PERIODISMO Y DERECHO A LA INFORMACIÓN

¿A quién le importa el periodismo?

El problema del periodismo no es de modelo de negocio sino es mucho más serio: es un problema de percepción de valor. | Mario Campos

Escrito en OPINIÓN el

Que el periodismo en México la está pasando mal, no es novedad para nadie. Menos para quienes este miércoles 9 de abril acudieron a la presentación del más reciente informe de Artículo 19 sobre México “Barreras informativas: desafíos para la libertad de expresión y el derecho a la información” en donde se confirma lo que ya sabíamos: que las agresiones a la prensa no solo no disminuyen sino que han aumentado (casi 14% entre 2023 y 2024); que los homicidios de periodistas siguen aunque cambien los partidos o las personas en el poder; que el Estado es la principal fuente de agresiones a periodistas (44.9%); y que además, ahora se suman retrocesos y amenazas como la desaparición del INAI, y las iniciativas que amenazan a la privacidad, como las enviadas recientemente por Claudia Sheinbaum.  

Al panorama documentado por Artículo 19 se suma además una condición estructural, y es la crisis económica que atraviesa buena parte de la prensa en México. Una crisis que lleva décadas, que ha mantenido -y ha acentuado en muchos casos- la precarización del trabajo periodístico y que algunos atribuyen eufemísticamente a un problema de “modelo de negocio”.

No es así. La crisis, y lo sabemos desde hace mucho, no es un problema de modelo pues el periodismo moderno resolvió ese tema cuando entendió que su ingreso podría venir fundamentalmente de dos fuentes: los anunciantes que quieren un fragmento de su audiencia; y los suscriptores que pagan por recibir información de calidad.

Ambos modelos siguen hoy vigentes. Basta mirar los ingresos de Google, Facebook o TikTok para comprobar que la publicidad sigue viva; y nadie puede negar que el modelo de suscripción está hoy vigente como muestran Netflix, Disney+ o Amazon

El problema del periodismo, por tanto, no es de modelo de negocio sino es mucho más serio: es un problema de percepción de valor. No es que los lectores-radioescuchas-televidentes no paguen por contenido, es simplemente que en general no están dispuestos a pagar por contenido periodístico. Y me adelanto a la réplica: la existencia de casos de éxito como el The New York Times, es solo una excepción y no un modelo aplicable de forma generalizada a otros medios.

La paradoja es que todos los problemas descritos -los señalados por el reporte y los que aquí agrego- se presentan en un momento en que el periodismo es más necesario que nunca.

Cuando el poder está concentrado en un partido o persona -como en México o Estados Unidos- es cuando hacen más falta contrapesos; cuando se cierran las persianas para evitar que se mire a los gobernantes, es cuanto más necesaria es la vigilancia al poder; cuando más fácil es producir y distribuir “fake news”. Es indispensable que alguien separe lo verdadero de lo falso; mientras más se polarizan las sociedades, más necesario es tener medios que no solo transmitan puntos de vista particulares, sino que compartan información que sirva como un terreno común que permita la deliberación.

El valor del trabajo periodístico parecería evidente y es claro que es necesario hacer frente a las nuevas y a las viejas amenazas que enfrenta, pero difícilmente algo habrá de cambiar mientras no construyamos el valor social que haga que a muchos, y no solo a unos cuantos, les importe el periodismo

 Mario Campos

@mariocampos