La frontera sur de México se ha consolidado como la frontera sur geopolítica de la región transnacional de América del Norte. Esto a través de la práctica de la contención migratoria y la subcontratación fronteriza en el marco geoestratégico de los Estados Unidos, que posiciona en esta zona el límite administrativo de sus comandos Sur y Norte. (Hidalgo, 2024; Sandoval, 2006). Esta característica se ha consolidado mediante la firma de una serie de acuerdos binacionales “económicos” y de "seguridad", los cuales, han profundizado la transnacionalización productiva que originalmente sólo se entendía en términos económico-comerciales bajo el TLCAN —hoy TMEC—. Entre estos acuerdos económicos y de seguridad destaca la Iniciativa Mérida que, en su segunda fase firmada en 2011, se estableció como uno de sus pilares fundamentales para “crear la frontera México-Estados Unidos del siglo XXI, mientras se mejoraba la aplicación de la ley de inmigración en México y la seguridad a lo largo de las fronteras del sur de México” (Strategy & Funding, 2020; citado por Hidalgo, 2022; 109).
Siguiendo este proceso, a partir de 2019 las fuerzas armadas en coordinación con el Instituto Nacional de Migración (INM) han cobrado un papel protagónico en la labor de aseguramiento de migrantes irregulares. Siendo incluso una de las tareas adjudicadas por la Ley de la Guardia Nacional (GN) en sus artículos XXXV y XXXVI (LEY DE LA GN, 2022). Así mismo, la Marina de México en apoyo al Plan Estratégico del Instituto Nacional de Migración (INM) “proporcionó seguridad en las jurisdicciones de mayor flujo migratorio del sur y sureste del país” (Secretaría de Marina, 2023). Sumando un total de 32,150 elementos de la GN y las fuerzas armadas desplegadas para este plan entre el 26 de diciembre del 2023 al 8 de enero del 2024 (Gobierno de México, 2024)
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En este contexto, mediante el contraste de fuentes y el análisis estadístico, se ha detectado entre 2021 y 2024 la instalación de por lo menos 70 nuevos cuarteles de la GN en los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz (Gobierno de México et al., 2022; Imagen Noticias, 2024a, 2024b; López Obrador, 2023; Milenio, 2023) y 22 destacamentos y batallones de Marina (Gobierno de México et al., 2022). Los cuales se encuentran desplegados en un total de 75 municipios en la zona sur y cercanos a la frontera. Observando el mapa podemos resaltar el posicionamiento estratégico de estos cuarteles en el aseguramiento de megaproyectos y una fuerte asociación a puntos nodales para la contención migratoria. Elemento que nos conduce a indagar en la relación estadística entre la iniciativa castrense y el control del flujo migratorio. Para ello, se construyó una base de datos de datos agrupados, en los que exploramos las medias de detención de migrantes de los municipios con Nuevas Instalaciones Militares (NIM) y sin NIM. Por eso también se llevó a cabo, una prueba Z a fin de evaluar de forma más robusta la diferencia entre las medias de las dos muestras.
La prueba estadística Z se utiliza para comparar la media de una muestra con una media conocida de la población, o, en este caso, para comparar las medias de dos muestras. El fin fue corroborar si existe una diferencia estadística significativa de la media de las detenciones de personas en situación migratoria irregular presentadas ante las autoridades migratorias entre los años 2021 y 2023 y los municipios de los Estados señalados que cuentan con nuevas instalaciones militares (NIM) frente a las detenciones en los municipios en los que no se han instalado nuevos cuarteles de la Guardia Nacional.
Para la construcción de la prueba estadística se consideraron las siguientes hipótesis. La Hipótesis nula (H0) dicta que: no hay diferencia significativa en el número promedio de migrantes detenidos entre municipios con y sin instalaciones militares. Por otro lado, Hipótesis alternativa (Ha) dice que: hay una diferencia en el número promedio de migrantes detenidos entre los dos grupos de municipios.
