Las mujeres representan casi dos tercios del cuerpo docente en México. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2024, de los 1.6 millones de docentes, el 63.7% son mujeres y el 36.3% son hombres. Pese a la relevancia que tienen las mujeres en el sistema educativo nacional, en el Presupuesto de Egresos de la Federación no se identifica directamente la existencia de brechas salariales de género en la nómina docente.
Aunque las mujeres han registrado avances notables para alcanzar un mayor nivel educativo y participación en el mercado laboral remunerado, persisten desigualdades en la calidad de los empleos que obtienen y, sobre todo, en los ingresos que perciben. Estos rezagos salariales refuerzan la necesidad de incorporar políticas específicas que garanticen una compensación equitativa y justa para todo el personal docente.
Con datos de la ENOE al IV trimestre de 2024, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) identificó que a nivel nacional, las maestras de escuelas públicas tienen, en promedio, un ingreso de 13 mil 457 pesos mensuales, mientras que el de sus pares hombres fue de 16 mil 449 pesos, lo que representa una diferencia salarial del 18.2%. En las escuelas privadas la brecha es de 18.1%, con ingresos promedio de 10 mil 976 pesos para mujeres y 13 mil 394 para hombres.
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Al desagregar por nivel educativo, se observa que la brecha crece conforme avanza el nivel educativo: en educación básica la brecha en escuelas públicas es del 13.5% en educación media superior sube al 12.4% y en educación superior alcanza el 18.8%. Mientras que en el sector privado, la mayor diferencia es del 20.9% y también ocurre en educación superior.
Solo en el caso de las escuelas públicas de preescolar, las maestras ganan un 8.8% más que los maestros. Sin embargo, este resultado no es representativo, ya que la mayoría del personal en ese nivel son mujeres, por lo que la comparación no está equilibrada.
La evidencia demuestra que salarios competitivos y una distribución equitativa de la nómina no solo elevan el bienestar de las y los docentes, sino que son fundamentales para atraer y retener al talento. Condiciones laborales justas se traducen en un mejor desempeño docente y una mejora en la calidad educativa.
Por ello, desde el presupuesto se deben contemplar acciones que garanticen una estructura salarial equitativa y que promueva el cierre de la brecha salarial de género entre docentes. La transparencia en la asignación de la nómina potencia la captación de docentes de alto nivel y repercute positivamente en la productividad y el bienestar social.
Un sistema educativo de excelencia debe incluir una nómina equitativa. Invertir en cerrar las brechas salariales de género es apostar por la calidad de la enseñanza y por el futuro de todas y todos los estudiantes de México.
El estudio del CIEP puede consultarse en ciep.mx.
Mariana García*
Estudiante de la Licenciatura en Economía en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, con especializaciones en Economía Pública y Desarrollo Sostenible, Economía Aplicada y Ciencia de Datos. Fue ganadora de la Competencia Reforma 2023, organizada por la Universidad de Notre Dame con una propuesta sobre un Sistema Nacional de Cuidados. Actualmente, colabora como investigadora en el CIEP en el área de Gasto Público y Educación. Sus principales áreas de interés incluyen la perspectiva de género, la economía del cuidado, la educación y la economía plateada.
