El fuero fue considerado hace muchísimas décadas, cuando el ser diputado o diputada era una actividad donde tu vida podía estar en peligro. El fuero sin duda es una herramienta que concede una libertad para los legisladores de poder señalar al gobierno sin sentirse amenazados, pero ¿en pleno 2025, es realmente una necesidad para los legisladores? ¿Hoy… cuando tenemos una democracia viva, cuando tenemos una exposición permanente en los medios de comunicación y hemos alcanzado una madurez política, y podemos señalar, denostar y dirigir un mensaje negativo hacia un gobernante, sin que tu vida esté en peligro; tenemos necesidad del fuero?
Hoy, me parece que el fuero, es más una herramienta de impunidad que un camino de permanencia o supervivencia en la vida pública y política de un Congreso como lo es el nuestro.
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En mi experiencia como diputada local en la pasada legislatura, yo pude ejercer libremente mi cargo sin que el no tener fuero me impidiera realizar mis funciones y por ello, es que hoy, es de cuestionarse, si un Congreso Federal debe o no permanecer con esta protección que le permite a las y los legisladores, no ser juzgados en caso de cometer algún ilícito.
Si algo nos enseñó la transformación en el país es que la impunidad no puede dejarse pasar como una herramienta de los políticos que en algún momento se anquilosan en el poder, hacen de esta una forma de vida y actúan sin consecuencias. Cuando un mexicano o mexicana viola las leyes, y sobretodo cuando las viola en perjuicio de otro ser vivo, es entonces cuando el fuero se convierte en una herramienta de impunidad, y cuando los mexicanos no somos iguales ante la ley. El fuero ya no asegura la libre expresión y ejercicio de un encargo legislativo, sino que permite seguir actuando al margen de los derechos de otros, y con ello, nunca enfrentar la justicia que tantas mexicanos y mexicanos piden todos los días.
Cualquiera que formemos parte de la vida pública nacional, debemos saber que nuestras acciones tienen consecuencias y que nuestros encargos no nos dan capacidad de violar la ley o de lastimar a otros.
Hoy, hay que plantearnos si realmente el fuero es 100% necesario, o sólo es un escudo para que los poderosos sigan permaneciendo protegidos.
El debate debe continuar.