TMEC

¿Revisión o renegociación del TMEC?

El gobierno de México sigue sosteniendo que habrá un acuerdo inmediato con Estados Unidos en seguridad, migración y comercio; y que el TMEC será revisado conforme al calendario oficial del acuerdo firmado. | Marco Adame

Escrito en OPINIÓN el

Entre las guerras que se libran dentro y fuera del país, la económica es la más intensa y, al parecer, la que explica todas las presiones que se aplican a los países que, como México, son el blanco de los intereses de las superpotencias. 

El sistema internacional está experimentando grandes cambios en la distribución de poder, en especial por la disputa de China a la hegemonía de los Estados Unidos, lo que implica un reacomodo de fuerzas y la transición a un sistema más fragmentado y competitivo, con nuevos pesos regionales y una gran cantidad de actores disputando la participación y la influencia en el nuevo orden geopolítico. En medio de la complejidad y de tantas variables, habrá  que recordar la frase de James Carville, “es la economía estúpido”. 

Durante los últimos meses, nuestro país ha enfrentado la amenaza de sanciones y aranceles generales y específicos. A partir de marzo, la orden ejecutiva 14194 incluyó un arancel del 25% a todas las exportaciones mexicanas, con excepciones temporales a los productos que cumplan con las reglas de origen del TMEC, lo que equivale al 85% de nuestro comercio con los Estados Unidos. 

Entre los aranceles específicos se afectaron productos como el acero y el aluminio; autopartes de automóviles que no cumplan requisitos de contenido regional, lo que implica pérdidas de hasta 10,000 md y de miles de empleos; en abril se afectó al tomate con un arancel del 20% y a otros productos agrícolas, como el aguacate, cerveza y tequilas, que no cumplan con el tratado comercial. Misma situación enfrentan los productos electrónicos, el cobre, y otros que están en la mira, como semiconductores y farmacéuticos.

En todos los casos se especificó que las medidas obedecen a la falta de resultados en la guerra contra el tráfico de drogas y el fentanilo. 

Las sanciones a la aeronáutica son en respuesta, se dijo, al traslado forzado de las operaciones de carga al AIFA, sin considerar que la sanción afecta alianzas comerciales, precios, frecuencias y rutas de vuelo, con la consiguiente pérdida para las aerolíneas nacionales.

Y en cuanto a migración, las redadas y deportaciones siguen a la orden del día, acompañadas de un discurso beligerante e inhumano por parte de las autoridades migratorias. 

Ante este cúmulo de presiones, perfectamente dirigidas, el gobierno de México sigue sosteniendo que habrá un acuerdo inmediato con los Estados Unidos en seguridad, migración y comercio; y que el TMEC será revisado conforme al calendario oficial del acuerdo firmado. A estas alturas, la posibilidad de un acuerdo transitorio y de una simple revisión del tratado es casi imposible.

Para mayor precisión, el secretario de comercio del país vecino, Howard Lutnick, ha señalado que Estados Unidos quiere una renegociación, aún más, que “la recolocación de las empresas debe ser en Estados Unidos y que el presidente Trump no quiere que se construyan autos en Canadá o México, cuando pueden fabricarse en Michigan y Ohio”.

Ante la evidencia, bien haríamos como país en concentrarnos en esta negociación, en resolver los frentes abiertos al interior del país, en especial, los escándalos de corrupción en el tráfico de combustibles, la complicidad de algunas autoridades con el crimen organizado, las pugnas por motivos ideológicos o partidistas; y en dejar de esperar que la solución venga de fuera y a modo de nuestros socios comerciales.

 

Marco Adame

@MarcoAdame