DONALD TRUMP

El negociador tramposo y la América grande

Es posible que lo que estamos viendo con Trump sea sólo una pausa para reagruparse y preparar una nueva estrategia que impida que el mundo pase a ser multipolar y sólo América “vuelva a ser grande”. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

Es difícil recobrar la confianza en alguien que te ha engañado, que trata de utilizarte y que a la hora de llegar acuerdos, no los respeta o que cambia de último momento las condiciones contraponiendo lo acordado.

Esa es una descripción atribuible a Donald Trump, lo mismo confundió y manipuló a sus contrapartes en la negociación de los aranceles que en los momentos definitorios para detener dos de las guerras que tienen en vilo la paz mundial.

A Zelensky, le prometió ayuda, después lo vapuleo para luego condicionarle la ayuda. Al final, lo soltó y lo dejó sólo cuando estaban apunto de iniciar las mesas de negociación con Rusia. A Putin, le ofreció interceder para terminar la guerra, luego de dos reuniones y de haber llegado acuerdos para después negarlos o cambiar de opinión llevaron al mandatario ruso a ya no tomarle las llamadas.

Con Irán sucedió algo parecido, primero presionó para realizar una enésima revisión de su programa nuclear y que sería intermediario ante Israel para evitar una confrontación, pero pronto cambió de opinión y el discurso conciliador se tornó en reproches que enrarecieron el escenario en el que, con sus matices, Irán estaba aceptando negociar.

En ambos casos, justo horas antes de iniciar las mesas de negociaciones con los actores respectivos de cada conflicto, uno de ellos atacó a su adversario. Ucrania lanzó dos o tres ataques con misiles y drones contra Rusia. El ejército ruso respondió y terminaron las negociaciones. Trump apenas y se pronunció y dejo, aparentemente, a Ucrania y a Zelensky a su suerte.

En el caso de Irán, justo cuando estaban a unas horas de iniciar las negociaciones para determinar las condiciones del programa nuclear iraní, aparentemente de la nada, Israel lanzó un ataque “preventivo” contra Teherán. Y Trump culpó al gobierno iraní como si hubieran sido ellos quienes tirarán las negociaciones.

Con China, con quien afortunadamente no ha iniciado una guerra proxy, como las que ya generó con los otros dos actores, su papel “negociador” en el capítulo de los aranceles, pasó de una escalada de sanciones de uno y otro lado, para luego volver a las negociaciones para que pocas horas después, anunciara aranceles definitivos al acero y al aluminio chinos.

La táctica en todos los casos, fue medir primero y analizar a sus contrapartes para después asestar los golpes que sus decisiones han significado en esos países con quienes inició negociaciones, incluidos México y la Unión Europea.

Así que, dar credibilidad a su declaración de haber detenido la guerra entre Israel e Irán, además de aventurado sería un poco iluso. Y nos es que no pretendamos que pare la guerra, por el contrario lo que todo mundo espera es que esto no se salga de control y escale a niveles irreversibles con consecuencias terribles para todas las naciones.

Pero además del doble rastrero con que se maneja Donald Trump, la guerra de Israel-Irán significa la reconfiguración geopolítica del mundo y la región, como ayer, sigue siendo estratégica en caso de querer mantener el liderazgo hegemónico global. 

En este espacio ya habíamos hablando de la importancia geopolítica que comenzaba a cobrar el grupo de los BRICs y del liderazgo que este bloque comenzaba a tener en el llamado Sur Global, especialmente en los países del centro de África que, además de contar con yacimientos de gas y petróleo, poseen grandes reservas de varios de los minerales críticos que se requieren para avanzar en la transición energética.

Salvo Brasil, los frentes que tienen abiertos Estados Unidos y sus aliados en Europa son tres de los actores principales de los BRICs. Rusia, Irán y China poseen gran influencia en Oriente Medio y podrían conquistar económicamente todo el sudeste asiático, y ese es uno de los grandes temores de la Casa Blanca.

Así que, no es novedad ni tampoco raro que desde Washington, haya movido su alfil Israel para en principio, medir las capacidades de respuesta bélica de sus adversarios y calibrar las reacciones de estas tres naciones ante una confrontación mayor. No se debe perder de vista que, dentro de los estamentos de los BRICs se contempla el apoyo militar ante una agresión “externa”. Y aunque Vladimir Putin recientemente declaró que el “apoyo” no significa involucrarse directamente en un conflicto bélico de sus socios, lo cierto es que los líderes de este bloque comercial, tienen claro el impacto que pueden tener en el mundo cuando prosperen económicamente.

Por lo pronto, los países de la OTAN se reunirán en los próximos días y amén de los discursos beligerantes contra Rusia de algunos de sus líderes, la reunión tiene como objetivo principal sentar las condiciones y estrategia de rearme de Europa de aquí al 2030 que comienza con la aprobación del incremento en el gasto militar de cada uno de sus miembros que debe significar el 5%  de su respectivo PIB.

Así que, suponer que Trump ha detenido la guerra, cuando le está exigiendo a España que debe gastar el 5% de su PIB en armamento, es caer nuevamente en el juego de un negociador mentiroso y tramposo. Por lo tanto, es posible que lo que estamos viendo, es sólo una pausa para reagruparse y preparar una nueva estrategia que impida que el mundo pase a ser multipolar y sólo América “vuelva a ser grande”.

Ismael Jiménez

@ijm14