NAVIDAD

La otra cara de la Navidad

Aunque no hay datos específicos respecto a la temporada navideña, se estima que los índices de depresión aumentan significativamente en estas fechas debido al aislamiento social, los duelos, la presión familiar y económica. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

Para muchas personas estas fiestas navideñas son una oportunidad para convivir, celebrar, compartir, reunirse con familiares y amigos a quienes en ocasiones hace tiempo no ven, agradecer por lo recibido en el año y hacer planes para el que sigue. Generalmente organizar las posadas, adornar la casa, poner el árbol, preparar la cena, comprar e intercambiar regalos y hasta la decoración en los centros comerciales suelen ser momentos muy esperados y disfrutables, pero no siempre es así. También puede ser una época muy difícil para no pocas personas, a tal grado que incluso se pone en riesgo su salud mental. 

Uno de los factores que pueden influir en el estado de ánimo durante la temporada decembrina está en la menor exposición a la luz solar y las bajas temperaturas, lo que en muchos casos provoca tristeza, apatía o de plano depresión. Los desacuerdos y tensiones que muchas veces se presentan entre integrantes de una familia, o la presión económica que representan estas fechas sobre todo para quienes no cuentan con empleo o un ingreso estable también pueden ser causa de preocupación, frustración irritación o desánimo, al igual que los planes o expectativas no cumplidas.

Pero quizá el factor de mayor impacto sea el sentimiento de soledad, ya sea por la partida de un ser querido, un divorcio, porque los hijos se van de casa y empiezan a hacer su vida independiente –a lo que se conoce como el síndrome del nido vacío–, y sobre todo en el caso de las personas adultas mayores cuando la presencia y acompañamiento de sus familiares es escasa o nula, no los toman en cuenta para las decisiones –incluso por ejemplo de donde pasar la Noche Buena–, y en esta época resienten más que su círculo de amistades ha ido desapareciendo con el paso del tiempo, además de la sensación de vulnerabilidad por enfermedades o al ir perdiendo su independencia. Todo esto aumenta cuando se conjugan varios de estos factores y no se cuenta con una red de apoyo familiar o social, pues lamentablemente hay personas que realmente están muy solas, lo que en muchas ocasiones detona ideas suicidas. 

De acuerdo con datos del INEGI, alrededor del 15% de la población mayor de edad presenta síntomas de depresión en México, 31% ansiedad en algún grado y el 19% ansiedad severa, mientras que la UNAM calcula que 35 millones ha sufrido algún episodio depresivo en su vida. Aunque no hay datos específicos respecto a la temporada navideña, se estima que los índices de depresión aumentan significativamente en estas fechas debido al aislamiento social, los duelos, la presión familiar y económica, así como la falta de acceso a servicios de salud como lo indica el incremento en las llamadas a las líneas de ayuda. Además de gozo y descanso, estos también deben ser tiempos de reflexión y de solidaridad. Pongamos atención en quienes necesitan una mirada, nuestra escucha, un abrazo y, si es posible, abramos un espacio en nuestra mesa, en nuestro corazón, no las abandonemos. 

 

Agustín Castilla

@agus_castilla