GOBIERNOS DE IZQUIERDA

El otro aniversario

El 6 de diciembre la presidenta Sheinbaum realizó un evento para celebrar los primeros siete años de la llamada 4T, un día antes se conmemoraba la toma de protesta de Cuauhtémoc Cárdenas como Jefe de Gobierno del DF. | Carlos Gastélum

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El 6 de diciembre la presidenta Sheinbaum realizó un evento para celebrar los primeros siete años de la llamada Cuarta Transformación. Un día antes se conmemoraba otra fecha: la toma de protesta de Cuauhtémoc Cárdenas como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, lo que marcó 28 años ininterrumpidos de gobiernos de izquierda en la capital del país.

Ese fue, quizás, el momento fundacional que dio tracción a la fuerza política que hoy domina México. A Cárdenas le siguieron AMLO, luego Ebrard y Mancera, después Sheinbaum y hoy Brugada. Dos llegarían a la Presidencia, otros buscarían sin éxito ser candidatos, y la actual se perfila entre los nombres para 2030.

Si pensamos en términos poblacionales, hoy poco más de un tercio de los habitantes capitalinos han vivido, desde su nacimiento, bajo gobiernos del PRD o de Morena. Empero, pareciera que, a casi tres décadas de distancia, algunos problemas que generaron simpatías por alternativas distintas a las regencias y el priismo siguen latentes.

En su discurso inaugural frente a la entonces Asamblea Legislativa del DF, Cárdenas decía lo siguiente sobre las inconformidades de la gente de la Ciudad: “Es grande la irritación frente a una inseguridad que aumenta y aumenta; al manejo viciado del transporte; al ambulantaje, las licencias, los usos del suelo; a la caída general de la calidad de la vida; a las ineficiencias administrativas; a la voraz corrupción de fuera y de dentro; al cierre para grupos de población cada vez mayores, de oportunidades de trabajo, de estudio, de vivienda, de atención a la salud y de asistencia.”

Uno pensaría que ha existido tiempo suficiente no para mitigar, pero, cuando menos, para reducir de manera significativa algunas de las banderas tradicionales de gobiernos perredistas y morenistas. Al fin y al cabo, eso es lo que han venido prometiendo. Las cifras, no obstante, dicen otra cosa.

Según la última edición disponible de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI de 2023, el 73% de los ciudadanos ve a la inseguridad y delincuencia como el principal problema de la Ciudad de México, seguido de la corrupción (55%) y la pobreza (29%).

El 88% de la población de 18 años y más percibió que los actos de corrupción en la capital eran muy frecuentes o frecuentes, principalmente en la policía (89%), los partidos políticos (88%) y las fiscalías (83%). La encuesta señala también que uno de cada cuatro habitantes que tuvo contacto con algún servidor público experimentó al menos un acto de corrupción, en una tasa superior a la media nacional.

En términos comparados, la Ciudad de México está dentro de los promedios nacionales en servicios públicos y urbanos. No destacan por ser excelentes ni terribles, salvo el transporte público, que es bastante mal evaluado en todo el territorio nacional.

Ciertamente, la capital del país ha experimentado avances en la agenda de derechos que han sido referentes pioneros en el resto del país, y se han transformado zonas urbanas que pasaron del olvido a ser núcleos verdaderamente cosmopolitas.

No obstante, si dos temas clave —como lo son la inseguridad y la corrupción, que ya anunciaba Cárdenas hace 28 años— siguen siendo un dolor de cabeza para las administraciones locales y federales, no es ocioso preguntarse cómo se verá el panorama más allá de los primeros siete años morenistas con las mismas promesas. Más aún: si seguiremos la tendencia de hacer de los gobernantes de la CDMX los principales activos para competir por la presidencia, bien se haría en evaluar sus resultados en el amplio contexto de los gobiernos izquierdistas.

Carlos Gastélum

@c_gastelum