De la prueba Z, obtuvimos los siguientes valores: Z = 2.81. Para un nivel de significancia del 5% (a=0.05) el valor crítico de Z en una prueba bilateral es ±1.96. Como Z=2.81 es mayor que 1.96, rechazamos la hipótesis nula. Al rechazar la hipótesis nula en favor de la alternativa, esto significa que, los resultados indican que la diferencia en el número promedio de migrantes detenidos entre municipios con y sin instalaciones militares es estadísticamente significativa. Esto podría sugerir que la presencia de infraestructura militar podría estar asociada a un mayor número de detenciones migrantes.
Teniendo en cuenta este resultado, así como la información geográfica provista por el mapa inicial. Podemos afirmar que, la nueva infraestructura militar se encuentra profundamente asociada con un mayor esfuerzo geoestratégico para la contención de los flujos migratorios en el sureste mexicano. También se señala que, la región se ha convertido, efectivamente, en un “muro fronterizo”, reflejado en que durante 2021 y 2023 se han asegurado a 998,074 personas en situación de movilidad irregular, representando el 65% de los casos a nivel nacional. Lo cual respondería en gran parte a los intereses migratorios de Estados Unidos para la frontera Sur.
Consideramos que esta primera aproximación se presenta como investigación abierta que tiene un gran alcance para comprender geo-estadísticamente la forma en que México y sus fuerzas armadas se han encadenado a la región transnacional de América del Norte más allá de lo económico. Aunado a que, la labor de seguridad fronteriza se ha subsumido a los intereses extranjeros. Ya que, la información empírica parece mostrar que los nuevos posicionamientos militares en el sur del país se encuentran en puntos estratégicos de las rutas migratorias ya sea para impedir o dificultar el camino hacia el norte. Cuestión sumamente peligrosa para la salvaguarda de los Derechos Humanos de la población vulnerable en situación de movilidad irregular. Como recordamos, el uso excesivo de la fuerza contra esta población ha sido una constante. Ejemplo es el caso reciente de la “muerte de seis migrantes a manos de personal del Ejército en la carretera Villa Comaltitlán-Huixtla, Chiapas, mientras los elementos de seguridad realizaban reconocimientos terrestres en la zona” (Animal Político, 2024). Municipios que, por cierto, no cuentan con nuevas instalaciones militares.
Esta política fronteriza ha sido aplaudida con anterioridad por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, quienes han considerado la contención migratoria en México como uno de los logros obtenidos de la Iniciativa Mérida. El cual catapultaron en similar importancia a la reciente captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán (Seelke y Flinkea, 2017 citado por Hidalgo, 2024; 194). Con el papel protagónico en la contención migratoria que las fuerzas armadas –y principalmente la GN– han tenido como parte de un proceso de seguridad de la región transnacional de América del Norte, es válido volver a traer la pregunta si ¿no es esta acaso una Guardia Transnacional? (Hidalgo, 2024), ¿hasta qué punto esta frontera responde a la geopolítica migratoria de los Estados Unidos? Y ¿qué implicaciones tendrá la administración Trump en esta frontera?
(1). Para el trabajo estadístico, la investigación fue asesorada por el Dr. Arturo Ramos Bueno en el curso de estadística I de la Maestría en Estudios Regionales.
Alberto Andrés Hidalgo Luna*
Estudiante de la maestría en Estudios Regionales en el Instituto Mora, miembro del grupo de trabajo “Fronteras, regionalización y globalización” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (GT FRG CLACSO) y colaborador del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica. Líneas de investigación: geopolítica de las migraciones, fronteras, megaproyectos e historia geopolítica latinoamericana. Algunas publicaciones consultables en https://www.researchgate.net/profile/Alberto-Lu/research
Víctor Manuel Rosiles Gómez*
Estudiante de la maestría en Sociología Política en el Instituto Mora, miembro del seminario de investigación “Seminario Estrategias Conceptuales y Metodológicas para estudiar las violencias en América Latina” de la Red Nacional de Centros de Investigaciones de la “SECIHTI”. Sus líneas de investigación son violencias en América Latina, militarización, crimen organizado e historia del desarrollo económico latinoamericano.