CHIAPAS

Rescatando a Chiapas

Chiapas recuperó, en el último año, la paz y la seguridad y el territorio volvió a manos del Estado al tiempo que el miedo retrocedió. | José Luis Castillejos

Escrito en OPINIÓN el

Chiapas recuperó, en el último año, la paz y la seguridad y el territorio volvió a manos del Estado al tiempo que el miedo retrocedió.

El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar present?? este primer año como un logro compartido con la presidencia de la República dentro del proyecto de la Cuarta Transformación.

A finales de 2024, Chiapas era descrito como un estado sometido al miedo, con carreteras tomadas, cuerpos abandonados, extorsión y bloqueos convertidos en rutina.

Hoy hay un viraje y la gente volvió a transitar y a producir sin la misma sensación de asedio permanente luego de que el control del territorio regresara al poder público.

Eduardo Ramírez Aguilar trajo la paz a Chiapas y devolvió las horas serenas. Para ello se destaca la creación de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, el papel de las fuerzas armadas, la depuración policial y una coordinación cotidiana en la Mesa de Seguridad.

Es innegable que la población percibe más tranquilidad, mejor ánimo social y recuperación de la confianza.

En este primer año se han sentado las bases de los polos de desarrollo, infraestructura estratégica e inversión productiva. Es una visión que conecta directamente con el planteamiento central del gobernador, paz para producir y producir para vivir mejor.

En Chiapas se aplica la ley, la paz llegó a los hogares y la gente volvió a moverse. La sensación del pueblo es que el gobernante no se equivocó y que Ramírez pasará a la historia por devolver la serenidad. Esa atmósfera, multiplicada en impactos positivos, refuerza una percepción extendida, algo se movió en el terreno de la seguridad y el orden público.

Las cifras preliminares apuntan a un descenso en homicidios y feminicidios respecto al año previo, aunque falta ver el cierre anual completo y la serie histórica que permita hablar de tendencia sostenida.

Lo indiscutible es que las carreteras más conflictivas registran más presencia estatal, que los operativos recientes han tenido respuestas rápidas a incidentes graves y que la coordinación con fiscalía y fuerzas armadas dejó de ser un trámite para convertirse en una bandera política central. 

Más allá de la seguridad, las redes del gobierno muestran un Chiapas que intenta reconstruir su fibra social con una mezcla de símbolos y obras.

El Estado camina bajo cinco ejes, paz y mediación, alfabetización y educación intercultural, humanismo social, prosperidad compartida y conciencia ambiental. La administración presume avances en cada apartado, desde programas de alfabetización para adultos hasta campañas de microcuencas y reforestación.

En redes, funcionarios explican que la recuperación de suelos y el cuidado del agua no es un proyecto aislado, forma parte de un intento de modernizar el rostro rural del estado mientras se ordenan las finanzas y se atrae inversión.

En realidad, Chiapas vive una historia de rescate y un regreso de la ley y la esperanza. No es solo propaganda, hay hechos que la sostienen, disminución de bloqueos, carreteras donde el transporte de mercancías ya no se suspende cada semana, turismo que vuelve a aparecer en cifras y reservaciones, productores que otra vez sacan café, cacao, ganado o frutas hacia mercados internos y externos. Aun así, la evaluación honesta exige matices que la épica digital tiende a disolver.

El reto de los próximos meses será demostrar que esta paz incipiente no es un paréntesis, que la microcuenca restaurada hoy no se abandona mañana, que los programas educativos no se reducen a ceremonias y que la coordinación en seguridad no descansa solo en la voluntad del gobernador, sino en instituciones capaces de resistir cambios de humor y de coyuntura.

Cada vez que el gobierno repita en un video que volvió la tranquilidad, el ciudadano pondrá a prueba esa frase al salir de casa, al enviar a sus hijos a la escuela, al viajar de noche por una carretera que hace un año evitaba.

Detrás del brillo del primer informe y la euforia en redes hay un dato político básico, un año marca el cierre del periodo de prueba. Si Ramírez logra que el relato de paz y reconstrucción resista el contraste con la realidad de comunidades, mercados y hospitales, Chiapas podrá afirmar que dejó atrás una etapa de miedo continuo y avanza hacia un nuevo horizonte.

 

José Luis Castillejos

@JLCastillejos