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La crisis, la 4T y los jóvenes Generación Z

¿Y si los jóvenes de la Generación Z le dan la muestra a los millennial y generación X y despiertan, ahora sí, con una causa? | Jorge Ramos Pérez

Escrito en OPINIÓN el

El país ha venido caminando con tropezones en las últimas décadas. El abuso de poder, la corrupción, la ineficacia en el ejercicio del gobierno y múltiples factores externos han puesto a México contra las cuerdas. Pese a todo, como en las películas de acción estadounidenses, el país se levanta y sigue su marcha, maltrecho, con raspones, cojeando, pero ahí va.

La crisis política derivada de la Revolución Mexicana tuvo un mecanismo de salida: crear un partido, el actual PRI, para distribuir el poder y que las reyertas normales se solucionaran pacíficamente a balazos o en acuerdos. Todo iba más o menos bien hasta que el 14 de junio de 1935 el presidente Lázaro Cárdenas del Río obligó a renunciar a todo su gabinete tras una entrevista en el diario El Universal a Plutarco Elías Calles, jefe máximo de la Revolución, que aún ejercía mucho poder tras bambalinas.

"Señores, como ustedes comprenderán fácilmente, las declaraciones del general Calles me obligan a pedirles sus renuncias para que yo quede en libertad”, dijo Cárdenas del Río, y a la par Calles fue expulsado del país.

Con el paso del tiempo, otros que pretendían agitar el avispero eran sosegados diplomáticamente a balazos o con represión. Movimientos ferrocarrileros, de médicos, sindicales… todos sucumbían con plata o plomo.

Pero las cosas no podían seguir igual. El detonante fue el 2 de octubre de 1968 con la matanza de Tlatelolco. Eso indignó a la juventud que para ese momento ya conocía de muchas exigencias en el mundo entero y las mexicanas no iban a ser la excepción.

El 10 de junio de 1971 ocurre el halconazo, que fue la utilización de grupos de choque que terminó, de nueva cuenta, en masacre. El batallón Olimpia y Los halcones se hermanaron en su violencia y en su origen: el poder político, enmarañado en una red de intereses políticos, que para colmo chocaban entre sí.

Los grupos de porros que fueron enquistando en las universidades de todo el país, lo mismo en Sinaloa que en Puebla, donde los estudiantes morían a balazos calibre 45, en particular en la UNAM y el Politécnico, no eran más que juventudes aceitadas con dinero para generar violencia. En los 70 fueron famosos Mario Falcón y Miguel Castro Bustos porque azotaron a la Universidad con metralleta en mano y amenazaban a periodistas con matarlos, como relató hace poco en El Sol de México el cronista Miguel Reyes Razo.

¿Quién los movía? ¿De dónde se nutría su impunidad? Del poder. Y se mezclaban los pleitos entre políticos con la intención de sacarse de la jugada. El 68 y el 71 estuvieron envueltos en líos por la sucesión presidencial.

Por eso hoy llama la atención la multiplicidad de información que surge públicamente en torno a los grupos que hoy mantienen a media UNAM con clases a distancia. Con grupos que de manera extraña aparecen al final de la marcha de la Generación Z y generan violencia inusitada contra policías.

Mientras el rector Leonardo Lomelí, que llegó aupado por la 4T, se le mira más escondido en la Torre de Rectoría, su equipo no parece estar a la altura del fenómeno.

Sin que se señale que el bloque negro tenga relación con los paristas actuales de la UNAM, habría que preguntarse quién es la mano que mece esas cunas, si tienen alguna vinculación. Quién es el cerebro que piensa que así va a ayudar a resolver los problemas que abruman al país. ¿Hay intereses políticos inmiscuidos? No hay duda de que este tipo de expresiones siempre tienen un padrino político.

Punto y aparte

El atentado que segó la vida de Carlos Manzo se tuerce cada día más. Desde un inicio había indicios de dudas en actores políticos que se preguntaban por qué uno de sus escoltas había disparado en contra del menor de edad que había disparado en contra del alcalde de Uruapan de manera letal. El homicida, en el forcejeo, había tirado el arma y con esa misma fue eliminado. Hoy siete están detenidos y ya con procesos iniciados en juzgados del penal del Altiplano, todo indica que una persona más escapó. Y lo que han estado diciendo en las primeras audiencias es de terror: reclutaron más adolescentes, hubo operativo de motociclistas en torno al momento del homicidio y habrían mencionado a Nemesio Oseguera “El Mencho” y a un tal R1. Todo esto ya es público. Ya nada más falta saber la verdad.

Punto final

Las cifras de la macroeconomía son cada vez más desalentadoras. Pero al parecer todas las crisis no existen. Por cierto, los datos reflejan que la Generación Z ha sido la más castigada por el desempleo. ¿Y si los jóvenes de la Generación Z le dan la muestra a los millennial y generación X y despiertan, ahora sí, con una causa? ¿Le van a seguir echando gasolina al fuego? ¿Van a continuar pensando que las crisis no existen?

Jorge Ramos Pérez

@jorgeramos7773