En los cinco meses que lleva al frente del país, la presidenta Claudia Sheinbaum ha dedicado al menos dos a prepararse para enfrentar a Trump 2.0 y sus amenazas arancelarias. Dentro y fuera de México, la mayoría coincide en que ha hecho un buen trabajo al lograr frenar, al menos momentáneamente, la imposición de aranceles generalizados del 25% a todas las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. Este logro le ha valido alcanzar un nivel de aprobación del 85%, superando incluso el máximo alcanzado por López Obrador.
La estrategia de mantener la cabeza fría y hacer la tarea ha funcionado frente a un Trump acostumbrado a poner de rodillas a sus interlocutores. Como parte de esta estrategia, el gobierno ha combatido el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, logrando reducirlo en 50% entre octubre de 2024 y enero de 2025, y en 41% entre enero y febrero de este año. Además, se ha reforzado la vigilancia fronteriza con el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional y se ha entregado a 29 líderes del narcotráfico, incluyendo a Rafael Caro Quintero. Esto ha ayudado al presidente estadounidense a justificar la no aplicación de los aranceles frente a su electorado y atender las presiones internas de las armadoras automotrices, y otros sectores, que han advertido sobre la inflación que provocarían.
Sin embargo, la gran pregunta para muchos es: ¿qué sigue?
El principal desafío con Estados Unidos será concretar acuerdos duraderos en materia de migración y fentanilo que dejen de lado la amenaza arancelaria hasta que inicie la revisión del TMEC. Esto le permitiría a Sheinbaum concentrarse en los otros problemas del país, empezando por la economía: las tensiones comerciales con Estados Unidos han generado una caída del 39% en la inversión extranjera directa, llevándola a su nivel más bajo en tres décadas. Actualmente, alrededor de 60 mil millones de dólares en inversiones están detenidos.
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El nearshoring, que en los últimos años se presentó como una gran oportunidad para México, ahora enfrenta un panorama incierto. Para que vuelva a posicionarse como una alternativa viable no basta con disipar la incertidumbre arancelaria, es necesario mejorar la seguridad, garantizar el suministro energético y ofrecer certeza jurídica, algo que reformas como la judicial han puesto en duda. De lo contrario, países como Vietnam, India y algunas naciones centroamericanas podrían ganar terreno en atraer a las empresas que buscan reubicarse fuera de China.
Asimismo, la administración de Sheinbaum enfrenta el reto de impulsar un crecimiento económico que ha sido pobre en los últimos años, y abordar problemas fiscales como la reducción del déficit público y la necesidad de incrementar ingresos.
México apostó por la integración económica con Norteamérica. Sin embargo, hoy nuestros vecinos ya no comparten esa visión, lo que nos obliga a explorar nuevas opciones y definir un plan claro y preciso para reducir nuestra dependencia de Estados Unidos en el mediano y largo plazo. En este sentido, la presidenta mencionó este domingo en el Zócalo cinco puntos: 1. Fortalecer el mercado interno a través del incremento al salario mínimo; 2. Ampliar la autosuficiencia en alimentos básicos y energéticos; 3. Promover la inversión pública para la generación de empleos en trenes, carreteras, agua y viviendas; 4. Promover la producción nacional para el mercado interno con el Plan de México; y 5. Fortalecer los programas sociales para el bienestar.
Si bien la presión de Estados Unidos ha contribuido a reforzar la estrategia contra el narcotráfico, particularmente en la frontera, el problema de inseguridad va mucho más allá del tráfico de fentanilo. La violencia, los asesinatos, las desapariciones, el cobro de derecho de piso tanto a pequeños negocios como a grandes empresas, la extorsión y los asaltos siguen en niveles críticos y requieren ser detenidos.
Atender la economía, las finanzas públicas, la inseguridad y garantizar certeza jurídica son, en mi opinión, condiciones indispensables para sostener la política social del gobierno, reducir la pobreza y la desigualdad, y generar oportunidades de desarrollo para todas y todos.
* Politóloga e internacionalista. Expresidenta de la Cámara de Diputados.