La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se transformó la tarde de este martes 11 de noviembre. Convertida en un faro de conciencia, fuimos testigos en primera fila de un acto de pura y dolorosa verdad. La entrega del Premio Carlos Fuentes 2025 a la poeta nicaragüense Gioconda Belli (1948-) superó el mero reconocimiento; se alzó, firme, como un tribunal poético donde la memoria juzgó al silencio.
Belli, autora de obras fundamentales como el poemario “Línea de fuego” y la novela “El infinito en la palma de la mano”, recibió el galardón de $150 mil dólares por “su capacidad de renovación de la poesía hispanoamericana y la fuerza de su diálogo entre la sociedad, la historia y la literatura”.
El premio fue entregado por el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, y Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura federal, ante la presencia solidaria de Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes, y la poeta Natalia Toledo Paz, integrante del jurado.
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El acto no solo celebró a la galardonada, sino que reafirmó el compromiso ético y literario de la tradición hispana. Silvia Lemus señaló la intrínseca responsabilidad intelectual que une las obras de Fuentes y Belli, y cómo en ambas las mujeres son el eje de las historias. Curiel de Icaza destacó que su obra “ha colmado de aire limpio la esperanza” de su generación. El Rector de la UNAM afirmó que Belli pertenece a la vasta tradición hispana, recordándonos que “el acto de escribir demanda deseo y rebeldía”. En tanto Toledo Paz resaltó la gran herencia cultural de Gioconda, señalando que Nicaragua, en el lenguaje de las nubes (idioma Diidxazá), significa “donde dos corazones se juntan, dos aguas se unen”. Su mensaje fue bilingüe; muy emotivo.
El clamor de Belli
Concluida la entrega de reconocimientos y ante una sala desbordada, Gioconda Belli entró en escena. Envuelta en la dignidad del exilio y el despojo de su nacionalidad, la poeta se hizo presente no solo con sus libros y su poesía, sino con el contundente clamor de una nación silenciada.
En su emotivo discurso, evocó el valor transformador de la literatura: “La literatura puede ser una forma de memoria y también una manera de reparar el alma de los pueblos”. Y en un dardo certero lanzó la mira a su país: “No hay soberanía cuando no se sostiene en la voluntad popular”.
Este eco es un urgente recordatorio al gobierno de México: la omisión ética ante el régimen autoritario de Daniel Ortega y Rosario Murillo traiciona la esencia de nuestra tradición humanista, una que ya se solidarizó con el pueblo nicaragüense al romper relaciones diplomáticas con el gobierno de Somoza en mayo de 1979, reanudándose inmediatamente al triunfo de la revolución del 19 de julio de ese mismo año con la salida del dictador Somoza.
La poeta de “La mujer habitada” confesó que sus palabras son su único equipaje y su delito, citando su propio poema "Despatriada" con desgarradora firmeza:
No tengo dónde vivir.
Escogí las palabras.
Allá quedan mis libros
Mi casa. El jardín, sus colibríes
Las palmeras enormes..
(…)
Me fui con las palabras bajo el brazo
Ellas son mi delito, mi pecado
Ni Dios me haría tragármelas de nuevo.
Su poema confirma que el único delito de un intelectual es usar la palabra. Pese a haber sido expulsada (junto a poco menos de 500 nicaragüenses), Belli enfatizó su inquebrantable vínculo: "Nicaragua está dentro de mí, es el árbol que me da sombra". Despojar a una persona de su nacionalidad es regresar a la barbarie, validando la reflexión de Hannah Arendt: "Ser despojado de la nacionalidad es ser despojado del mundo".
Belli dedicó un sentido homenaje a Carlos Fuentes, al recordar el apoyo que él y otros intelectuales -como Fuentes, Monsiváis y Poniatowska- dieron a la lucha anti-somocista. “Es duro el exilio y el despojo a estas alturas de la vida,” señaló, imaginando que la palabra de Fuentes se habría espantado ante la deriva tiránica de Nicaragua. Su homenaje fue más allá: le enseñó que la imaginación tiene un profundo cordón umbilical con la realidad y las circunstancias políticas.
Celebramos la garra de Belli y su capacidad para reparar el alma de los pueblos a través del verso.
El discurso de Belli concluyó con un llamado directo a la conciencia de México: “Espero que México y su Gobierno recuperen la memoria solidaria y comprensiva y se den cuenta de que no hay soberanía cuando esta no se sostiene sobre la voluntad popular,” sentenció. Y al final, dedicó el premio a su Patria: "...a su gente, a sus presos políticos y exiliados. La fuerza de la poesía y la literatura... seguirá cantando su lucha por la libertad, con fe en que la palabra continuará narrando el fin de los tiranos”.
¡Bienvenida a México, poeta! Aquí, donde el arte y la historia se encuentran, tu exilio se convierte en nuestra memoria solidaria. La palabra que te despojó de un papel es la misma que hoy te reviste de un continente.
Nos queda una certeza, grabada a fuego en la Sala Ponce: la libertad, aunque despojada de todo, siempre será indomable, porque reside en la única patria inconfiscable: la lengua.
Bienvenida a México, ésta también es tu Patria..
Tuve el honor de saludar y abrazar a Belli después de la entrega del galardón —una imagen de complicidad capturada por las cámaras— y su poesía me ha acompañado por largo tiempo. Adoro, por ejemplo, su poema "Amor de frutas”
"Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme"
PD: Y mientras en Bellas Artes resonó este eco de dignidad, Culiacán se viste de letras: la Feria del Libro 2025 que se celebra estos días demuestra que Sinaloa es más grande que sus sombras. Estaré este jueves 13 de noviembre, trayendo la memoria del gran jefe Pluma como se le conoció por su porte Sioux, en presentación del libro colectivo: "Soy un hombre de Pluma y me llamo Renato (Leduc), Ed. Artes e Historia de México/ISIC)— en el Foro "El Colegio de Sinaloa" a las 11:00 horas.
Estarán conmigo el joven Alejandro Álvarez y el destacado poeta popular sinaloense Faustino López Osuna, autor del Himno de Sinaloa , Premio Sinaloa de las Artes y quién fuera amigo de Leduc.
¡Están convocados al encuentro de las palabras que construyen trincheras y puentes!
