GEOGRAFÍA RACIAL

Geografías raciales

La crisis climática no impacta a todos por igual, en América Latina, la vulnerabilidad de las comunidades afrodescendientes es resultado de siglos de racismo estructural y colonialidad del poder. | Paola Marlene López*

Escrito en OPINIÓN el

La colonialidad del poder se actualiza en la crisis climática para profundizar jerarquías raciales.

Oropeza, R. (2023). Puerto Marqués, two days after Otis. [Fotografía]. Rodrigo Oropeza. Recuperado el 8 de junio de 2025, de https://www.rodrigooropeza.com/projects-7?lightbox=dataItem-lupwik2c 
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La historia afrolatinoamericana está profundamente marcada por el colonialismo europeo. Este proceso histórico, lejos de ser un mero recuerdo, continúa siendo fundamental para comprender la implantación y persistencia del racismo estructural en las sociedades latinoamericanas. De acuerdo con Aníbal Quijano (2000), el racismo estructural se desarrolla a través de la “colonialidad del poder”, y se basa en la clasificación racial de las personas como un mecanismo para justificar y mantener las jerarquías sociales, económicas y políticas establecidas durante la colonización (Quijano, 2000: 533). De esta manera, apelando a una supuesta superioridad civilizatoria, los colonizadores europeos construyeron representaciones y prejuicios que se vinculaban a las identidades africanas con la inferioridad intelectual, moral y espiritual. Este discurso racista en su origen, no sólo sirvió para legitimar la esclavitud de millones personas africanas y afrodescendientes durante casi cuatro siglos, sino que es un discurso que persiste, y que va perpetuando la desigualdad de trato y la exclusión de estas poblaciones en los ámbitos político, económico, educativo y cultural.

Autor desconocido, fragmentos de La Feria de la Nao de China en el puerto de Acapulco, siglo XVIII. Óleo sobre tela. Colección particular. En Velázquez, M. E., & Iturralde, G. (2015). Afrodescendientes en México. Una historia de silencio y discriminación. CONAPRED.

En los últimos dos siglos, los Estados-nación latinoamericanos, obsesionados con forjar una identidad mestiza única y homogénea, han negado e invisibilizado de forma sistemática y puntual la existencia y las contribuciones de las poblaciones africanas y afrodescendientes en la narrativa histórica oficial. La invisibilización se manifiesta en la persistencia de prejuicios raciales arraigados en el imaginario colectivo latinoamericano. Dichos prejuicios van menoscabando el acceso que han tenido y continúan teniendo las poblaciones racializadas a derechos esenciales (educación, empleo, cultura, participación política) y servicios básicos en sus comunidades (agua, vivienda, salud).

No obstante, actualmente, a la exclusión sistemática y al racismo estructural, se suma la vulnerabilidad diferenciada de las poblaciones afrodescendientes al colonialismo climático. Este fenómeno —definido por Bhambra y Newell (2023) como dinámicas de dominación que perpetúan desigualdades ambientales— se arraiga en el legado colonial para reproducir jerarquías raciales mediante una distribución desigual de desastres ecológicos y la exclusión en estrategias clave de mitigación y adaptación al cambio climático. La crisis climática que hoy en día representa un gran reto para los Estado-nación latinoamericanos, sería incomprensible si no develáramos las estructuras coloniales que desde el siglo XVI han impulsado la explotación despiadada de recursos naturales, el despojo de tierras y la devastación de los ecosistemas del sur global.

Lejos de ser unas reliquias del pasado, el colonialismo y el racismo estructural continúan agravando la crisis actual, profundizando la precarización y marginación de comunidades racializadas. Un ejemplo muy actual de este punto de vista, son las crisis ocasionadas por el paso de los huracanes Otis (categoría 5) y John (categoría 3) en Acapulco en México en 2023 y 2024. Sólo en Acapulco, se estimó que 39,941 viviendas y 127,844 personas fueron afectadas por inundaciones y deslizamientos de laderas en 39 colonias y 18 localidades rurales.

Sí pensamos que la crisis climática, no es únicamente el resultado de fenómenos meteorológicos extremos, sino que es un fenómeno más complejo que se agrava por condiciones sociohistóricas vinculadas al racismo. Encontraremos que la crisis climática que hoy en día impacta a comunidades afromexicanas en el puerto de Acapulco es la culminación de un orden colonial que, por siglos, ha relegado a los pueblos afrodescendientes a territorios de riesgo. Esta vulnerabilidad estructural —fruto de la colonialidad del poder— no sólo se manifiesta en la negación histórica de infraestructura segura, acceso a tierra digna y protección estatal, sino que nos permite observar cómo la herencia colonial de un racismo espacial concentra daños donde el colonialismo ubicó cuerpos racializados.

Oropeza, R. (2023). Puerto Marqués, two days after Otis. [Fotografía]. Rodrigo Oropeza. Recuperado el 8 de junio de 2025, de
https://www.rodrigooropeza.com/projects-7?lightbox=dataItem-lupwik2d  

Bibliografía
Quijano, A. (2000). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En E. Lander (Comp.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas (pp. 201-246). CLACSO.
Bhambra, G. K. y Newell, P. (2023). Más que una metáfora: el "colonialismo climático" en perspectiva [traducción propia]. Global Social Challenges Journal, 2, 179–187. https://doi.org/10.1332/EIEM6688 

Paola Marlene López Franco es activista y licenciada en Sociología por la UNAM. Actualmente cursa la Maestría en Sociología Política en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Su línea de investigación se centra en el análisis del racismo y en la historia de las poblaciones afrodescendientes en México.

 

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