Como es sabido, este martes 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con lo que, además de alzar la voz en las marchas que se llevaron a cabo en las principales ciudades del mundo, arrancó la campaña de 16 días de activismo que concluye el 10 de diciembre en el Día Internacional de los Derechos Humanos, mediante la cual se busca llamar la atención sobre las distintas manifestaciones de violencia que padecen mujeres y niñas y exigir medidas para su erradicación.
Han pasado ya 65 años desde el brutal asesinato de las hermanas Mirabal a manos de la dictadura militar de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana pero lo cierto es que no es mucho lo que se ha avanzado en estas más de seis décadas como lo muestran las estadísticas y, sobre todo, lo que día con día tienen que enfrentar las mujeres igual en la vía pública, que en sus centros de trabajo, en sus casas y ahora también en los espacios digitales. Según información de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia sexual cuando menos alguna vez en su vida, lo que equivale a 840 millones, y la reducción de este tipo de violencia en los últimos 20 años es de apenas el 0.2% anual.
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En el caso de México la situación es muy preocupante pues de acuerdo con datos del INEGI, 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia en su vida, ya sea sexual, física, psicológica, económica, muy poco se denuncia ya sea por miedo y/o desconfianza en las autoridades –escuchar la experiencia de las víctimas que deciden acudir a una fiscalía, o durante el proceso ante un juez da una idea clara sobre lo que tienen que pasar–, y los niveles de impunidad son muy altos incluso en delitos de mayor impacto como feminicidios, desapariciones, violación o explotación sexual.
Este año, la ONU ha advertido sobre el incremento de la violencia digital que abarca ciberacoso, difusión de contenido sexual sin consentimiento, así como de imágenes falsas creadas con inteligencia artificial (deepfakes), discurso de odio, misoginia, acecho y campañas de desprestigio que se expanden a gran velocidad dado el alcance de las plataformas tecnológicas, provocando un daño enorme principalmente a mujeres y niñas al afectar su salud mental, generar aislamiento, inhibir la libertad de expresión y en no pocas ocasiones derivan en violencia presencial o en casos de suicidio. Se calcula que alrededor de 10.6 millones de mujeres han sido víctimas de violencia digital, quienes reciben el doble de insinuaciones sexuales que los hombres, siendo más recurrente entre 20 y 29 años, pero la violencia digital puede empezar aproximadamente desde los 14 años.
Por más discursos y anuncios gubernamentales sobre la puesta en marcha de planes, programas, campañas, acciones para prevenir y eliminar las distintas formas de violencia de género, la creación de fiscalías especializadas etc., lamentablemente la realidad se impone y estamos todavía muy lejos de que por fin, las mujeres y niñas al menos puedan vivir sin temor, en respeto y en paz.
