ORIENTE MEDIO

Oriente Medio: el polvorín que podría contagiar al planeta

La caída del régimen de Bashar Al-Asad deja a Siria en un vacío de poder mientras aumenta la influencia de los talibanes en la región. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

El 2024 cierra con más incertidumbres que certezas, la caída de Bashar Al-Asad elevó las dudas sobre la posibilidad de un alto al fuego en Oriente Medio, antes que eso, el conflicto que inició en Gaza, continuará escalando sin tener claridad hasta dónde llegará.

Hoy, Siria es un país sin gobierno y sin rumbo, esto pese a que, el nuevo “líder” Ahmed Al-Sharaa, sea el hombre reconocido por Reino Unido, Francia y Estados Unidos, ello pese a que se estén rompiendo los protocolos internacionales de no intervención, de derechos humanos y de seguridad y paz mundial.

Lo que poco se sabe es que Al-Sharaa además de ser el líder de los talibanes en Siria y la frontera con Irak, es un personaje que no hace más de 15 años fue catalogado por el gobierno del Reino Unido como un terrorista asesino por el que ofrecía una recompensa de 10 mil dólares.

Por supuesto que para quienes aplauden la “limpieza democrática” de Estados Unidos en todas partes del mundo, poco importa que hoy Siria esté bajo el poder de los talibanes. Sí, esos mismos a quienes acusó y persiguió como responsables de los ataques a las torres gemelas.

Pero el gobierno de Bashar Al-Asad, no sólo fue víctima de sus propios errores, además del acoso de los terroristas “insurgentes” patrocinados por occidente, enfrentaba una crisis de ocupación desde 2011 en su frontera norte por parte de Turquía. Es curioso cómo occidente de pronto actúa como conspirador y promotor de algunas invasiones como en este caso y el de Israel, y en otros, aduce a la opinión pública mundial a condenar a los “invasores” de Ucrania.

Regresando a Oriente Medio, la caída, del gobierno de Bashar Al-Asad es, para algunos, patente de Turquía, mientras que para otros, es producto de la mancuerna sionista Washington-Israel que busca controlar definitivamente una zona que le cortaría a Rusia todas las salidas hacia el sur de Europa y le permitiría acercarse más a sus fronteras y tener por supuesto en la mira al gobierno de Irán.

Y es que el grupo de talibanes que en apariencia derrocó a Bashar Al-Asad, no sólo era un frente contra su gobierno, también lo es para el actual gobierno de Irak que está completamente involucrado en el conflicto contra Israel por su cruzada para borrar a los palestinos de la franja de Gaza.

Más aún, la caída del gobierno Sirio, contuvo, por el momento, la escalada que Israel estaba generando contra el Hezbolá libanes, pues en estos momentos, se están reagrupando las posiciones pues, buena parte de las rutas de suministros que recibía este grupo, provienen de Irán que pasaban por Siria cerca de los Altos del Golán, territorio que a la caída de Bashar Al-Asad, las fuerzas israelíes, no tardaron en avanzar bajo el pretexto de ser posiciones para “resguardar” su seguridad interna.

Rusia tiene dos bases militares en Siria, una naval y aérea en el puerto Latakia cerca de la frontera con Turquía y otra en Tartus, ésta naval y comercial. Ambas representan una salida para Rusia al mar mediterráneo que lo conecta con Europa. La caída de Bashar Al-Asad, podría significar para el gobierno de Putin su salida de territorio sirio o bien, conceder posiciones y concesiones en Ucrania.

Para Estados Unidos, la caída del gobierno sirio representa una oportunidad y reposicionamiento en la región que parecía estar perdiendo. Sus bases en Rellman en la frontera con Irak y en Al-Raqqah en el centro del país a orillas del río Éufrates, le permitirán vigilar cualquier intento de seguir internando armamento para la resistencia palestina y sus aliados Hezbolá en la guerra contra Israel.

Como en algún momento lo anticipamos, el papel de Turquía en la guerra de Oriente Medio será crucial para su desenlace, por ahora, es un dique que inhibe la salida de cualquier grupo musulmán en su huida hacia Europa, pero también podría ser una puerta de entrada para suministros de guerra tanto para Israel como para los Estados Unidos.

En tanto que el Líbano, parece haber quedado atrapado en medio de la guerra en Siria y la de Palestina sin acceso directo a las ayudas provenientes de Irán, Irak y de Rusia. 

El mapa de Oriente Medio se está reconfigurando y con ello, la tensión mundial va en aumento. Para algunos, Siria dejará de existir ante una eminente balcanización de la zona en la que Turquía, Israel y Estados Unidos saldrían beneficiados al controlar las zonas ricas en petróleo en tanto que los dos primeros, extenderán sus respectivas fronteras aumentando más las tensiones con los países árabes de la región generando un escenario que podría contagiar al resto del planeta.
 

Ismael Jiménez 

@ijm14