MUNDO

¡Dónde quedó la comunidad internacional!

El actual presidente de los Estados Unidos ha decidido jugar ahora sí, con fuego. | Ismael Jiménez

Créditos: #OpiniónLSR
Escrito en OPINIÓN el

Me habría imaginado mucho mayor asombro e indignación por parte de la comunidad internacional a raíz de las declaraciones de Donald Trump sobre su propuesta de convertir la Franja de Gaza en una Riviera de esparcimiento y descanso para occidente.

Tal vez como en la mayoría de sus declaraciones, la anterior parecía una ocurrencia más, pero el inquilino de la Casa Blanca parece ir más serio que en cualquiera de sus anteriores declaraciones, sobre todo al momento de que, justo antes del cierre de esta columna, declarara que “si Hamás no entregaba a todos los rehenes antes del sábado 15 de febrero, aquella zona se volvería un infierno”.

La anterior, se dio luego de Hamás declarara que Israel había roto el alto al fuego conseguido justo para el intercambio de rehenes y el regreso masivo de los palestinos desplazados de la Franja de Gaza luego de poco más un año de guerra.

Amén de la descabellada idea de “desplazar voluntariamente” a los poco más de 2 millones de palestinos que hoy ocupan la Franja de Gaza hacia Egipto y Jordania, asumiendo Trump que ambos países deberán de pagarle favores, el actual presidente de los Estados Unidos ha decidido jugar ahora sí, con un fuego que los podría quemar.

Estados Unidos, además de respaldar a su aliado Israel, busca también con esa idea descabellada de poseer la Franja de Gaza, tomar posiciones estratégicas que los sitúe cerca de Irán y que, a su vez, serían la puerta de entrada terrestre a China y Rusia.

La región además de contar todavía con grandes yacimientos de gas y petróleo, representa la llamada ruta de la seda que China viene intentando trazar para agilizar su intercambio comercial con Europa. Así que la propuesta de Donald Trump de desplazar a los 2.5 millones de palestinos podría convertirse en el mayor crimen de lesa humanidad, pues de ocurrir sin que la comunidad mundial se manifieste al respecto, habremos sido testigos y cómplices de uno de los atentados más grandes contra la libertad y los derechos humanos a nivel global.

Por ello sigue llamando la atención que haya quienes, ante semejante tropelía, sigan embelesados boquiabiertos festejando y especulando sobre si Donald Trump aplica aranceles a este u otro país, peor aún quienes se deleitan con festejar si los impone a su propia nación por el sólo hecho de atacar a su enemigo político.

Decimos una vez más que Donald Trump se ha acercado al límite de jugar con fuego, su política de presión para luego negociar tiene una línea roja que no debería de cruzar en su afán por demostrar que los Estados Unidos siguen siendo la potencia a la que el resto de las naciones se deben supeditar.

Esta vez Donald Trump juega a volar por los aires la poca certidumbre global que aún existe, nunca nadie ha colonizado un territorio por decreto y nunca nadie que lo haya hecho, salió ileso de tan arrogante faena.

Parece ser que Trump no ha entendido que no ha entendido que, este mundo dejo de ser unipolar y que nos encaminamos hacia un nuevo orden global que estará comandado por dos o tres bloques comercialmente poderosos.

En poco menos de 30 días Trump ha logrado alterar todos los sistemas de seguridad y eso le encanta, es un megalómano que, como cualquier otro, está perdiendo la perspectiva de lo que realmente significa para el orden global llevar a cabo sin cortapisas una agenda agresiva y de intimidación. Es el ocaso de los grandes imperios señalan los historiadores, el peligro está en que, en cada caída, arrastran a quienes están a su alcance.

Naciones Unidas y algunos países europeos se manifestaron en contra del plan de desplazar a los palestinos de la Franja de Gaza y del despropósito de Trump de convertir la zona en una ribera vacacional, pero hacen falta más voces y mayor determinación para contener a Trump. Lo es cierto es que cabe la posibilidad de que esas voces se manifiesten sólo cuando se haya encendido la hoguera.

Llevar a cabo dicha labor, no sólo enterraría la posibilidad de la coexistencia de dos Estados en tierras palestinas, podría ser también la tumba de millones de seres humanos que lejos de Gaza, vivirían el infierno que nunca han conocido.

 

Ismael Jiménez

@ijm14