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¿Está en riesgo la libertad de expresión?

Hasta ahora, no hay evidencia de un plan explícito y viable para instaurar la censura en México. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

Las distintas acciones que amenazan la libertad de expresión en México no deben normalizarse ni dejar de señalarse públicamente. Los casos documentados han ido en aumento. Algunos, incluso, están generando controversia por su aparente desproporción, como sucedió con el reciente requerimiento que hizo el INE a La Silla Rota, ocurrido la semana pasada.

Si bien es cierto que la censura no debe imponerse por medio de ninguna ley, también lo es que no hay evidencia de un plan explícito para que el gobierno de la República la instaure. Sin embargo, las diversas presiones que se están dando con el fin de lograr un mayor control de los medios se perciben como advertencias serias de una situación a la que no debemos volver.  

La libertad de expresión y el derecho a la información son dos pilares muy importantes de la democracia. Y en el nuevo ecosistema de comunicación se han establecido nuevas coordenadas en la interacción política, por lo que se ha modificado drásticamente la frontera entre lo público y lo privado, propiciando el desarrollo de nuevos paradigmas de inclusión y exclusión social.

Los nuevos modelos que emergieron con los medios digitales, crearon nuevos límites y paradojas entre la libertad y el control. Por un lado, incrementaron el empoderamiento de la gente al ampliar sus condiciones de libertad y equidad. Por el otro, la amplia libertad que surgió con ellos afectó la privacidad, la información y la tranquilidad de quienes participan en cualquier medio con nuevas formas de censura.

Por si no lo leíste: Censura en México: Los casos que ponen en riesgo la libertad de expresión.

Además, las redes sociales también contribuyeron a mejorar y ampliar los mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana, lo que impactó no sólo las relaciones interpersonales, el trabajo, la salud, la cultura y el uso del tiempo libre, sino también los marcos normativos que rigen la libertad de expresión y el respeto a todos los derechos humanos.

El fenómeno al que asistimos se presenta en todas las regiones del mundo. Con el regreso del populismo, los profesionales de los medios tienen que hacer frente a nuevas presiones que intentan desacreditar su trabajo. Incluso, en varios países se han incrementado los casos de persecución, arresto, obstáculos para realizar su labor y, peor aún, el número de homicidios.

Las amenazas y riesgos están presentes en muchos entornos, hasta en países en los que se pensaba que era prueba superada. En la Unión Europea, por ejemplo, los ataques contra periodistas y comunicadores se están dando también a través del espionaje digital y con presiones sutiles y sofisticadas, que terminan por deteriorar —de manera preocupante— su ámbito de trabajo.

Consulta: Cristina Pauner Chulvi. "La protección de las fuentes periodísticas en la era digital y el impulso regulatorio de la información europea", en UNED Teoría y Realidad Constitucional, Número 54, 2024, pp. 189-216. 

Por si fuera poco, en las Naciones Unidas también se reconoce una importante erosión global de la libertad de expresión. Con base en el Informe presentado por la relatora especial sobre la libertad de opinión y expresión, Irene Khan, las tecnologías digitales acentúan el problema. 

La especialista explica que “la política polarizada, la desinformación rampante en redes sociales y un sector mediático debilitado” están degradando este derecho humano, de manera particular el entorno electoral. El Informe fue presentado el pasado 11 de junio ante el Consejo de Derechos Humanos.

La situación, agrega, ha llevado a un incremento en las denuncias de ataques a periodistas, funcionarios políticos, minorías y autoridades electorales, así como el uso de discursos de odio por figuras públicas, acciones que violan el derecho internacional”, a tal grado que la confianza pública ha llegado a mínimos históricos.

En el mismo sentido crítico se tienen que considerar las amenazas que desde el poder se hacen a periodistas y comunicadores para que revelen, sin resistencia, las fuentes de la información que difunden. Como bien sabemos, con este mecanismo de censura se afectan gravemente la libertad de expresión y el derecho a la información. Sin embargo, también se puede asegurar que los esfuerzos no han fructificado en la medida que se han ejercido las presiones desde diversos espacios.

Te recomendamos: El declive de la libertad de expresión amenaza la integridad electoral. Noticias ONU, 18/06/2025.

Pero eso no es todo. En el marco de los escándalos vinculados en los atentados contra la libertad de expresión —que cobran mayor relevancia por el inmenso poder de las redes sociales— se favorece la autocensura

Con este recurso silencioso de quienes no quieren la democracia, se inhibe la libre expresión de las ideas, los cuestionamientos a la autoridad y las críticas a las instituciones y personajes de poder. El problema es real y hay que atenderlo porque crece rápidamente.

Por ahora, es preciso reconocer que sí existen varios indicios que apuntan a una regresión en materia de libertad de expresión y derecho a la información. Los casos denunciados y los procesos jurídicos abiertos así lo confirman.

Sin embargo, los hechos también demuestran que se trata de experimentos perversos, amenazas y riesgos que deben atenderse con todo el poder que aún tienen los medios y la ciudadanía. Si la decisión final fuese en el sentido de imponer un régimen de censura, lo más probable es que no darán los resultados que esperan quienes lo promueven.

Recomendación editorial: M.ª Olga Sánchez Martínez. Los efectos disruptivos de la comunicación digital. Madrid, España: Editorial Dykinson, 2025.

 

José Antonio Sosa Plata

@sosaplata