Carlos Manzo murió a balazos a manos de un sicario en Uruapan la noche del sábado 1 de noviembre de 2025 con cientos de testigos y, al menos, una catorcena de elementos de la Guardia Nacional y más municipales. La delincuencia organizada demuestra, una vez más, que este tipo de acciones exhiben la complicidad y debilidad de la autoridad del Estado.
El 12 de agosto de 2019, a casi un año de que inició el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, estos #Recovecos se titularon "Michoacán y la guerra de Calderón" y se estableció que “desde Calderón a López Obrador, el narco sigue siendo el rey”.
Ahora podemos agregar que, desde Calderón, pasando por Enrique Peña Nieto, López Obrador y hasta Claudia Sheinbaum, el narco sigue siendo el rey.
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Ernesto López Portillo, uno de los académicos más respetados en temas de seguridad, le dijo este lunes a la periodista Carmen Aristegui, que lleva 40 años en esta especialización y “desde que tengo memoria ya sabíamos que las policías municipales tenían problemas; ya sabíamos que había problemas de coordinación, por eso con Ernesto Zedillo nace el sistema nacional de seguridad pública. Entre 2006 y el día de hoy han sido asesinados 195 alcaldes, según una columna publicada en Animal Político”.
El académico de la Ibero mencionó que el alcalde asesinado Carlos Manzo había hecho algunos esfuerzos por mejorar su policía, entre otras cosas en equipamiento.
“Tenemos una crónica descomposición institucional de la que no logramos salir porque hay una barrera política intransitable que impide y hace imposible el saneamiento institucional, la coordinación, que hace imposible avanzar en una agenda de más de 40 años (…) el problema más que técnico, más que jurídico o de presupuesto, es un problema político porque la transición democrática, más allá de que algunos la defiendan o critiquen, no trajo consigo una reforma estructural sostenida y lo estamos pagando con eventos así”, estableció Ernesto López Portillo.
El jueves 8 de agosto de 2019 un grupo de narcos asesinó y regó 19 cadáveres de sus adversarios en las calles de Uruapan, Michoacán. Algunos fueron colgados. El entonces presidente López Obrador dijo entonces que no caería en provocaciones. Es un desafío, “pero no vamos a caer en la trampa de declarar la guerra como lo hicieron en otros tiempos”, dijo AMLO.
La madrugada del 6 de septiembre de 2006 unos 20 hombres armados ingresaron al bar Sol y sombra, en Uruapan, Michoacán, y en plena pista, con la música a todo volumen, arrojaron cinco cabezas. Tétrico... pero faltaba por ver más terror.
El 17 de noviembre de 2006 varios reos tomaron rehenes en el penal de Mil Cumbres, en Michoacán. Un grupo de 10 abogados de oficio estaban en manos de al menos cuatro delincuentes presos por secuestro y homicidio. Exigían un vehículo abastecido de gasolina, nada de operativos policiacos ni periodistas. Se llevarían a los rehenes con la promesa de que después los liberarían.
Carlos Abascal Carranza, entonces secretario de Gobernación de Vicente Fox, lucía apesadumbrado. Hombre de fe religiosa se sinceró ante un grupo de reporteros. “Nos exigen ciertas condiciones o de lo contrario comenzarán a matar a los rehenes. No podemos aceptar, eso significaría entregar al Estado”, decía el hombre en los momentos cruciales de la negociación.
Después de 27 horas de negociación, las fuerzas federales ingresaron violentamente al penal. Murieron tres rehenes y uno de los delincuentes.
La tarde de ese viernes 17 de noviembre de 2006 Felipe Calderón comió en Casa de Gobierno con su amigo, el entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel y ahí, el hoy funcionario del equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum, le pidió al panista que no dejara solo a su estado natal.
Una nota de Proceso del 15 de noviembre de 2006 señala que Cárdenas Batel le había pedido antes a Calderón apoyo de su gobierno para combatir al narco, luego de que un día antes funcionarios de la fiscalía local habían sido emboscados y muertos en el municipio de Aguililla.
“El gobernador espera que se dé un giro a la política en el combate contra la delincuencia organizada, pero no precisó en qué términos debería darse la misma porque el crimen sigue haciendo de las suyas”, relata la nota de Proceso.
En la fotografía que difundió la Presidencia de México Lázaro Cárdenas Batel aparece a la derecha de la presidenta Sheinbaum en la reunión del Gabinete de Seguridad que el domingo pasado a las 7 de la mañana estaba revisando el caso de Carlos Manzo.
No cabe duda que desde Calderón a López Obrador, y ahora con el actual gobierno federal, el narco sigue siendo el rey.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, tiene un reto descomunal para que acabar con el reinado del narco y de la delincuencia organizada.