Mi participación inició con una pregunta hacia los 50 periodistas de cuatro continentes que participaron en el encuentro, “La complementariedad entre el periodismo de calidad y la educación mediática”, que se celebró en la ciudad de Dajla, localizada al sur de Marruecos: “¿Cuándo escuchan la palabra México, qué es lo primero que se les viene a la mente?”.
Me hubiera encantado saber lo que pensaban los colegas presentes de Palestina, Mauritania, Costa de Marfil, Nigeria, Sudán, Francia, Estados Unidos, España, Perú, Palestina, Chile, Camerún, Túnez, Arabia Saudita, Mali, Senegal, Guinea, Benín, Bahréin, Omán y Egipto.
Mi disertación se centró en los estereotipos que se reproducen y multiplican por todo el mundo, causando daños inimaginables y en muchas ocasiones irreparables, ya que éstos generan violencia, marginación y muertes. Y es que ahora nos adentramos en la era de la “infomanía”, es decir, la obsesión por la información o la intoxicación de la comunicación, según reflexiona el filósofo Byung-Chul Han.
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Por ejemplo, sobre los musulmanes, judíos, asiáticos, migrantes, negros o morenos, e indígenas, corre información dañina, con el objetivo de perjudicar a esos sectores. Pero también sobre ciudadanías: ucranianos, palestinos, israelíes, mexicanos, congoleños, españoles, venezolanos, colombianos, etc. Podemos ir más allá, y darnos cuenta de un sinfín de ideas falsas distorsionadas e hirientes contra grupos feministas o hacia la comunidad LGBTI. Dime qué redes sociales usas y te diré quién eres.
El mundo está lleno de estereotipos, que junto con las noticias falsas apoyadas en las nuevas tecnologías de la información, ayudan a dispersarlos como pólenes malignos en las sociedades, las cuales, si no se informan con veracidad y análisis crítico, están sentenciadas a ser manipuladas.
Las voces de las y los colegas periodistas se dispararon, intrépidas y valiosísimas, desde sus propios conceptos y experiencias sobre la realidad del periodismo en sus respectivos países. A partir de ello, se habló de la importancia de la educación mediática, del periodismo de calidad, del periodismo en la era tecnológica, del periodismo de investigación, de los códigos de calidad en los medios africanos, sobre la relevancia en el diálogo cultural, el combate a las noticias falsas, el periodismo de agencia, el fomento al pensamiento crítico, técnicas digitales, entre muchas ópticas más. Un abanico que refrescó la mente de quienes participamos en este primer evento que promete convertirse en itinerante cada año.
Es relevante que la primera edición haya sido en Dajla, una de las ciudades con mayor prospectiva en Marruecos, que bajo su exquisita naturaleza, ecoturismo y nuevos proyectos como el de un gran mega puerto ya en construcción, está por convertirse en un detonador del comercio mundial.
Los medios de comunicación y el ejercicio periodístico enfrentan retos a gran escala, ya que deben ofrecer resultados que aporten a las sociedades y a las democracias, al desarrollo y a un futuro sostenible. En contraparte, las “fake news”, práctica anti periodística que llegó para quedarse, deben ser un tumor siempre mantenido a raya donde la verdad siempre gane terreno sobre la mentira.
