CLAUDIA SHEINBAUM

El dulce amargo de Claudia Sheinbaum

La presidenta Sheinbaum entiende que a veces para vender un producto amargo, viene bien ponerle una cubierta dulce. | Mario Campos

Escrito en OPINIÓN el

¿Cómo vender un producto que nadie quiere comprar? La respuesta se llama propaganda. La idea está lejos de ser original. En 1995, por ejemplo, el lingüista norteamericano Noam Chomsky publicó -con Ignacio Ramonet-  un libro muy breve que desde el título dejaba claro su intención: “¿Cómo nos venden la moto?”

En sus páginas explica algunas ideas recurrentes en su obra: que para vender cualquier idea lo importante es cómo se presente. Por ejemplo, si le preguntas a la gente si está a favor de una guerra, en principio casi cualquiera diría que no; pero si preguntas si respaldan a los soldados que arriesgan su vida por el país, será raro quien diga que no es solidario con ellos. 

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La fórmula se repite en cada país y a cada momento. En México, por ejemplo, en los dos pisos de la 4T saben que sería complicado vender que quieren ser el único partido en el país, y por eso mejor dicen que hay que acabar con los costosos diputados plurinominales

No podrían decir que el sueño es controlar los tres poderes, de ahí que suene mejor contar que ahora el voto decide cómo se integra democráticamente cada poder. 

La 4T y Morena saben que muchos de sus productos son inaceptables. ¿Quién en su sano juicio va a celebrar que se reduzcan las protecciones de los ciudadanos frente a los abusos del poder?  Nadie. Pero más de uno aplaudirá si le dicen que la nueva reforma de amparo es para acabar con privilegios y que algunos poderosos tengan que pagar sus impuestos.

El modelo lo desarrolló con algunas variantes el expresidente López Obrador que todo el sexenio usó un mismo esquema: denunciaba un problema de corrupción (real o no, es lo de menos pues no había que demostrarlo), luego ofrecía acabar con esa desviación y con eso justificaba eliminar todo un programa o una dependencia, sin tener que explicar con qué lo iba a reemplazar. La estrategia era alimentar la indignación para usarla de coartada y poder impulsar su agenda. 

Ahora con la presidenta Sheinbaum no es muy distinto. Solo que entiende que a veces para vender un producto amargo, viene bien ponerle una cubierta dulce

¿Su más reciente reforma limita derechos? Si, pero celebremos que ahora los amparos se tramitan en forma digital. ¿Su reforma electoral puede debilitar la estructura electoral que tantos años costó construir? Cierto, pero a cambio promete acabar con el fuero de los impopulares legisladores

La fórmula tiene además la gracia de ofrecer siempre ángulos positivos que la prensa puede destacar, o incluso presentar como falsas equivalencias, como si lo bueno compensara lo malo, aunque las implicaciones de unas y otras sean muy distintas. 

Chomsky también dice, por cierto, que el modelo de propaganda requiere de la colaboración de los medios, que nunca deben ser vistos solo como las pistas en que se desarrollan las disputas políticas sino como actores en sí mismos, portadores de sus propias agendas e intereses. Advertencia que hoy resulta más que pertinente, visto el enorme reconocimiento y arropamiento que la prensa ha dado en los últimos días a la presidenta de México

Mario Campos

@mariocampos