La impotencia no es solo la ausencia de fuerza, es la conciencia desgarradora de que aún sabiendo lo que está mal, no se puede hacer nada. Es mirar de frente una injusticia —una arbitrariedad del poder, una violencia que arrasa, una mentira que destruye— y sentirse maniatado por las estructuras, por el miedo, por la falta de herramientas o por el simple hecho de estar solo. La impotencia duele porque conserva intacto el sentido de la justicia, pero lo condena a la inacción. Es un grito que no sale, una rabia que no encuentra cauce y una dignidad que sangra en silencio.
México se ha vuelto un país de víctimas, de abusivos (bullys) y de impotencia. El oficialismo se ha vuelto una retahíla de abusos y cada semana quienes no concordamos con mucho de lo que hacen vemos con impotencia como lo consolidan, pero hemos empezado a ver al gobierno también impotente frente lo que pasa allende las fronteras, frente a la realidad que lo alcanza, frente al crimen organizado que lo absorbe y frente a ellos mismos que ven un rumbo errado y temen levantar la voz… Es entonces cuando recordamos a Hannah Arendt y su análisis del juicio a Eichmann: no fue el odio, sino la obediencia ciega y burocrática la que llevó al horror del Holocausto. Porque el mal, decía, puede ser profundamente banal cuando se convierte en rutina, cuando se viste de protocolo, cuando se acepta como orden. Y en México, el poder ha dejado de incomodar al mal, y empieza a organizarlo. Algunos comentarios al respecto:
- En las últimas semanas hemos sido testigos de la “desinstitucionalización” total de nuestro país. Mientras unos (que nadie conoce) hacían campaña, otros pactaban aparecer en acordeones, otros movilizaban y otros acabaron legislando para acabar con otros contrapesos. Después de mes y medio de la elección judicial sabemos: que ya no hay Poder Judicial, que los acordeones son una forma válida de fraude, que no es delito movilizar u obligar el voto a cambio de prebendas, pero está prohibido criticar al oficialismo y puedes ser sancionado por mensajes en redes sociales. Hay casos icónicos como el de Karla Estrella con “Dato protegido” que hace evidente en qué se está convirtiendo nuestro país y mientras tanto, con total impotencia, quienes creemos en la libertad vemos avanzar el autoritarismo.
- La ley espía, la ley censura, Puebla, Campeche, Héctor de Mauleón, el Universal y muchos más. Ya no hay transparencia ni INAI, ya no hay Cofece y con ella terminó la libre empresa, ya no hay IFT y por eso son pocos los medios que se atreven a tener posturas contrarias al oficialismo, ya no hay Coneval y ahora pueden inventar que han acabado la pobreza, ya no hay CRE pero seguimos quemando combustóleo y viendo el “huachicol” crecer, primero quitaron el INEE y ahora hasta la Mejoredu (que ellos mismos crearon) y la CNTE tiene atorado al país con mala educación y prestaciones absurdas. Podemos seguir a nivel federal, pero también a nivel estatal está pasando. Con impotencia hemos visto como se desmantela el país.
- Pero también ellos. No creo que Monreal no sepa que significa la “ley espía”, era un defensor de la libertad, del fuero y de todo lo que sonara a autoritarismo y ahora está con todo lo que antes atacó. Noroña ni hablar, se ha tragado sus palabras como nunca y cada uno de los morenistas o aliados que han votado a favor o lo hicieron porque ni leyeron lo que votaban y siguieron la orden, o bien, siguieron la orden sabiendo lo que estaban haciendo… La libertad no se termina porque ganen sus detractores, se termina porque quienes tenían que defenderla prefirieron acomodarse cobardemente. La impotencia de los oficialistas que saben lo que hacen y no lo detienen es la peor de todas.
- Ahora vimos la impotencia también en la presidenta Sheinbaum. Cuando dijo que demandaría al abogado de Ovidio Guzmán debió sentir la misma impotencia que sentimos todos cuando vimos el Poder Judicial caer. Para empezar, responder fue una tontería, responder desde Sinaloa y con el impresentable gobernador fue todavía una tontería mayor y además responder diciendo que lo demandaría por difamación lo hace una tontería triste… Si el abogado le respondió que parecía vocera del crimen organizado es porque eso parecía (y por decirlo no soy traidor a la Patria) pero ver a la presidenta de México, en Sinaloa, junto a un personaje que el mismo “Mayo Zambada” mencionó como vínculo, decir que un abogado norteamericano la difama parece digno de una comedia (como El dictador de 2012). Sólo como comentario, demandarlo aquí es irrelevante, ya sabemos el resultado porque ya no hay Poder Judicial, demandarlo en Estados Unidos sería muy divertido porque la presidenta tendría que ir a llevar el proceso y es evidente que no pasará (y sería peor que pasara).
- El miedo en el gobierno de Sheinbaum se empezó a ver desde que descalificó lo que sea que pudiera decir Ovidio Guzmán, así, de antemano, exigiendo pruebas. Curioso que no las pidió para difamar a Calderón o a Peña ahora. Cualquier cosa que se diga de un opositor para ella es cierta, aunque sea una tontería, pero al oficialismo no se le puede tocar con un comentario porque te pueden condenar y perseguir por ello… Eso debe de ser la definición de dictadura… Todos somos culpables hasta que se demuestre lo contrario y el gobierno siempre es inocente, aunque también se demuestre lo contrario.
No pintan bien las cosas. Con optimismo, el mejor escenario sería que el gobierno permitiera la independencia judicial y que las instituciones que asumieron las funciones de los órganos autónomos las cumplieran… Pero sabemos que eso no va a pasar. La agenda de destrucción parece continuará… Sigue el INE, los partidos políticos y seguramente la propiedad privada.
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A ver con Estados Unidos cómo pintan las cosas, pero tampoco se ven bien. No sé hasta qué nivel esté involucrado el gobierno mexicano con el crimen organizado, pero sin duda lo está. El lunes, López Dóriga, en su noticiero dijo: “yo estoy seguro de que la presidenta no está involucrada” y eso es lo que debe decir cualquier persona responsable, es una forma de cuidar al país y de ser políticamente correcto, pero tampoco hay prueba alguna de ello.
Mientras tanto a ver cuántos aranceles, cuántos pleitos y respuestas en conferencias de prensa matutinas y cuántos abusos seguimos tolerando con los puños apretados… Con total impotencia.
