SELENA GÓMEZ

El privilegio relativo y la indignación espectacular

Selena Gómez podría usar el privilegio de ser una mujer millonaria con ciudadanía de EU para incidir en la conversación pública, pero quizá como explica Erchxs Yos Piña Narváez, la ignorancia blanca es la mejor excusa para no hacer nada. | Graciela Rock Mora

Escrito en OPINIÓN el

Este lunes una exitosa y millonaria artista estadounidense (sí, de origen mexicano, como nos han recordado constantemente por su papel en la abominación cinemática que es Emilia Pérez) subió un video a sus redes sociales mostrándose muy afectada por el endurecimiento en las deportaciones que está realizando Estados Unidos: “Me gustaría poder hacer algo, pero no puedo. No sé qué hacer”, aseguró entre lloros. 

Hace algunas semanas, subí un video donde expliqué que estando en un círculo de lectura, una de las participantes hizo varios comentarios racistas que yo no supe cómo contestar y cuando lo comenté con los organizadores, me aseguraron que no había mala intención, sólo desconocimiento. Unos días después, en un espacio de activismo, una compañera dejó de participar porque a pesar de ser un espacio “progresista”, algunos compañeros la malgenerizaban y minimizaban su participación, cuando se quejó, el grupo le pidió que “no lo tomara personal”. Constantemente nos encontramos en situaciones en las que decimos no saber cómo actuar frente a violencias que nos indignan pero que no nos atraviesan directamente a nosotras. Pero la realidad es que sí sabemos cómo actuar, sí sabemos qué hacer, simplemente no lo hacemos. Quizá porque no queremos “arruinar” el momento, o porque tememos que alzar la voz y posicionarnos inequívocamente atraerá esa violencia hacia nosotras, o simplemente nos preocupa incomodar a quienes entendemos como nuestros pares. 

Como respuesta a mi anécdota, me compartieron un texto que María Folguera publicó hace algunas semanas, “Cómo atajar los comentarios racistas en la mesa: nunca es buen momento para quien prioriza quedar bien” en el que narra escenarios similares, cenas y reuniones divertidas, llenas de comida rica, música cool y gente agradable, “de izquierdas” o “woke”, donde comentarios racistas son soltados libremente sin que nadie los señale o les ponga un alto. Folguera nos recuerda que en esos mismos escenarios se encontraron Vivian Gornik o Gabriela Wiener, solo que ellas sí supieron qué hacer, quizá porque no temían la represalia, o les pareció que valía la pena el riesgo: perder estatus en el grupo a cambio de dignidad. 

Selena Gomez borró su vídeo pocas horas después, tras recibir bastantes comentarios violentos por parte de usuarios y activistas que apoyan las políticas migratorias de Trump… pero también cuestionamientos de quienes señalaban que su mensaje parecía una explotación del dolor –de otros–, sin tomar conciencia sobre el capital social y económico que tiene y cómo podría usarlo para apoyar a los millones de migrantes que están viviendo el acoso del gobierno estadounidense. 

Decenas y cientos de organizaciones en aquel país han dedicado los últimos meses a prepararse para el regreso de Trump y con él, la intensificación de discursos y políticas xenófobas, antiinmigración y racistas. Han puesto a punto los recursos informativos, establecido protocolos de acción, reforzado la recaudación de fondos y cajas de resistencia, pero la famosa y millonaria que “piensa todos los días en la migración indocumentada” no tiene ni idea de cómo podría ayudar a “su gente”

Selena podría hacer donaciones, o incluso simplemente pedir que sus admiradores las hicieran; compartir información verificada y útil tanto para la comunidad migrante que la sigue como para sus fans blancos. Podría involucrarse activamente en las acciones que llevan a cabo las organizaciones activistas, en las manifestaciones y protestas. Podría usar el privilegio de ser una mujer millonaria con ciudadanía estadounidense para incidir en la conversación pública. Pero quizá no lo sabe, quizá no se le ocurre. Como bien explica Erchxs Yos Piña Narváez, la ignorancia blanca es la mejor excusa para no hacer nada. 

Graciela Rock Mora

@gracielarockm