REDES SOCIALES

Generación Z: luto por una adolescencia robada

Las redes sociales, en especial entre los más jóvenes, son una fuente de múltiples males y es indispensable limitar su acceso y uso. | Mario Campos

Escrito en OPINIÓN el

La evidencia se sigue acumulando semana tras semana: las redes sociales, en especial entre los más jóvenes, son una fuente de múltiples males y es indispensable limitar su acceso y uso. 

Aquí cuatro expresiones notables alrededor de este fenómeno. La primera proviene de los propios usuarios. Integrantes de la llamada Generación Z -entre 12 y 29 años- han convocado a un movimiento llamado Time to Refuse para borrar de manera colectiva sus redes sociales en un evento este 10 de octubre, día de la salud mental. Más allá de la capacidad de respuesta, lo más notable son las razones para la organización. 

Loading…

En su posicionamiento, los convocantes sostienen que “Para nuestra generación, necesitamos reconocer lo que hemos perdido. Lamentar un tiempo que nunca conocimos. Somos los primeros en intentar atravesar la adolescencia mientras al mismo tiempo nos presentamos y nos mercadeamos como si fuéramos una marca. Los primeros en no conocer la amistad antes de que se convirtiera en mantener rachas de Snapchat, la comunidad antes de que se volviera Instagram y foros de Reddit, o el amor antes de que se redujera a deslizamientos y modelos de suscripción. La siguiente generación tiene una oportunidad, pero para nosotros, no hay forma de recuperar nuestra adolescencia. Aquí es donde estamos”.

A esta voz -de los propios afectados- se suma la evidencia de estudios que confirman que el uso de redes produce lo que ya sabemos: trastornos de sueño, problemas de autoestima, sentimiento de soledad, ansiedad. El estudio publicado el año pasado llamado “Gen Z, Social Media, and Mental Health”, elaborado por la Escuela de Salud Pública Rollins, Emory University, muestra por ejemplo que adolescentes que pasan más de 3 horas al día en redes tienen un riesgo más alto de reportar problemas de salud mental.

Fenómeno que se explica además por lo adictivo de plataformas como TikTok, que esta semana fue materia de un reportaje del Washington Post que muestra que un usuario nuevo que pasa 30 minutos en la plataforma en pocos meses de uso duplica su tiempo en pantalla hasta alcanzar los 70 minutos, y que un usuario de alta intensidad supera hasta las 4 horas de consumo de la aplicación al día.

Esta adicción se expresa además en la velocidad en la que pasan de un video a otro, en el menor intervalo que pueden sostener entre abrir el teléfono y dejarlo de usar, y por supuesto, en el número de veces que desbloquean la pantalla a lo largo del día. Con el efecto reportado por algunos usuarios que expresaron que el uso prolongado dificultaba “pensar por sí mismos” o mantener iniciativa propia a lo largo del día. 

Todo esto a partir de una aplicación que según el estudio hecho por el diario estadounidense, solo requiere 35 minutos de uso la primera vez para generar un hábito. ¿Así o más adictivo?

Vale la pena tener todo esto presente -mientras se siguen acumulando demandas contra plataformas y restricciones a su uso para los menores de 15 años- al mismo tiempo que estamos empezando la era de la IA, en la que sus anuncios nos sugieren usar la herramienta para saber qué ropa usar, qué pedir en el restaurante; qué destino elegir para vacacionar

Hoy estamos empezando a tener conciencia de la tecnología que adoptamos de forma acrítica durante los últimos 21 años desde que nació Facebook. ¿Vamos a cometer el mismo error de permitir el uso indiscriminado de estas herramientas sin medir antes sus efectos como se hace, por ejemplo, con los medicamentos?, ¿no deberíamos evaluar sus efectos secundarios antes de su adaptación masiva?

Apenas estamos lidiando con los efectos de la gran ola de las redes sociales. ¿En qué momento vamos a hacer una pausa para pensar en las consecuencias de la integración cotidiana de la IA a nuestras vidas? En la primer batalla perdimos y vamos a ver qué `podemos recuperar’; en la segunda, aún estamos a tiempo.

Mario Campos

@mariocampos