RELACIONES MILITARES ENTRE MÉXICO Y EU

Una hermandad desconfiada: las relaciones militares entre México y Estados Unidos

¿Qué papel ha tenido el aspecto militar en las relaciones entre México y Estados Unidos? | Mónica Rodríguez Ojeda

Escrito en OPINIÓN el

El 30 de septiembre el Senado autorizó el ingreso al país de una delegación de las Fuerzas Armadas Especiales del Ejército de Estados Unidos. Esto como respuesta a la petición de la presidenta Claudia Sheinbaum y con la finalidad de que las fuerzas armadas mexicanas reciban una “capacitación especializada […] en lo relativo a infiltración, vigilancia y reconocimiento especial […]”. Con anterioridad, la primera mandataria había declarado que las tropas estadounidenses no serían aceptadas en el territorio mexicano, luego de que se diera a conocer la intención del gobierno de Donald Trump de usar al ejército estadounidense para combatir a las organizaciones criminales en otros países. En ese sentido, el gobierno ha aclarado consistentemente que el recibimiento de elementos armados de dicho país no se trata de una intervención, sino de una forma de cooperación entre ambas naciones. De manera que ello nos invita a preguntarnos sobre el papel que han tenido el aspecto militar en las relaciones entre México y Estados Unidos

Gracias a su cercanía geográfica, históricamente el país ha recibido una especial atención de Estados Unidos. Así pues, las relaciones diplomáticas entre ambos países se han caracterizado por una tensión constante. Tras la pérdida de más de la mitad del territorio en 1848, los distintos gobiernos mexicanos adquirieron una actitud cautelosa hacia el vecino del norte. Aunque hubo un activo interés por estrechar lazos económicos, en lo militar México prefirió establecer cierta distancia, procurando asistencia castrense europea y adoptando una política de respeto a la soberanía de las naciones. Durante el conflicto revolucionario, el gobierno estadounidense mantuvo una actitud intrusiva apoyando a diferentes facciones y favoreciendo el tráfico de armas por la frontera. Siendo que la relaciones con México llegaron a un punto crítico con en la ocupación de Veracruz en 1914 y la Expedición Punitiva para capturar a Francisco Villa en 1916. 

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Más tarde, en la etapa posrevolucionaria, la diplomacia entre ambas naciones se normalizó poco a poco. En materia militar, se ampliaron los acercamientos entre los cuerpos armados, dando pie a una amplia tradición de asistencia por parte de Estados Unidos. Esto debido a que México inició un proceso de reestructuración, institucionalización y profesionalización de sus fuerzas armadas. En ese sentido, el país favoreció la instrucción de elementos en escuelas castrenses estadounidenses, así como la importación de modelos educativos. No obstante, el gobierno procuró limitar la influencia política-ideológica entre los elementos armados y mantuvo una firme actitud de no permitir la instalación de bases militares estadounidenses en territorio mexicano. 

A mediados del siglo XX, el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial brindó un nuevo impulso al interés de Estados Unidos en toda la región latinoamericana. En lo que respecta a México, en 1942 el entonces presidente, Manuel Ávila Camacho, declaró la guerra a Alemania, Italia y Japón, no sólo alineándose con el país vecino, sino concretando una alianza militar para tomar acciones conjuntas en la defensa de los territorios americanos. Sin embargo, el ejército mexicano no contaba con la capacidad para combatir en la guerra en Europa, razón por la cual el gobierno mexicano decidió aprovechar tal asociación para modernizar su equipo y armamentos, así como continuar la instrucción de elementos. Pese al desarrollo de la infraestructura militar, el régimen se mantuvo firme en no permitir la instalación de ningún tipo de base militar estadounidense en el país, además de que adquirió una actitud esquiva ante el compromiso adquirido de participar en misiones en “defensa de la democracia”, que en su mayoría violaban el principio de no intervención de la política exterior mexicana.  

Sin embargo, esto no impidió que, bajo el pretexto de crear un frente militar efectivo en la región, EU afianzara sus mecanismos de intromisión política, económica y militar en diversos países. La prueba más clara de ello fue la creación del “Western Hemisphere Institute for Security Cooperation”, mejor conocida como Escuela de las Américas, institución que funcionó entre las décadas de 1940 y 1980 y se encargó de la instrucción de elementos armados para enfrentar la amenaza comunista, pero que también llegó a favorecer la instauración de dictaduras militares, mismas que se caracterizaron por las persecuciones políticas y violaciones a los derechos humanos. 

Ahora bien, desde los años noventa, se ha incrementado la presión militar estadounidense en Latinoamérica, debido al tráfico de drogas, los grupos criminales (recientemente denominados terroristas por la administración de Trump) y la migración. Aunque en México la asistencia militar no ha derivado en la imposición de un régimen, eso no ha significado una influencia y dependencia militar limitada. Por el contrario, aun sin bases militares en el territorio, el gobierno estadounidense ha propiciado el despliegue de elementos armados (tanto estadounidenses como mexicanos) en las fronteras e incrementado la vigilancia. De manera que, a través de la venta de armamento, los “apoyos” económicos y la “cooperación” en materia de seguridad se ha fortalecido la influencia estadounidense en la región. Así pues, los aspectos militares han tenido un papel importante en las relaciones entre México y Estados Unidos y se han enmarcado en procesos complejos, pero prevalece el cuestionamiento en torno a los intereses a los que responden, así como sus costos políticos y sociales. De cualquier manera y por el momento, según la petición de la presidenta, el Destacamento Operacional Alpha, que inició su estancia el 6 de octubre, permanecerá en suelo mexicano hasta el 12 de diciembre. 

Referencias 

Barrachina Lisón, Carlos, “La asistencia militar de Estados Unidos en América Latina: permanencias, discontinuidades e intereses” en Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, año 20, núm. 2, pp. 109-140. 

Heller, Claude, “Las relaciones militares entre Estados Unidos y América Latina: un intento de evaluación” en Nueva Sociedad, núm. 27, nov.-dic., 1973, pp. 17-31. 

Piñeyro, José Luis, “El profesional ejército mexicano y la asistencia militar de los Estados Unidos: 1965-1975”, tesis de licenciatura en Relaciones Internacionales, El Colegio de México, 1976.

Senado de la República, “Autorizan ingreso de una delegación de las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos”, núm. 184, 30 de septiembre de 2025, https://comunicacionsocial.senado.gob.mx/informacion/comunicados/13002-autorizan-ingreso-de-una-delegacion-de-las-fuerzas-especiales-del-ejercito-de-estados-unidos. 

Secretaría de Gobernación, “Solicitud de autorización de ingreso a territorio nacional de personal militar extranjero”, 23 de septiembre de 2025, https://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/66/2/2025-09-30-1/assets/documentos/SeGob_Ingreso_Tropas.pdf. 

* Mónica Rodríguez Ojeda

Licenciada en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y Maestra en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto Mora, donde actualmente realiza sus estudios de doctorado. Sus principales líneas de investigación son la Historia política y militar de México en el siglo XX e Historia de la Revolución Mexicana.

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