La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó el domingo un evento masivo en el Zócalo de la Ciudad de México, que marca el inicio de su segundo año de gobierno con un mensaje contra la corrupción: “En este México nuevo la honestidad no es la excepción, es la regla; y quien traiciona al pueblo, quien roba al pueblo, enfrenta a la Justicia”.
Al presentar un balance de su gestión ante unos 100 mil simpatizantes, la mandataria ha dejado en claro que “el poder no es para enriquecerse, es para servir con humildad, los recursos públicos son sagrados y se le devuelven al pueblo en derechos, en programas de bienestar y en obras estratégicas”.
A un año de haberse convertido en la primera Presidenta de México, Sheinbaum mantiene un nivel de aprobación superior al 70 %, de acuerdo con las encuestas más recientes. Un periodo marcado por un doble logro: disipar las premoniciones catastrofistas que vaticinaban una crisis económica inminente y demostrar que su gobierno no está subordinado ni al expresidente Andrés Manuel López Obrador ni a las presiones externas de Donald Trump.
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Ahora tiene el reto de enfrentar la evidente corrupción, ostentación y frivolidad de varios funcionarios y políticos morenistas, barriendo y lavando las escaleras desde arriba.
Una depuración que tendría un doble efecto: fortalecería aún más a la presidenta Sheinbaum en lo que resta del sexenio, descartando cualquier influencia negativa Lopezobradorista y, de paso, salvaría políticamente al partido gobernante, que enfrenta una profunda crisis de credibilidad entre los ciudadanos.
En su mensaje, Sheinbaum reiteró su reconocimiento al expresidente López Obrador y expresó con claridad que no seguirá la vieja táctica presidencial de satanizar al antecesor. “Se han empeñado en separarnos, en que rompamos –dijo–. Su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de Transformación, que nos dividamos. Pero eso no va a ocurrir, porque compartimos valores: honestidad, justicia y amor al pueblo de México”.
Sin embargo, los tiempos están cambiando. A diferencia del 9 de marzo pasado, observaron los cronistas, cuando Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Andy López, se olvidaron de saludar a la presidenta por tomarse una foto, ahora fueron relegados detrás de la valla que delimitaba el espacio de los gobernadores e invitados especiales al evento del zócalo.
Son señales. Aunque es difícil que suceda un “choque de trenes” –como quisieran los opositores– y tampoco se dará un “quinazo”, señaló Jorge Zepeda Patterson, advirtiendo que la respuesta dependerá de la evidencia jurídica y policiaca.
“Ni por convicción ni por necesidad la presidenta tomará una decisión política para emprender una purga mediática –afirmó Zepeda Patterson–. Pero tampoco desaprovechará la ocasión si la información le ofrece la oportunidad para enviar un mensaje. La contundencia de las pruebas le quitaría cualquier costo político” (El País, 24 de septiembre de 2025).
La celebración del primer año de gobierno en el Zócalo de la Ciudad de México se da en un momento coyuntural, donde la evaluación de los mexicanos sobre la presidenta Sheinbaum y su partido, Morena, sigue cursos diferentes, según la más reciente encuesta de Enkoll para El País.
Entre mayo y septiembre, la cifra de mexicanos que se identifica con Morena ha caído seis puntos, al pasar de 51% a 45%, debido a que varias de sus principales figuras han estado en el centro de la polémica por sus derroches, sus fortunas inexplicables y presuntos vínculos con el crimen organizado.
“Morena, el partido gobernante de México está en aprietos por los gastos de algunos de sus miembros” destacó en su portada el periódico The New York Times, en su edición del 2 de octubre, donde el corresponsal James Wagner describió la incongruencia que se observa en el partido que llegó al poder predicando: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Por eso, los votantes han fruncido el ceño recientemente cuando algunos integrantes de Morena empezaron a aparecer en lujosos hoteles del extranjero, luciendo atuendos y joyería que parecen caros y con millones de pesos en ingresos por fuera. ¿Cómo puede el partido del pueblo, se han preguntado los votantes, disfrutar de tanta riqueza?, señaló el periodista.
La ostentación y la frivolidad han desacreditado las prédicas de Ricardo Monreal, Mario Delgado, Andrés López Beltrán y de otros morenistas –o aliados como el compañero Fernández Noroña– que presumen su origen popular pero se comportan como nuevos ricos.
El senador Adán Augusto López Hernández, ex secretario de Gobernación –el “hombre todopoderoso de López Obrador”, como lo calificó CNN– se ha convertido en un zombi político, intentando hacer creer que fue chamaqueado en el caso Bermúdez Requena y haciendo declaraciones cantinflescas para tratar de dar una explicación creíble para un enriquecimiento inexplicable.
En la víspera del mensaje del zócalo, la presidenta Sheinbaum encabezó la ceremonia por el 204 aniversario de la Armada de México, el sábado 4 de octubre en el puerto de Veracruz, donde llamó a erradicar la corrupción en las instituciones del Estado y a defender la honestidad como principio de vida y valor nacional. “La corrupción es deslealtad –afirmó–. Por eso debe sancionarse con firmeza”. Más claro ni el agua, dirían los enterados.
