Terminó la elección y lo que a todas luces era una farsa se corroboró el domingo con casillas vacías, acarreos, listas (acordeones) y el silencio del 90% de los mexicanos que no acudió a votar o que fue para anular su voto.
Esta fue una elección que Morena defendió argumentando que era lo que “el pueblo” quería, pero la realidad se topó de frente y quedó claro que nadie la pidió, nadie la quería y que prácticamente nadie fue a votar de manera libre e independiente. Algunos comentarios al respecto:
- Para empezar, dicen las personas cercanas a Claudia Sheinbaum que estaba realmente molesta, porque la promesa de sus gobernadores era movilizar (llevar a votar) al menos al 20% de la población…Cifra que quedó lejana y fue Claudia, quien tuvo que salir con su cara más dura posible, a decir que fue un éxito cuando ni uno de cada diez mexicanos votó por cargos judiciales.
- Poniéndolo en contexto, en nuestro país para que la consulta de revocación de mandato sea válida tiene que participar al menos el 40% del padrón electoral. O sea, unos 37 millones de votos o no es válida. En otros países como Italia o Hungría requieren que sea más del 50% la participación en un referéndum para que sea válido… Aquí, con un solo voto hubiera sido igual que con ese 10%.
- Medios como “Milenio TV” tuvieron cobertura continua de la elección y lo único que mostraban era a gobernadores, solos, asistiendo a votar a casillas vacías y por más que querían hacerlo noticioso no había nada interesante que reportar. El voto de Claudia con su esposo con acordeón, el de López Obrador declarando su apoyo a Claudia, puras cosas irrelevantes. Sus momentos más llamativos fueron los de un par de adultos mayores que desgraciadamente murieron en las casillas…Eso pasa cuando tu base de acarreo son adultos mayores…
- Los testimonios de personas que no sabían qué hacían ahí, que no conocían a ningún candidato, que tenían sus acordeones a colores y hasta un cerro de boletas ya marcadas en Sinaloa fueron las únicas notas contundentes. No hubo interés. Todavía el lunes la Secretaría de Gobernación declaró que la elección generó un gran interés y que los ciudadanos se pusieron a estudiar los perfiles… La pregunta es de quién habla… Ni siquiera el hijo de López Obrador y la presidenta Sheinbaum pudieron votar sin acordeón.
- Además, esto fue un fraude de raíz. Primero la reforma que aprobaron ilegalmente comprando y amenazando legisladores, luego la preselección de los candidatos la hizo toda Morena y para colmo de todo, cambiaron las reglas a medio camino. Otro factor base para que se pueda llamar democrático a un proceso es que el voto de todos valga lo mismo y en esta elección hubieron zonas con mayor peso y con menor… oír a la presidenta del INE decir que era válido usar acordeones es patético.
- Ahora habrá que ver quién gana y no sólo en la Suprema Corte. Cuántos se colaron vinculados al crimen organizado, cuántos son abiertamente la colonización de Morena al Poder Judicial completo. Sin duda asistimos a la muerte de la República y no fue por “el pueblo”, fue por Morena aliando al crimen organizado… Supongo que se acabaran los problemas con el “huachicol”, con los “abrazos”, con los “liberados” y con los gobernadores (que cada vez se ven más) vinculados cínicamente.
- Ahora hay un nuevo problema, el de la presidencia de la Suprema Corte. Las tres ministras competían por ese espacio (ya estaban en las listas de Morena y sabían que quedarían, pero la presidencia sería para la que tuviera más votos) y resultó que alguien les ganó a las tres, Hugo Aguilar Ortiz. No tengo el gusto de conocer al abogado, pero según lo dicho en la conferencia de prensa de Claudia es posible que pondere a una ministra para que sea mujer… Pero aquí ya hay un problema mayor porque el señor Aguilar es indígena mixteco. Ahh la historia de las cuotas y las minorías ¿qué pesará más?
- También hay que ponderar que no ganó el señor Aguilar, fue mayor la votación en blanco y los votos nulos… Y si los sumamos el más votado tuvo una cuarta parte de los que no votaron por nadie.
Sheinbaum dice que fue un éxito la elección… curiosa definición de éxito donde menos del 10% efectivo participó y de ese 10% mínimo dos terceras partes fueron beneficiarios acarreados y prácticamente todos votaron con acordeón. Una elección sin electores y sin libertad, el paso necesario para un autoritarismo “legal”.
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