DÍA MUNDIAL DEL JAZZ

Sobre el jazz en México

¿Cuál ha sido el devenir del jazz en México? es la pregunta arrojada por Alain Derbez y a partir de la cual basa su libro: “El jazz en México”. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

¿Cuál ha sido el devenir del jazz en México? es la pregunta arrojada por Alain Derbez en su vasta obra sobre el desarrollo del sincopado y frenético ritmo en nuestro país. Le ha dedicado gran parte de su vida al estudio y a la ejecución de este género en un sinfín de escenarios, desde los más alternativos hasta aquellos considerados como consagrados, desde múltiples perspectivas, con un gran peso en la histórica y la sociológica. 

La pregunta la resuelve en un nuevo libro, “El jazz en México. Yo tengo otros datos” (FCE, 2024), cuya carta de presentación es un recorrido por el propio músico y autor de sus textos anteriores y algunos de los que ha colocado en su librero, bajo la categoría de indispensables; así como el planteamiento de algunos cuestionamientos como la dubitación sobre la existencia de un jazz mexicano o la relevancia del estudio del mismo. 

Para esto, revisa una innumerable cantidad de historias personales, documentos, testimonios sonoros, grabaciones radiofónicas, entre muchos otros materiales, así como las diferentes posturas creativas, desde la pureza del ritmo, la fusión del mismo con propuestas latinas, el uso de música local combinada con el sincopado, y muchas más posibilidades, llegando al estilo libre.

De ahí, se puede conocer algunos sucesos, como que a finales del siglo XIX, en la Feria Universal de Nueva Orleans, se presentó una banda militar mexicana, cuya ejecución del vals “Sobre las olas” de Juventino Rosas terminaría por convertirse en un referente de la naciente escena jazzística estadounidense

O las críticas de funcionarios de la Secretaría de Educación posrevolucionarios a este ritmo bajo el argumento de la necesidad del fomento a la música tradicional mexicana, así como de otros sectores culturales, que cerraron el paso a quienes deseaban experimentar el frenesí jazzístico.

Así como anécdotas sobre la llegada del saxofón a territorio mexicano, casi recién patentado en Europa. El refugio en el que se ha convertido el país, primero, para las personas afrodescendientes en Estados Unidos que huyeron de dicha nación en el siglo XIX, y después, para quienes vivían en diferentes países de América Latina y aquí encontraron espacio para su curiosidad musical.

Espacios que albergaron a este ritmo, desde cafeterías, restaurantes y bares, muchos ya extintos, hasta el Teatro de los Insurgentes o el Teatro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana, institución que en los 80 tuvo un papel preponderante en la difusión de la escena mexicana. Visitas de grandes exponentes como Thelonius Monk o Winston Marsalis

De esta manera, el trajín del jazz mexicano también queda expuesto, así como sus múltiples necesidades, ante la desafortunada subrepticidad en la que se le ha sumido debido a la falta de espacios en las radios, las escuelas, los centros culturales, y en los medios de comunicación para su difusión y su propagación

La vastedad de las fuentes consultadas por el autor permite dar testimonio de lo anterior, pues, se retoman entrevistas de varios protagonistas de la escena mexicana como Juan José Calatayud o Juan López Moctezuma, quienes, en sentido figurado, de viva voz, ofrecen sus perspectivas e intercambian opiniones sobre lo que ha ocurrido hasta el momento en la construcción del jazz mexicano.

Rescata algunas otras como las revistas de Cuadernos de Jazz, SNOB , las críticas y reseñas de Evodio Escalante o los textos de Antonio Malacara, e incluso, la novela, “Los elementos del jazz” de Antonio Malpica, entre varias otras publicaciones, revisadas desde una mirada historiográfica crítica en cuanto a su abono a la construcción de la historia del jazz mexicano

De cierta manera, el texto es un homenaje a quienes, a pesar de todas las barreras, se han empeñado en dar continuidad a la escuela jazzística mexicana, en la que, el papel de muchas y muchos de sus protagonistas ha sido el de la resistencia a la cultura hegemónica, pues aunque el jazz proviene de Estados Unidos, su espíritu es de libertad, y esos aires son los anhelados por centenas de músicos que han configurado la escena de este país. 

A manera de epílogo, es clara la inspiración y presencia del ritmo cuyo abordaje creativo por parte de millares de músicos, nacidos en el país, da muestra de la existencia de una escena cantante y resistente que ha dado pie a la existencia del jazz en México.

A propósito de este 30 de abril, Día Mundial del Jazz, un ejercicio muy enriquecedor puede ser la lectura de este libro, recién salido, con lo más innovador en la investigación histórica en la materia, un contrapunto a las historias musicales hegemónicas, cuya característica es que suelen dejar de lado lo que ocurre en países como el nuestro. En este texto de Alain Derbez se acompaña al lector con una gran cantidad de referencias musicales que ayudan a reforzar la cultura de la escucha jazzística o a iniciarse en ella. 

En ambos casos, el camino puede presentar muchos cambios de ritmo, en algunos casos, inesperados e improvisados; en múltiples formas, pero con resultados sumamente enriquecedores.

Leonardo Bastida

@leonardobastida 

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