendo los derechos de los residentes es una ofensa que teniendo tanto poder sólo les alcance para una campaña en redes sociales y no en hacer los cambios tan importantes que requiere nuestro sistema. La salud en México está en crisis y el gobierno en austeridad perpetua; hubiera sido mejor no gastar lo poco que tenemos en algo tan ingenuo. Algo bueno que está haciendo la DGCES es una encuesta nacional de derechos humanos y médicos en formación. Esperemos que su Estrategia de Ambientes Académicos Saludables vaya más allá de las buenas intenciones. 

De la misma manera, el ISSSTE en su página de Facebook publicó un decálogo para promover ambientes académicos saludables que no sólo peca de ingenuo, sino que pretende ocultar el inmenso problema de violencia bajo una mirada psicologista, sin reparar en las condiciones materiales en que se prestan los servicios de salud. Esta mirada que todo lo centra en la atención psicológica no es casualidad, es una estrategia para sacar de la conversación las causas reales de la violencia. No se habla de la autoridades omisas, la ausencia de procedimientos efectivos, de la complicidad, de los abusadores protegidos, de la falta de supervisión, de las largas jornadas, del exceso de trabajo, la falta de insumos, las malas condiciones de los lugares de descanso y baja calidad de la alimentación. Las autoridades usan esa mirada del problema con el propósito de quitarse responsabilidad y transferirla a la víctima.

El problema de la violencia en la educación médica no se va a resolver mandando a los internos y residentes al psicólogo. Necesitamos mejorar las condiciones materiales, equilibrar las relaciones de poder y crear verdaderos procedimientos para castigar a los generadores de violencia y aquellos que los encubren. 

Analicemos el decálogo del ISSSTE

El punto uno es: “Si necesitas apoyo psicológico, pídelo”. En nuestra experiencia cuando los médicos piden apoyo psicológico, en ocasiones los presionan e incluso los han dado de baja debido a que dejan de asistir a sus actividades por ir al psicólogo. No basta con poner una línea en donde puedan pedir la ayuda, sino que no sean castigados o estigmatizados por ello. Además, si los médicos en formación están pidiendo ayuda psicológica a lo mejor las condiciones de sus hospitales son muy malas. ¿Por qué el ISSSTE no pone eso dentro de su decálogo? ¿Cómo promover ambientes académicos saludables? Punto uno, buenas condiciones de trabajo, jornadas reducidas, alimentación adecuada, insumos suficientes, mejorar la supervisión, reducir las desigualdades de poder dentro del hospital. 

Si los médicos en formación tienen problemas psicológicos se debe -en gran medida- a las pésimas condiciones en que realizan sus funciones. Es increíble que tras la violencia que sufren los médicos en formación, el primer paso sea la ayuda psicológica. ¿En qué parte del decálogo está el crear procedimientos eficientes y rápidos para hacer frente a los generadores de violencia? No seamos ingenuos, los problemas psicológicos tienen una causa. Está bien que se les ofrezca ayuda psicológica a los médicos, pero que tal reducir la jornada laboral, mejorar la alimentación, invertir en mejores áreas de descanso, crear procedimientos para perseguir a los generadores de violencia

El segundo punto del decálogo es: “Rechaza firmemente cualquier forma de violencia”. Este punto es ingenuo hasta el punto de ser ofensivo. Cómo van a rechazar la violencia si en ocasiones las autoridades defienden a los que la generan. Uno de los problemas más graves relacionados con la violencia en la educación médica es la impunidad. No es culpa de la víctima por no rechazar firmemente la violencia, es que no se tiene confianza en las autoridades, no existen procedimientos adecuados para denunciar.

Tercero: asegura relaciones colaborativas y respetuosas: Quien escribió el decálogo no tiene idea de los tipos de violencia que vemos en los hospitales o de la manera en que se dan las relaciones dentro de los establecimientos de salud. Por ejemplo, en el caso de la violencia sexual y de género no es culpa de la víctima por no asegurar relaciones colaborativas y respetuosas. El problema es mucho más profundo, no es posible generar este tipo de relaciones con una persona que se sabe impune y protegido. 

Por otra parte, las relaciones en los hospitales son rígidas y extremadamente jerárquicas, con grandes desequilibrios de poder que se ven agravados por la falta de procedimientos eficientes para denunciar abusos. No es que los médicos no quieran crear relaciones colaborativas y respetuosas, es que dentro de una institución total es incluso penado crear estas relaciones. 

Cuarto: Utiliza los canales oficiales, confidenciales y seguros. Estos canales tradicionalmente son ornamentales y sólo ayudan al perpetuador de la violencia. Por ejemplo, en el caso de Abraham y muchos otros no se hace caso de la información que se comparte por estos canales. Existe realmente una investigación de los hechos cuando el caso se hace público o se empiezan a cerrar vialidades. Por otra parte, perdón, pero la víctima puede utilizar cualquier canal que considere necesario y suficiente para que su voz sea escuchada, para exigir justicia. 

Otro punto: Construye redes de apoyo. El ímpetu de la violencia que se esconde bajo el manto de quien se sabe impune rompe cualquier red. Lo hemos visto muchas veces. Cuando se presenta un caso de violencia, los cómplices del generador de violencia amenazan, crean intrigas, destruyen las redes de apoyo. En la institución de salud nadie escucha, en la universidad se lavan las manos. ¿Cómo vamos a crear redes de apoyo en un ambiente tan hostil? Necesitamos redes de apoyo, pero también que se cumpla con buenas condiciones laborales y procedimientos adecuados. Mientras no existan autoridades y procedimientos va a ser muy difícil crear redes y que estas resistan el embate de la violencia

En el punto nueve menciona: “conoce tus derechos y obligaciones”. ¿De qué sirve conocer los derechos si no existen procedimientos efectivos, rápidos e independientes para hacerlos valer? Está bien que conozcan sus derechos, pero las autoridades deberían tener procedimientos adecuados, de otra manera son letra muerta. 

Ya casi al final menciona: fomenta acciones que promuevan tu salud mental, el descanso y el autocuidado para un bienestar integral. ¿Quién escribió esto? ¿Sabe usted por qué los médicos en formación no descansan? Por qué la NOM establece jornadas de más de 36 horas continuas con un promedio anual de 80 horas/semana. No queramos culpar a la víctima por las normas y las prácticas de las instituciones de salud. Aquí el ISSSTE pide que descansen, créanme ustedes que el sistema está hecho para evitar el descanso. 

Sin duda alguna estamos atravesando un pésimo momento con relación a la violencia en la formación del personal de salud. El sistema de salud está pasando por una de sus etapas más complicadas desde que se articuló. Es triste que la única manera en que las autoridades quieran afrontar el problema es por medio de campañas en redes sociales y estrategias completamente sesgadas que sólo miran a través de una perspectiva, pero se niegan a observar el panorama completo. No se habla de crear nuevos procedimientos, de verdaderas campañas de cero tolerancia, de terminar con la complicidad universidad-establecimiento de salud en contra del médico en formación, de transparentar información, de abrir los establecimientos para realizar estudios sociológicos y estadísticos independientes para realmente describir el problema. 

Lo que parece que nos quiere decir esta estrategia es: Prepárate, conoce tus derechos, ve al psicólogo, porque aquí las cosas se van a poner muy mal, más vale que vengas preparado.

Mauricio Sarmiento

@Sarmientomau