Nos acercamos al final del año y hay cambios en el tablero político. La presidenta Claudia Sheinbaum sigue sin establecer la agenda. El tema del acoso se diluyó, la mañanera dedicada al Mundial no entusiasmó a nadie, y ni hablar de la detención del segundo tirador del caso Colosio que no atrapó a los medios, no se diga a la conversación.
En contraste, hay nuevos jugadores en el tablero. El asesinato de Carlos Manzo abrió la puerta a figuras como Grecia Quiroz, nueva alcaldesa que tiene todo el atractivo para los medios nacionales e internacionales; actores como Carlos Bautista, diputado local, o Guadalupe Araceli, diputada federal del movimiento del sombrero, son de pronto invitados en los medios nacionales, junto con el alcalde de Morelia, Alfonso Martínez, un político que ha sido panista e independiente y que hoy vuelve a ser relevante en la agenda.
A esto se suma el protagonismo de personajes como Ricardo Salinas que en estos días se ha vuelto referente obligado. Todo indica que ha llegado su momento. Así lo muestra su hiperactivismo en redes, la acusación de casos de lavado de dinero en algunos de sus casinos, y la acción de la nueva Corte que ha puesto la mesa para la acción del gobierno federal en su contra.
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Quizá porque desde el gobierno ya había conciencia de que mientras más tiempo pueda Salinas Pliego hacer política, más costosa se vuelve su intervención.
Con este caso el gobierno quizá logre reconducir temporalmente la conversación pero no se ve fácil. La muy probable narrativa de la defensa del estado de derecho y combate a los privilegios tendrá que competir con el discurso de la represión, la persecución política, la violación a la ley. El gobierno quizá está para dar manotazos pero no la economía.
Y para colmo, en la prensa se advierte sobre el inminente regreso a cuadro del ex presidente López Obrador. Un retorno en forma de libro, que pudiera -según algunas columnas- servir de coartada para retomar la presencia territorial, en el contexto de una revocación de mandato que podría adelantarse y que contaminaría toda la vida pública de aquí a la consulta de junio del 2027.
El clima no favorece la estabilidad y los viejos lobos huelen la oportunidad. Por eso la reaparición de la CNTE que sabe que en política, la coyuntura puede cambiar de un día para otro la correlación de fuerzas. Por eso los maestros regresan con su agenda, saben que hay un Mundial a la vuelta de la esquina y que eso coloca al gobierno en un estado de vulnerabilidad pues tendrá encima los ojos del mundo, y deberá lidiar con aquellos actores que aprovechen el momento para avanzar en sus demandas.
Todo esto sucede sin que esta administración ajuste en nada su estrategia de comunicación. Las conferencias ya dieron lo que podían. El modelo de usar ese espacio para descalificar -hasta a los manifestantes de este fin de semana- está desgastado.
Y pese al control que mantiene sobre muchos medios, no le alcanza para monopolizar la conversación. Así que mientras presume la baja en homicidios, algunos recuerdan que crecen los desaparecidos; cuando celebran la libertad de expresión, salen fotos de la represión a los trabajadores del Poder Judicial y las investigaciones a los organizadores de la marcha de la generación Z; mientras celebran ser defensores de los derechos humanos, hay voces que cuestionan el homenaje a Rubén Figueroa en Guerrero.
El tablero está cambiando y todo indica que tendremos un final de año cargado de movimientos estratégicos y de mucha información.
