Las conferencias que todos los días encabeza la presidenta Sheinbaum son bastante similares a las de López Obrador, pero con dos factores adicionales: la actitud autoritaria y la soberbia –mucha–. Desde el podio se acusa y se descalifica a toda voz contraria o crítica, se sentencia y se impone una verdad. Se informa quienes son los mentirosos (que no deja de ser un calificativo moral), se transmiten publicaciones de opositores y hasta se acusa de corrupción a empresarios y funcionarios de otros gobiernos, pero nunca se atenta contra alguien de Morena.
La sentencia de García Luna ha sido presumida y repetida decenas de veces en las conferencias, pero cuando el señalamiento es a alguien vinculado a Morena se levanta la voz justiciera exigiendo pruebas. El espectáculo se les ha ido cayendo y cada vez es más claro que por más que se comunique y se quiera cooptar la libertad de expresión, la verdad viene. Algunos comentarios:
- Hace unos días la fiscal norteamericana compareció en el Senado de su país y calificó a México como uno de los grandes enemigos de Estados Unidos (junto a Rusia, Irán y China). La escena fue mala porque ante la pregunta expresa la fiscal que mejor luego se hablaba en privado, pero el senador que cuestionaba dejó claro que si se tenía que hablar en privado era porque México no estaba colaborando para la seguridad.
- Esa misma tarde, lo equivalente a la UIF de Estados Unidos anunció que tres instituciones mexicanas (CI Banco, Vector e Invercam) estaban involucradas con el lavado de dinero del crimen organizado. Claudia Sheinbaum a la mañana siguiente exigió pruebas con toda la soberbia que puede expresar alguien que está seguro de su inocencia… Sin embargo, por la tarde se anunció que se intervendría a dos de las tres instituciones… La tercera, de la que es presidente honorario y fundador el antiguo jefe de la oficina de López Obrador no se intervino hasta que la presión social no le dejó de otra.
- Lo curioso es que cualquier acusación contra sus detractores es creíble, pero cuando se acusa a un cercano se exigen pruebas con soberbia… Y supongo que las hubo porque intervinieron a las instituciones desde México. Lo mismo pasa con los gobernadores a los que les quitaron las visas… Algo sabrán del otro lado para hacerlo, pero aquí se mantiene a cualquiera que sea leal, ahí está Marina del Pilar o Rocha en Baja California y Sinaloa.
- Es curioso que el discurso populista y polarizante no se está fracturando por la falta de resultados (evidente), por la destrucción de las instituciones y la democracia, por la crisis en salud y educación o por la inseguridad que nos pone en muertes por encima de los países en guerra… Se está fracturando por los vínculos de Morena con el crimen organizado. No sólo los alcaldes y gobernadores que todos sabemos que están coludidos, también por la operación financiera que los llevó al poder.
- Lo bueno es que como dice un buen amigo: la estupidez, el embarazo y el dinero son muy difíciles de esconder, y cuando tienes personajes como los hijos de López Obrador y otros muchos del oficialismo, que ostentan ajuares de marca, viajes y formas de vida totalmente ajenas tanto a sus posibilidades como al discurso morenista las pruebas están a la vista.
Cuando la cabeza de una institución es de cierto modo, se replica en el resto de las partes. Quizás por eso, cuando le salió la noticia de que López-Gatell sería el representante de México ante la OMS las cuentas de infodemia (del gobierno de México) salieron a desmentirlo con la misma soberbia que la presidenta ataca y juzga… Y tuvieron que borrar sus publicaciones porque sí era cierto. O sea, resultó que los que buscan mentiras son unos mentirosos y la prueba quedó a la vista… Si así es con definiciones menores imagínese usted cuando se trata de vínculos con el crimen organizado.
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No se puede juzgar a los que llevan InfodemiaMx, sin duda sonaba sumamente estúpido nombrar al responsable de alrededor de 800 mil muertes para algo que no sea juzgarlo… Pero bueno ese es el México que se gobierna desde ruedas de prensa, el que ataca a los vecinos por señalar lo obvio y defiende y promueve a los criminales siempre y cuando cómplices.
