MUJERES

Imágenes fotográficas que resisten el patriarcado

En los medios impresos, las imágenes de mujeres trabajando condensan relaciones de poder que refuerzan o cuestionan los mandatos de género, clase y raza. | Luis Lennin Arredondo*

Escrito en OPINIÓN el
Fuente de la Imagen: publicada en Revista Fem, Volumen 1 número 3, abril – junio 1977, p. 74.
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La fotografía no es nunca una representación objetiva de la realidad, sino un dispositivo ideológico que produce y reproduce cuerpos, roles y subjetividades. En los medios impresos, las imágenes de mujeres trabajando condensan relaciones de poder que refuerzan o cuestionan los mandatos de género, clase y raza. Este artículo propone una lectura crítica de estas representaciones en dos medios mexicanos de comunicación—la revista FEM y el periódico El Nacional—, desde una perspectiva feminista, performativa y decolonial.

Siguiendo a Dubois (1986), toda fotografía está cargada de sentido, estructurada por convenciones culturales. En ese marco, El Nacional, medio vinculado al discurso oficialista, reproduce imágenes donde las mujeres aparecen como cuerpos dóciles, madres sacrificadas o ayudantes discretas. Son figuras subordinadas que refuerzan la división entre trabajo productivo (valorado, masculino) y reproductivo (invisible, femenino), tal como ha denunciado Federici (2018). Estas imágenes naturalizan el lugar de las mujeres en la esfera privada, perpetuando una jerarquía simbólica.

Frente a esta lógica, la revista FEM ofrece otro régimen visual. Allí, las mujeres irrumpen como sujetas políticas: trabajadoras en fábricas, huelguistas, lideresas comunitarias, pero también como protagonistas del trabajo reproductivo —cuidado, crianza, vida doméstica— desde una mirada reivindicativa. Estas imágenes no niegan la norma, pero la tensan desde adentro, haciendo visible lo históricamente invisibilizado. Butler (2017) sostiene que el poder produce sujetos, pero también abre márgenes de resignificación. Así, las fotografías en FEM configuran una “política del derecho a aparecer”, una forma visual de desobediencia donde los cuerpos marginados reclaman su presencia en lo público, y donde lo reproductivo se resignifica como labor política fundamental para la sostenibilidad de la vida. *Ejemplo véase Imagen 1*

No obstante, como advierte Lugones (2011), estas disputas no deben pensarse sólo en términos de género. Las imágenes de mujeres indígenas, campesinas o proletarias están atravesadas por la lógica de la colonialidad del poder. La visibilidad también puede ser jerárquica: ¿quién aparece como sujeto de lucha y quién como símbolo de atraso o servidumbre? La crítica decolonial exige analizar cómo la fotografía refuerza o desafía estas divisiones epistémicas y raciales.

Desde esta perspectiva, la imagen es un campo de batalla simbólico. Las fotografías en los medios no son sólo espejos, sino actos performativos que construyen la realidad. Como plantea Bourdieu (2000), las representaciones dominantes legitiman desigualdades invisibles: muestran sin mostrar, visibilizan sin reconocer. La imagen “descafeinada”, en términos de Žižek (2004), da la apariencia de igualdad mientras oculta la persistencia estructural de la opresión. Ver mujeres trabajando no garantiza que se cuestionen las condiciones que las subordinan en la fábrica y en el hogar.

Pero visibilizar no es suficiente. La emancipación no puede reducirse a mostrar mujeres en espacios productivos como si el salario resolviera la desigualdad. El desafío está en descolonizar las estructuras que sostienen esa desigualdad: un orden simbólico donde el trabajo reproductivo —cuidado, afecto, sostenimiento de la vida— ha sido sistemáticamente invisibilizado y feminizado (como si esto fuera algo negativo). Lo que está en juego no es sólo el reconocimiento, sino el sentido mismo de lo que vale y de quién puede aparecer como sujeto de lo político.

Por ello, urge una metodología crítica de la imagen. No basta con observar lo que aparece: hay que interrogar quién fue excluido del encuadre, qué silencios sostiene la escena. La fotografía puede convertirse en herramienta de lucha epistemológica, al servicio de una contravisualidad que reescriba la historia de las mujeres no desde la falta, sino desde su agencia.

En este sentido, las imágenes de FEM no sólo documentan, sino que dislocan. No muestran una “buena mujer” según el canon patriarcal, sino a mujeres desobedientes, activas, visibles. Desde la performatividad del género hasta la crítica de la feminidad impuesta, pasando por el desmontaje de la violencia simbólica, el análisis visual se torna político. Mirar, interpretar, resignificar: todo análisis feminista de la imagen es también una forma de resistencia.

En definitiva, mirar es siempre un acto situado, y toda metodología crítica de la imagen es también una toma de postura. Como señala Berger (2000), si mirar es una elección y nunca miramos sólo una cosa; siempre miramos en relación entre las cosas y nosotros mismos, toda observación implica una posición ética, histórica y política. Este artículo ha querido ser, en ese sentido, una interpretación académica desde las imágenes, para seguir pensando el pasado y el presente con ojos… ¡más abiertos!, ¡más justos!, ¡más rebeldes!

Bibliografía:
Dubois, P. (1986). El acto fotográfico. Buenos Aires: Paidós Comunicación.
Federici, S. (2018). El patriarcado del salario: Críticas feministas al capitalismo y a la globalización. Madrid: Traficantes de Sueños.
Butler, J. (2017). Política de género y el derecho a aparecer. En Cuerpos aliados y lucha política. Hacia una teoría performativa de la asamblea. Barcelona: Paidós.
Lugones, M. (2011). Hacia un feminismo descolonial. La Manzana de la Discordia, julio-diciembre.
Bourdieu, P. (2000). Sobre el poder simbólico. En Poder, derecho y clases sociales. Bilbao: Desclée de Brouwer.
Žižek, S. (2004). La realidad virtual: Realidad o simulacro. Madrid: Akal.
Berger, J. (2000). Modos de ver. Barcelona: Gustavo Gili.

*Luis Lennin Arredondo Alvarado es licenciado en Sociología por la UNAM y en Derecho por la Universidad de Londres. Actualmente cursa la Maestría en Sociología Política en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Su línea de investigación se centra en el análisis de imágenes fotográficas, género y medios impresos. Investiga las representaciones del trabajo de las mujeres en la prensa mexicana.

 

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